Elecciones presidenciales en Francia: ¡Nada está definido aún! Debo aceptar que presenciar unas elecciones de tal importancia, encontrándome como extranjera en Francia es bastante cómodo y se siente menos pasión, se mira desde la distancia con el ojo de bacteriólogos políticos que tenemos los interesados en las Ciencias Sociales, mientras que para el francés común es el tema del día a día, para la gran cantidad de migrantes es la preocupación por su futuro, así como, para los jóvenes y movimientos sociales es la lucha del poder por la vía de la democracia.
El próximo domingo 23 de abril y 7 de mayo1 se llevarán a cabo las elecciones presidenciales posiblemente más inciertas de la historia francesa, según plantean la mayoría de medios, puesto que de los 11 candidatos postulados, hay varios que se muestran opcionados de pasar a la segunda vuelta. Sin embargo, de acuerdo a quiénes sean los dos aspirantes que pasen a la segunda fase, pueden cambiar también las opciones de preferencia de voto entre los electores. La suerte ya está echada, los discursos en juego y las apuestas a la expectativa.
Nueve hombres y dos mujeres se disputan las presidenciales de una de las potencias económicas, culturales y políticas del mundo. Son unas de las elecciones más importantes de la Unión Europea, pues van a contribuir a la configuración de fuerzas políticas y las relaciones en este territorio.
Las calles francesas, librerías, centros de estudio, prensa y tabaquerías, se encuentran atiborradas de información en relación con las elecciones aunque nunca al nivel de Colombia, pues la publicidad acá en Francia es moderada (no se atiborran las calles de publicidad de manera salvaje), el tamaño es regulado, así como los lugares de exhibición, permitiendo que todos los candidatos oficiales cuenten con paneles estrictamente delimitados para colocar sus afiches. La legislación francesa regula de manera minuciosa la propaganda electoral, está prohibida la utilización de los tres colores patrios, y la verdad el asunto viéndolo de reojo parece que se cumple, aspecto muy disímil a nuestro país.
Así mismo, el Estado francés implementa un sistema cuantitativo de desglose del tiempo de transmisión que reciben los candidatos a la elección presidencial. A partir del primero de enero y hasta el día de las elecciones presidenciales, las cadenas de radio y de televisión deben someterse a un sistema de control respecto al tiempo que dedican a entrevistas, intervenciones y reportajes sobre los candidatos.
La elección de quién dirigirá el país cuyo lema reza “libertad, igualdad y fraternidad”, durante los siguientes cinco años, es importante en relación a la inclinación de la balanza política mundial hacia la izquierda o la derecha; actualmente, la Unión europea se encuentra en estado de fragilidad ante vientos que plantean su disolución y debilitamiento, a través de voces que se escuchan principalmente de los sectores políticos de derecha.
Por ejemplo, algunos líderes políticos de Holanda, Francia, Alemania, Polonia e Italia, principalmente luego del triunfo del “brexit” en el 2016 en el Reino Unido, están proponiendo actualmente hacer también referendos en sus países para salir del bloque europeo, estas propuestas basadas en el populismo de la extrema derecha, generan preocupación en el panorama político; no obstante, estos discursos también están presentes en algunas posturas de la izquierda, como en el caso del Partido Comunista Portugués, que propone salir de la moneda común del Euro, como paso previo a la salida de la UE. De otra parte, algunos sectores de la izquierda en otros países europeos o en Francia, proponen renegociar el acuerdo de participación de sus países en términos políticos y económicos.
La situación internacional, enmarcada en la crisis económica, la guerra y la inmigración, han posicionado los discursos ultraderechistas europeos, que se han arropado de populismo y han empleado posturas contra la migración, xenófobas, racistas y militaristas, mientras que los discursos de la izquierda, plantean escenarios de acogida a los migrantes, la no intervención en conflictos bélicos y la renegociación de las condiciones impuestas por la U.E, haciendo de esta unión un escenario democrático.
