Hace unos días me compré unos deditos de queso y cuando ya iba por la mitad de uno me acordé de Germán Vargas Lleras.
¡Ay Germán pasa el tiempo y nada que logras llegar a la presidencia!
Me imagino cómo se siente, estoy a punto de llegar a los 30 y no cumplo las metas que me fije hace ocho años, se siente desespero y frustración. A Germán se le nota que ya se siente viejo y se ve viejo, pero más sabe el diablo por viejo que por diablo y eso es también evidente.
Este periodo como vicepresidente ha sido maratónico, no es fácil llevar ese cargo y manejar el Ministerio de Transporte, el Ministerio de Vivienda Ciudad y Territorio, más las secretarías que tiene en Bogotá y otros ministerios. Por eso se le ve agotado, permanecer en campaña constantemente es muy pesado.
Sin lugar a dudas, Germán Vargas Lleras nació para la política, lo lleva en la sangre, para eso fue educado. Tiene la experiencia, las habilidades, los conocimientos para serlo. No es solo el delfín tradicional como el joven Miguel Uribe Turbay. Por eso siempre lo he dicho abiertamente, si yo fuera de derecha no dudaría un minuto en votar por él.
Recuerdo los debates presidenciales del 2010, de lejos los únicos que valía la pena escuchar eran Gustavo Petro y Germán Vargas Lleras, ambos brillantes y determinados en sus propuestas, a diferencia de Juan Manuel Santos con el respaldo del Uribismo y su voz gangosa o los discursos de Antanas Mockus llenos de lugares comunes.
Imagino que uno de los mayores temores de Vargas Lleras es ser como Horacio Serpa, el eterno candidato presidencial, por eso ha puesto su salud en riesgo para llegar a la presidencia, como en agosto del 2015 cuando fue operado por un quiste en el cuello, o el pasado 2 de diciembre, cuando sufrió una convulsión en Floridablanca (Santander) resultado de un meningioma cuya terapia duró cerca de cinco meses y tuvo fuertes impactos en el aspecto del vicepresidente.
Fuente: Vicepresidencia |
Fuente: Noticias Uno. |
Tras una temporada sin aparecer en medios, Germán emergió entregando vías y abriendo licitaciones para temas de infraestructura, mientras abrazaba niños, les daba la mano a los afros y se dejaba besar de las ancianas que recibían su casa nueva. Nada más popular que regalar casas y mejorar vías, temas que a la población le parecen prioritarios, ahora en qué lugar sean construidos como en Ciudad Verde una de las zonas inundables de Bosa en Bogotá, para mencionar un ejemplo, eso no importa.
Germán es estratégico, fue ficha de Galán, del Uribismo para el Senado, vicepresidente de Juan Manuel Santos y fue hasta el 14 de septiembre que se arriesgó a apoyar abiertamente el plebiscito para la refrendación de los acuerdos.
No me cabe la menor duda de que si logra superar sus quebrantos de salud, siga siendo como hasta el momento, el más opcionado para ser el próximo presidente. Y si eso llega a pasar que dios nos coja confesados, como dice mi abuela, pues nos espera un gobierno muy amigo del cemento, que reprime desde el uso del internet en adelante, con apuestas tan antidemocráticas como la Ley de Seguridad Ciudadana y ni hablar de su papel en la implementación de los acuerdos que se firmarán con las FARC.
La verdad es que escribí el artículo en dos días y olvidé cuál era el objetivo, pero sí, eso pasa con Vargas Lleras.
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Stephanía Pinzón | @TerribleStepha | Integrante de la Revista Hekatombe.
Licenciada en Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional de Colombia. Máster en Derecho con Perfil Investigativo de la Universidad Nacional de Colombia. Estudios en comunicación política en la Universidad Complutense de Madrid.