Campesinos de la vereda Sardinata denunciaron que han sido víctimas de atropellos por parte de la fuerza pública desde el pasado 16 de septiembre, cuando agentes del Esmad y ejército ingresaron a la región para adelantar la erradicación forzosa de coca, incumpliendo el punto 4 de los Acuerdos de La Habana.
Entre el 16 y 18 de septiembre los campesinos han denunciado:
• Dos personas se encuentran heridas de gravedad: uno de ellos tiene una lesión en el estómago, está por determinarse si es por arma de fuego o perdigón. El otro herido tiene trauma testicular.
• Un herido leve con trauma en el cuello por recalzadas con grapas.
• 22 cabezas de ganado perdidas.
• Ocupación indebida de una finca por parte de la fuerza pública, al dueño le han amenazado con arma de fuego para que no ingrese a su propio terreno.
• Destrucción de cercas y linderos por parte de la fuerza pública.
• Quema de 20 motos de campesinos.
• Destrucción de alimentos de asentamiento campesino en el que habitan cerca de 900 personas.
• Quema de cultivos de caña y plátano.
• Ataque a campesinos con piedras y recalzadas con grapas.
• Quema de pastizales.
• Disparos al aire y al piso por parte de la fuerza pública.
Antes de que se presentara esta situación, campesinos y el equipo de Derechos Humanos de Marcha Patriótica se acercaron a los altos mandos presentes, manifestando su interés por el diálogo para dar cumplimiento a la erradicación de cultivos ilícitos, sin embargo, recibieron la respuesta violenta de estos avalada por el Ministerio de Justicia.
Frente a esta situación, Olga Quintero de la Junta Directiva de Ascamcat -Asociación Campesina del Catatumbo-, manifestó que: “Desde el paro de 2013 propusimos que la sustitución de cultivos ilícitos fuera concertada, estructural, ambiental, social para poder ver una solución real a este problema (…). El punto cuatro de La Habana, el problema de las drogas de uso ilícito, ratifica la propuesta, no solo en el Catatumbo, sino de los campesinos de Colombia, donde lo recibimos con beneplácito y estamos a la expectativa de que se empiecen a implementar todos los puntos del acuerdo de paz, pero específicamente este que está en el ojo de huracán debido a las presiones de Estados Unidos y el presidente Trump. (…). Ya no hay nada más que negociar, se trata de implementar”.
El punto cuatro de los Acuerdos de La Habana 4. Solución al Problema de las Drogas Ilícitas señala entre otras cosas “Que para construir soluciones sostenibles, garantizar los derechos de los ciudadanos y las ciudadanas y el no resurgimiento del problema, la política debe tener un enfoque territorial basado en la participación ciudadana y en la presencia y el fortalecimiento, en términos de efectividad, eficiencia y transparencia, especialmente de las instituciones responsables de la atención social y de las responsables de la seguridad y protección de las comunidades”, sin embargo, el gobierno nacional no está cumpliendo, sino que por el contrario está poniendo en riesgo la vida y seguridad de los campesinos de esta zona del país.
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Por su parte Wilder Mora, presidente de la Coordinadora Nacional de Cultivadores de Coca, Amapola y Marihuana –COCCAM- señaló que “el gobierno está haciendo todo al revés, porque decimos ¿cómo van a erradicar primero y después es que van a venir a hablar del programa de sustitución?”
Mora advirtió que si el gobierno nacional continuaba atacando a los campesinos y no cumplía con el punto cuatro “Solución al Problema de las Drogas Ilícitas” de los Acuerdos de La Habana, el campesinado se vería en la obligación de realizar un paro con cerca de 30.000 personas.
Hasta la fecha el Ministerio de Justicia no ha emitido un comunicado oficial sobre la grave situación de seguridad del Catatumbo y la implementación de lo pactado con las Farc.
Cabe señalar que el pasado 13 de septiembre el presidente Donald Trump envió un memorando diciendo que Colombia no había cumplido con los acuerdos internacionales contra el narcotráfico, debido al aumento del cultivo de coca en Colombia, sin embargo, de acuerdo a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito en su informe de 2016, plantea: “Entre tanto, es probable que haya disminuido el consumo per cápita de cocaína a consecuencia de la reducción de la cantidad disponible para el consumo en el período 2007-2014, vinculada principalmente a la disminución de la producción en la región andina. Paralelamente, en América del Norte ha disminuido el número de consumidores abusivos de cocaína. Ello indica que el mercado de la cocaína se ha reducido en general, aunque en varios mercados nuevos sigue aumentando el número de consumidores (sociales más que habituales).”
Dos días después de las declaraciones inician los ataques de la fuerza pública al campesinado del Catatumbo, desconociendo la tarea de las Naciones Unidas que según el punto cuatro, define la metodología y los instrumentos para la erradicación.
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