Para mi desencanto, muchos de los franceses se sienten identificados con Marine Le Pen, del Frente Nacional, que es la propuesta política que se inscribe dentro de la ultraderecha francesa; ella según las encuestas es la más opcionada, pero su programa ha sido impopular entre la izquierda, los progresistas, los sectores universitarios, migrantes y refugiados. Le Pen, es un modo Trump en versión mujer, o Uribe versión europea, plantea propuestas populistas de derecha como hacer un referéndum popular sobre la salida de Francia de la Unión Europea y su posterior independencia «monetaria, territorial, económica y legislativa», así como también, salir del espacio Schengen.
Para los extranjeros habitantes en Francia, en modo transitorio o definitivo, es problemático el futuro, puesto que si Le pen resulta electa como presidenta, planteará una política clara de entorpecer el proceso de obtención de la ciudadanía francesa, reduciendo la migración legal y eliminando la ilegal, tal como indica en su programa de gobierno.
A su vez, Le Pen plantea como propuesta insigne, la construcción de un segundo portaviones «necesario para garantizar la presencia permanente de la Armada de Francia en los mares y océanos». Propone rearmar masivamente las fuerzas del orden, reclutando 15000 policías y gendarmes, volver al servicio militar obligatorio, continuar con la política antiterrorista reduciendo el comunitarismo en el país, por ejemplo, clausurando asociaciones en las que se celebren actos considerados por el Estado como fundamentalistas.
Obviamente la candidata de la ultraderecha juega con propuestas populistas que hacen que se encuentre liderando las encuestas, tales como reducir impuestos, disminuir la edad de pensión, reducir el congreso y las ayudas sociales a los extranjeros, para dar prioridad a los franceses. Sin embargo, es importante señalar que Marine Le Pen, autodenominada “candidata del pueblo”, tiene actualmente varias investigaciones por actos de corrupción, desvió de fondos, falsos contratos e ingresos ilegales a su campaña.
El segundo candidato opcionado es Jean-Luc Mélenchon, del partido Francia Insumisa, es candidato por el frente de izquierda francés, se auto describe como: “un hombre de convicción y coherencia, defensor de la revolución ciudadana como método democrático para reformar las instituciones”, Mélenchon para quienes siguen la política española, es una tendencia similar al movimiento PODEMOS español, su programa plantea una nueva constitución llamada la 6° república, convocando así a una asamblea constituyente, voto obligatorio y desde los 16 años, revocatoria de mandato, así como, incluir en la constitución derechos actualmente vigentes como el aborto y la muerte digna2.
Es un candidato interesante, en cuanto propuestas en relación con la paz mundial y la independencia militar de Francia, la salida de la OTAN, protección de los derechos de los trabajadores, (semana laboral de 32 horas, reducir edad de pensión a los 60) cambio climático y ecología. En relación con la UE plantea la importancia de una refundación democrática, social y ecológica de esta alianza, so pena, de impulsar la salida del país de ella. Sin embargo, en relación al tema de migración no se profundiza su postura frente al tema, se reduce a plantear que hay que atacar las causas estructurales del problema, este ha sido un tema polémico en la izquierda en relación a Mélenchon, pues incluso se ha planteado que ha expresado comentarios xenófobos.
Algunos medios franceses lo asemejan al líder latinoamericano Hugo Chávez (afirmación de la que me distancio radicalmente, -ojala algún candidato francés fuese como Chávez-). Le Fígaro, uno de los principales diarios franceses, lo ha tildado, por ejemplo, de «apóstol de los dictadores revolucionarios» y definen su programa de gobierno como «delirante», es evidente entonces, la forma como la derecha apela a la difamación y el miedo a la crisis, para manipular electores a favor de posturas radicales de derecha. Melénchon, desde mi punto de vista subjetivo y latinoamericano, es un reformista demócrata, más no un revolucionario radical de izquierda que confronte al sistema.
Un tercer candidato con posibilidades de ser presidente de Francia durante el siguiente quinquenio es Emmanuel Macron, que es denominado por la prensa como de izquierda, aunque él mismo se autodenomina de centro, este candidato creó un partido llamado En Marcha, que es considerado como la representación de la social democracia neoliberal europea, lo han tildado también de ególatra por crear un partido con las iniciales de su nombre –E M-. Su propuesta se centra en unir Francia, dice no estar ni con la derecha, ni con la izquierda, pertenece a ese tipo de “independentismo” político casado con la derecha, este discurso le ha servido para posesionarse entre la población crítica de los partidos tradicionales que han gobernado Francia.
