Sobre ver la astilla en el ojo ajeno.
Supongo que este gobierno es muy bueno en eso de ver la astilla en el ojo ajeno pero no la viga en el propio, así que no es extraño ver personajes del gobierno hablando de los vecinos. Un ejemplo de esto es la Vicepresidenta Martha Lucia Ramírez, a quien al parecer no le han informado que no ejerce ningún cargo político en Venezuela y por tanto no debe ejercer control o sugerir “soluciones” al país vecino, así que la invitación es a que ella y todo este gobierno dejen de darse palmadas en la espalda ante la comunidad internacional pretendiendo ser el ejemplo de la región y empiecen a preocuparse por lo que le urge a esta patria, y eso no es otra cosa que garantizar la vida de los líderes sociales y defensores de derechos humanos en Colombia.
En lo corrido del 2019 han asesinado en promedio a un líder social cada dos días en el país, a pesar de las constantes denuncias del asesinato selectivo, el gobierno parece hacerse el de la vista gorda y nos llena de bocanadas de humo con noticias poco relevantes para la realidad nacional (y las que sí lo son, los medios se encargan de hacerlas parecer como algo natural, véase hidroituango).
Los líderes sociales y defensores de derechos humanos se enfrentan en cada una de sus regiones a los intereses económicos y políticos de una minoría que ha sido protegida por el Estado, y que no se han encargado sino de extraer recursos de las maneras menos amigables con el ambiente, de desplazar a las comunidades, silenciar a quienes denuncian sus abusos y esconderse en la negligencia de las entidades garantes de los derechos de la tierra y la vida.
Es más que cuestionable que un país donde el gobierno se jacta de ser la democracia ejemplar del continente, sea el territorio más peligroso para que los líderes ejerzan su labor, pues si deciden hacerlo -algo que casi rayaría en el heroísmo- saben que están a la merced del rearme paramilitar, la indiferencia estatal y el crimen organizado.
Siguiendo en la vía de compararnos con el vecino, nos daríamos cuenta que es aún más preocupante que en los últimos años, en gran parte de Latinoamérica los líderes políticos que han llegado a ocupar espacios de poder, utilizan una retórica anti derecho con promesas simplistas a los graves problemas que enfrenta la región, justificando los asesinatos y regresándonos a gobiernos fascistas. Y dejando de nuevo sin respuestas a esta incógnita que nos cercena y duele.
Entonces le pregunto al presidente y a todo su gabinete, ¿Pa´cuando los líderes sociales?, así como ya muchos colombianos se lo han preguntado. Sin embargo y a nuestro pesar, el silencio gubernamental ha sido reemplazado por la innegable historia reciente del país que tiene una respuesta para esto, y es que no importa la imagen que este gobierno nos quiera vender, no es más que una herencia en que se siguen poniendo los intereses políticos y económicos de unos cuantos por encima de la vida y los derechos humanos de las grandes mayorías.
Así que mientras ellos siguen allá encumbrados en su país de mentira, nosotros debemos enfrentar la persecución, estigmatización e impunidad, donde las industrias extractivas, los paramilitares y los grandes gamonales se siguen beneficiando de la ineficacia estatal, y en donde tal vez nunca exista una política firme que intente reparar y prevenir todos estos casos.
Publicado 12 de Febrero de 2019
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@profe_lu_
Licenciada en Ciencias Sociales con tesis meritoria en memoria y paramilitarismo. Amante de los animales, la buena música y el tinto. Columnista novata.