En junio de cada año empiezo a ver arcoíris por todos lados y no es porque me haya drogado. Hace años era impensable que grandes marcas del capitalismo global como Nike, Adidas, McDonald’s, Zara, entre otras, pusieran los colores de la bandera LGBTIQ+ en sus logos, pero de un tiempo para acá lo impensable es lo contrario: que llegue este mes y sus símbolos sigan intactos. ¿Qué nos dice esto?
Desde una mirada ingenua podríamos estar celebrando que los movimientos de las disidencias sexuales y de género hayan logrado tal reconocimiento, que hasta las empresas más famosas del mundo quieren celebrar la diversidad. Recordemos que McDonald’s hace unos años ha venido lanzando sus “papas del orgullo gay”, que vienen en una cajita arcoíris y frente a lo cual en 2017 InfoCatólica, mi medio de comunicación de cabecera, planteó lo siguiente: “McDonald’s es reconocido como un líder corporativo en promover la ideología LGTBI, como informa OneNewsNow, «El arco dorado es un importante promotor sobre la promoción del comportamiento homosexual en toda la nación»”. Y es que la decisión de por dónde comerse las papitas es de cada quien, pero acá en gustos no nos vamos a meter.
Detengámonos entonces a pesar: ¿qué tanto contribuye que una marca de tenis ponga un arcoíris en su logo? ¿Qué se venda una hamburguesa con pan de colores? ¿Qué regalen bebidas energizantes en las marchas? Claramente sirve para posicionar el consumo de sus productos y ampliar su número de clientes, porque les maricas aquí son vistos como números, como target, como más ganancias, y de fondo no hay un trabajo real y profundo para transformar un mundo que odia a las diversidades y disidencias sexuales y de género, porque créanme, fobia no es, no es un miedo irracional, es odio, un odio que mata todos los días.
Hasta el 17 de junio de 2025, según el Observatorio de Derechos Humanos de Caribe Afirmativo, 45 personas LGBTIQ+ han sido asesinadas por su orientación sexual o identidad de género. La última fue Emi Brito, una compañera lesbiana que mientras transitaba por una vía comercial fue asesinada a tiros por dos hombres en Riohacha. ¿Cuáles son los esfuerzos que los distintos escenarios empresariales hacen para que esto no suceda? ¿cuántas empresas hoy ofrecen empleos, salarios y condiciones dignas para las personas que rompen la norma del amor, el deseo y el cuerpo patriarcal y heteronormativo?
El medio La República el año pasado publicó un informe en el que muestra cifras del poder adquisitivo de los sectores LGBTIQ+, que ahí nombran como “comunidad”. Afirman que “si esta comunidad fuera un país tendría un PIB de aproximadamente US$5 billones”, y le sitúan desde esa afirmación en el cuarto lugar frente a su poder económico, superado solamente por Estados Unidos, China y Japón. Vale la pena preguntarnos, ¿para qué informar esto? ¿qué implicaciones tiene? ¿qué incidencia tiene en la realidad actual de estos sectores? Pareciera que mientras consumimos somos adorables, y cuando no, merecemos la muerte, porque así opera este capitalismo necropolítico que nos ofrece ataúdes arcoíris mientras nos hace morir.
Evelin Fox Keller en 1969 mencionó una frase que la hizo célebre como filósofa de la ciencia: “Añadir mujeres y batir”, con lo cual hacía referencia al “logro” del feminismo de igualdad que pedía poder para las mujeres, pero no transformaba nada de fondo. Se lucha por llegar a los lugares, ocupamos cargos de poder y actuamos como cualquier otra masculinidad hegemónica. Podríamos hacer uso de esta frase en tiempos de capitalismo arcoíris: “Añadir maricas y batir”, para consolidar la macabra y venenosa receta de esta época neoliberal donde el resultado final son los sujetos que son útiles siempre y cuando produzcan, se autoexploten hasta el límite y consuman hasta sus últimos días.
No voy a entrar a discutir acá si podemos hablar de orgullo o no. Muchas personas y colectivas han venido escribiendo y ubicando sus posicionamientos al respecto. Sobre lo que sí quiero llamar la atención en este escrito es sobre la necesidad de la formación política crítica en los movimientos de diversidades y disidencias, que en ocasiones resultan seducidos por los patrocinios de bares y discotecas y de empresas que les usan como impulsadores de sus marcas mientras poco o nada se interesan por hacer aportes de fondo a nuestras realidades.
Con orgullo, con rabia, con furia, con ternura radical, como le de la gana, salga, tómese las calles, o quédese en casa descansando como acto de resistencia, o escriba, o dibuje, o vuelva incómodas las cenas familiares… como sea, no dejemos de hablar de lo que nos pasa, que nos están matando, que no podemos amar con libertad, que aún hay despojo y expulsión de los territorios por ser maricas, que las familias siguen afirmando que prefieren hijes muertxs antes que maricas, que somos libres para consumir pero no para vivir.
Sigamos bailando, porque sin danza no hay revolución, pero sigamos también quemando los barrotes que siguen enjaulando nuestros corazones de unicornio.
Referencias
Caribe Afirmativo. (2025). Asesinato de Emy Brito genera consternación en Riohacha. Recuperado de: https://caribeafirmativo.lgbt/asesinato-de-emy-brito-genera-consternacion-en-riohacha/
InfoCatólica. (2017). McDonald’s presenta sus papas fritas del «orgullo gay». Recuperado de: https://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=29684
La República. (2024). Así es el poder adquisitivo creciente que tiene la comunidad Lgbtiq+. Recuperado de: https://www.larepublica.co/especiales/un-mercado-interesante/el-poder-adquisitivo-de-la-comunidad-lgbtiq-3646012