Sus propuestas son, por ejemplo, mantener el actual tiempo de jornada laboral que se encuentra en 35 horas semanales, conservar la edad de jubilación e impuestos; plantea así mismo, fortalecer el Estado de bienestar, aumentar los salarios públicos, a la vez que, de manera contradictoria propone la reducción de 50.000 empleos públicos, una ley de flexibilización laboral (impulsada en el 2016)3 y reducción de impuestos a los “emprendedores”.
Su apuesta política en relación al tema de migración no es muy clara, apoya la política de asilo que propone la canciller alemana Ángela Merkel, que da prioridad a las solicitudes de asilo, pero plantea una necesidad de acoger a los refugiados y lo defiende como una posibilidad política.
Propone la reducción del Estado, pero por austeridad social, mientras formula una propuesta de aumento del 2% del gasto para defensa y la incorporación de 10.000 oficiales para combatir el terrorismo islámico, así como, buscar cooperación con EE.UU para este tema. Actualmente, Macron tiene investigaciones judiciales, una de ellas por favoritismo al entablar reuniones con empresarios franceses.
De modo que, de ganar la extrema derecha francesa representada en Marine Le Pen, Francia muy probablemente saldrá del acuerdo del espacio Schengen y se convocará un referendo para salir también de la UE como lo ha expresado ella en sus propuestas electorales; de otra parte, se prevé que de triunfar Enmanuel Macrón del Movimiento Político ¡En Marcha!, se consolidaría un eje franco alemán y por ende se fortalecería la UE como lo plantea este candidato, y de triunfar Jean-Luc Mélenchon, se plantearía la renegociación de las condiciones impuestas por la UE a los países miembros, pero algo también muy significativo a nivel internacional, según este candidato, sería que Francia saldría de la OTAN y recuperaría la independencia militar. Para la mayoría de analistas políticos, la segunda vuelta será entre dos de estos tres candidatos, (según el instituto demoscópico IFOP).
No obstante, siguen presentes otros candidatos, como Francois Asseleniau (Unión Nacional Republicana), Jacques Cheminade (Partido Solidaridad y Progreso), Nicolas Dupont (Francia Levántate), Francois Fillon (Los Republicanos), Benoit Hammon (Partido socialista), y Jean Lasalle (Resistencia), para los entendedores más candidatos socialdemócratas y/o de derecha.
Finalmente, frente a la izquierda francesa, cuando observé el panorama expresé: ¡cuatro candidatos de izquierda, no lo creo! Llegue a este país hace ya casi un mes, foránea y proveniente de Colombia, un país con once guerrillas en su historia, con al menos tres partidos comunistas y afortunadamente, cientos de movimientos izquierda, por lo cual, es un poco más comprensible. Esta expresión de asombro e incredibilidad al llegar a Francia, en plena época preelectoral, me llevo a tratar de entender un poco las opciones que plantea la izquierda en las elecciones presidenciales, y comprender que no son cuatro candidatos de izquierda, aunque los medios los presenten así, son tres desde mi punto de vista, pues yo no incluiría a los llamados “socialistas” en esa caracterización, a continuación me refiero brevemente a los dos candidatos por los que expreso mayor nivel de simpatía en la primera vuelta, Philippe Poutou del Nuevo Partido Anticapitalista (izquierda antiglobalización), Nathalie Arthaud del Partido Lucha Obrera (izquierda radical).
El más radical, a mi juicio es Philippe Poutou, que es el candidato del Nuevo Partido Anticapitalista, con mi ojo de bacterióloga política, no logro definir si es trosquista4, maoísta o simplemente marxista, lo que ya a esta altura de la vida para mí no es muy importante, lo que sí es claro, es que Poutou recoge el sentir rebelde de varios jóvenes universitarios que se agotaron también de la izquierda tradicional, es un movimiento que ha logrado agrupar a las feministas, ecologistas, movimientos LGBTI, anticapitalistas y sectores radicales de la izquierda.
