Élites y filosofía ¿a qué le temen?

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A la derecha neoliberal le incomoda la existencia de las humanidades en la academia colombiana, porque supuestamente no son rentables. Con la filosofía podemos identificar que lo que está como transfondo no es la rentabilidad sino el peligro de pensar para cuestionar, ya que si los de abajo cuestionamos el poder de los de arriba las cosas serían muy diferentes.

La filosofía es la base de las humanidades, e incluso de las demás ciencias, así que es fundamental para una sociedad democrática, cuyo presupuesto no sea la mediocridad sino la pregunta y la inquietud por el mundo que habitamos y la forma en que lo hacemos, que problematice la realidad permanentemente y nos lleve a buscar alternativas, soluciones e identificar nuevos problemas.

Para nuestra sección ‘Aprendiendo Cositas’ compartimos este apartado sobre la pregunta ¿para qué sirve la filosofía? de Gilles Deleuze, en respuesta a los tecnócratas neoliberales de las élites y a la academia que se les acomoda a sus intereses, a la que no cuestiona el injusto orden social vigente al asumirse como «neutral».

Fragmento del libro «Nietzsche y la filosofía» del filósofo francés Gilles Deleuze

Una filosofía que no entristece o no contraria a nadie no es filosofía. Sirve para detestar la estupidez, hace de la estupidez una cosa vergonzosa.

Cuando alguien pregunta para qué sirve la filosofía, la respuesta debe ser agresiva, ya que la pregunta se tiene por irónica y mordaz. La filosofía no sirve ni al Estado, ni a la Iglesia, que tiene otras preocupaciones. No sirve a ningún poder establecido. La filosofía sirve para entristecer. Una filosofía que no entristece o no contraria a nadie no es filosofía. Sirve para detestar la estupidez, hace de la estupidez una cosa vergonzosa. Sólo tiene éste uso: denunciar la bajeza del pensamiento en todas sus formas.

Por muy grandes que sean la estupidez y la bajeza serían mucho mayores si no subsistiera un poco de filosofía que, en cada época, les impidiera ir todo lo lejos que querrían.

¿Existe alguna disciplina fuera de la filosofía que se proponga la crítica de todas las mistificaciones, sea cual sea su origen o su fin? Denunciar todas las ficciones sin las que las fuerzas reactivas (del resentimiento y la mala conciencia) no podrían prevalecer. Denunciar en la mistificación esa mezcla de bajeza y de estupidez que forma también la asombrosa complicidad de las victimas y sus autores. En fin, hacer del pensamiento algo agresivo, activo y afirmativo. Hacer hombres libres, es decir, hacer hombres que no confundan los fines de la cultura con el provecho del Estado, la Moral o la Religión. Combatir el resentimiento y la mala conciencia que ocupan el lugar del pensamiento. ¿Quién a excepción de la filosofía se interesa por ello? La filosofía como crítica nos dice lo más positivo de sí misma: empresa desmitificadora. Y, a éste respecto, que nadie se atreva a proclamar el fracaso de la filosofía. Por muy grandes que sean la estupidez y la bajeza serían mucho mayores si no subsistiera un poco de filosofía que, en cada época, les impidiera ir todo lo lejos que querrían. Le prohíbe respectivamente, aunque sólo sea por el qué dirán, ser todo lo estúpida y lo baja que cada una por su cuenta desearía. No les son permitidos ciertos excesos, pero ¿quién, excepto la filosofía, se los prohíbe?

Pero desde Lucrecio hasta los filósofos del siglo XVIII debemos observar estos cometas, seguirlos todo lo posible, hallar su camino fantástico Los filósofos-cometas supieron hacer del pluralismo un arte de pensar, un arte crítico.

¿Quíén les obliga (a los filósofos) a enmascararse, a adoptar aires nobles e inteligentes, aires de pensador? Ciertamente existe una mistificación propia de la filosofía; la imagen dogmática del pensamiento y la caricatura de la crítica lo demuestran. Pero la mistificación de la filosofía empieza a partir del momento en que ésta renuncia a su papel… desmistificador, y tiene en cuenta los poderes establecidos: cuando renuncia a detestar la estupidez, a denunciar la bajeza. (…) Es cierto, dice Nietzsche, que actualmente los filósofos se han convertido en cometas. Pero desde Lucrecio hasta los filósofos del siglo XVIII debemos observar estos cometas, seguirlos todo lo posible, hallar su camino fantástico Los filósofos-cometas supieron hacer del pluralismo un arte de pensar, un arte crítico. Supieron decir a los hombres lo que ocultaba su mala conciencia y su resentimiento. Supieron oponer a los valores y a los poderes establecidos aunque no fuera más que la imagen de un hombre libre. Después de Lucrecio ¿cómo es posible preguntar aún: para qué sirve la filosofía?

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