La ‘jugadita’ contra la reforma a la salud

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Pues me ví el video de Noticias Uno en el que las representantes Katherine Miranda —Alianza Verde—, Carolina Arbeláez —Cambio Radical— y Julia Miranda —Nuevo Liberalismo—, radicaron una proposición para crear una subcomisión que puede entorpecer el proyecto de ley de reforma a la salud, ya sea al dilatar el trámite y garantizar su archivo, o para legitimar públicamente la creación y posterior discusión de una reforma que vaya en contravía de la original. A continuación comparto mis comentarios:

¿Nos sorprende que la representante Katherine Miranda hiciera eso?

No me sorprende, pero la verdad es que me sorprende que se sorprendan y me pregunto ¿Qué esperan de ella? Con esta proposición Katherine nos recuerda que el centro no está por fuera de la derecha, por eso le fluye el trabajo en equipo con Cambio Radical y con el Nuevo Liberalismo para sabotear la reforma a la salud.

¿Es una jugadita?

De hecho es una muy buena jugadita la de las representantes, y, a propósito, se le nota a Miranda su amplia experiencia en el Congreso y el hábil manejo de la Ley V.

Resulta que cuando es debatido un proyecto de ley, las y los congresistas pueden radicar proposiciones, que son básicamente documentos en los que exponen cambios, propuestas o ajustes. Esto hace parte del trámite normal y no es ilegal, pero la forma en la que las representantes lo hicieron no fue la ideal, pues se supone que estas proposiciones también son puestas a discusión, no se pupitrean de afán, como se ve en el video de Noticias Uno.

Lo que sí me parece grave

Miranda en una entrevista a un medio corporativo señaló que ella no tiene la culpa de que los 25 representantes del Pacto Histórico no estuvieran pendientes del debate, y tiene razón.

Personalmente este gravísimo ‘descuido’ lo atribuyo a dos variables: la primera, es la conformación de las listas cerradas, pues se constituyeron en un sancocho de activistas, influencers, personas sin proceso, ni formación política, que básicamente están cumpliendo un sueño personal. La segunda, a la falta de disciplina dentro del Pacto Histórico. Si nos ponemos a ver a congresistas como Aida Avella, Wilson Arias, Iván Cepeda o incluso, Alfredo Mondragón, podemos notar que se caracterizan por sus debates sustentados, así como por su disciplina y formación permanente, alejándose de las frases cliché, cifras erróneas, recomendaciones tontas, y de intervenciones descontextualizadas que ahora son la constante en los sectores alternativos.

En el video se alcanzan a ver dos congresistas del Pacto Histórico que claramente no están haciendo incidencia en favor del proyecto de reforma a la salud, sino que están en plan visita. Eso en un espacio de amigos es comprensible, pero el Congreso no es un club, es un lugar hostil en el que están en puja constante la continuidad y el cambio, en el que las sonrisas y los saludos ambientan intereses políticos, no amistades profundas y sinceras.

También cabe preguntarse ¿Dónde estaba el resto de representantes a la Cámara por el Pacto Histórico?, parece que el único queriente del proyecto de ley fuera Raúl Ávila, el subsecretario general de la Cámara de Representantes que, con desespero e impotencia hacía caras para que se mosquearan los sectores alternativos y votaran en contra de la proposición.

Si el Pacto Histórico fuera una convergencia seria y juiciosa, en este momento habría un proceso disciplinario abierto y una investigación en curso porque no se trató de un error de aprendices, sino de desidia con la discusión de un proyecto clave para el gobierno del cambio.

Quienes votaron por esta lista, en lugar de estar atacando a una congresista de la que no deben esperar nada, deberían exigir disculpas públicas a sus representantes y mayor compromiso con estas medidas, porque para eso fueron elegidos y elegidas, no para que hagan chistes con el Partido Liberal, ni para que se ausenten durante una discusión tan importante.

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