Es un candidato proveniente del movimiento obrero industrial francés de la industria automotriz, lo que le da un lugar potente de reconocimiento entre los sectores de los sindicatos, el despliegue publicitario es muy universitario, simbólico, y ha hecho ruido en la gran prensa francesa, pues se burla cotidianamente de la forma tradicional de hacer política, sus videos son virales en las redes sociales, no obstante las posibilidades de pasar a una segunda vuelta son casi nulas y ellos son muy tranquilos al reconocerlo, parece no importarles mucho, pues consideran que la lucha contra el capitalismo no se puede hacer únicamente desde la apuesta electoral, enfatiza en la importancia de las movilizaciones sociales, en especial en los ejes feministas, anticapitalistas, ecologistas e internacionalistas. Su partido político rompe con la forma de hacer política tradicional, plantean la toma de decisiones desde la horizontalidad, privilegiando la voz de los de abajo y no de los líderes.
Sus propuestas más sonadas son: reducción de la jornada laboral semanal a 32 horas, revocatoria de mandato, bajar salarios a los gobernantes, prohibición de despidos en las empresas, aumento del salario mínimo, gratuidad en el transporte, no pagar la deuda pública, igualdad de derechos para la población LGBTI como adopción y condición de las parejas, legalización de las drogas con control médico, estatalizar la banca y una revolución ecológica expresada en cerrar plantas nucleares, reorganización del agro, entre otras.
En relación con la migración, Poutou plantea el derecho a la libre circulación e instalación, igualdad de derechos, así como, desaparición de leyes anti islamistas y xenófobas. En seguridad, plantea el desarme de la policía, el fin del Estado de urgencia (Estado de excepción) y el cese de la represión policial.
Nathalie Arthaud es también una apuesta de la izquierda radical trosquista, pero lastimosamente con muy pocas opciones de pasar a la segunda vuelta, es candidata por el partido Lucha Obrera un Partido de izquierda radical, ella se presenta como una mujer comunista que defenderá los derechos de los trabajadores, llega a las elecciones presidenciales en el 2007, remplazando a la candidata Arlette Laguiller, también de su partido, se ha presentado tres veces a elecciones 2007, 2012 y 2017. Sus propuestas están encaminadas a reconocer los derechos de los trabajadores, aumento de salarios y pago pensional, prohibir el despido, fortalecimiento del Estado en relación a dirigir los impuestos a la salud, educación y bienestar, plantea una ley de acogida de los migrantes, con condiciones dignas y humanas de recepción.
Del tercer candidato de izquierda opcionado a pasar a la segunda vuelta Jean-Luc Mélenchon, ya hable líneas arriba, así que por lo visto el escenario del campo progresista, democrático, de izquierda es complejo, el escenario según las encuestas sigue siendo encabezado por la ultraderechista Marine Le Pen, y la izquierda continúa dividida entre estos tres candidatos, algo muy similar a lo que se avizora también en nuestro país.
Así las cosas, en lo que coinciden la mayoría de analistas y franceses, es en que además del resultado del 23 de abril, la definición la darán las alianzas de centro izquierda o centro derecha el 7 de mayo. Amanecerá y veremos.
1 El sistema de dos vueltas se usa también en las elecciones parlamentarias y regionales .Desde 1962 propuesto por Charles de Gaulle, ha demostrado ser efectivo en mantener a los extremistas lejos del Eliseo. Para algunos franceses en la primera vuelta votas con el corazón y en la segunda obedeces a la cabeza. Lo que nosotros en Colombia llamamos el voto útil.
2 En Francia la despenalización del aborto existe desde 1975, hasta la semana 12. Y la eutanasia o ley final de la vida existe desde el año 2016, sin embargo, no se encuentran en la carta constitucional porque esta es de 1958.
3 En el 2016 el gobierno propone en Francia la impopular ley de trabajo, que generó masivas protestas sociales en todo el país.
4 Antes del cierre del artículo se investigó y según las fuentes universitarias de Rennes 2 Philippe Poutou es un digno representante del trosquismo.
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Por: Marcela González Terreros Corresponsal Hekatombe elecciones en Francia 2017. Magister, egresada del campo de la Educación y las Ciencias Sociales de la universidad pública colombiana, maestra de nivel secundario y universitario. Simpatizante de las ideas de izquierda.