El periodista Norbey Quevedo Hernández en la sección de investigación del diario El Espectador, dio a conocer que siete jugadores de Santa Fe violaron a una trabajadora sexual:
“Según contó la denunciante, ella estaba bailando y tomándose un whisky cuando otro de los jugadores le ofreció $500.000 por un rato de relaciones sexuales. Entonces se fue con él a una habitación del segundo piso y estaban en su intimidad cuando tocaron a la puerta. El jugador, cuyo nombre no aportó porque no lo conocía, abrió y entraron a la habitación seis jugadores más diciendo que querían participar. Ella estaba desnuda y les dijo que no, pero el futbolista que estaba con ella intervino para decir: «Háganle, aprovechen».
Los jugadores se desnudaron y uno por uno tomaron a la mujer. «Me cogían fácil, como un muñeco, me volteaban de todas las formas (…) y cada uno lo hizo conmigo. Yo no quería, pero no me dejaban ir»”
Frente a esta situación los directivos del equipo manifestaron que se trataba inicialmente de una comida para celebrar el título de la Superliga, el pasado 1º de febrero, en la que participaron familiares de los jugadores y tenían total desconocimiento de que se hubiera desarrollado una fiesta.
La investigación está en manos de la Fiscalía (¿?) lo que no es muy alentador teniendo en cuenta su más reciente comportamiento y los intereses de todo tipo que se encuentran detrás de que sean o no condenados los futbolistas. Hasta el momento en que escribí esta nota, ningún jugador había sido sancionado por parte del equipo, pero si aparecieron curiosas declaraciones de César Pastrana presidente del Club Independiente Santa Fe:
“Es muy incómodo y jarto tener que uno referirse a estas situaciones, no sabía de eso. Nos enteramos por la nota de El Espectador, ni a Santa Fe ni al presidente ha llegado algún tipo de requerimiento, ni de la Fiscalía notificándonos para una aclaración o denuncia”
En la que claramente le resta importancia al hecho de que una mujer fuera violada por siete, si, siete jugadores de su club. También parece que para evitar esa incomodidad y jartera tanto las directivas y jugadores prefirieron ser cómplices de acceso carnal violento, aparentemente pagando a la víctima para que no hablara.
Un ex directivo habló de excesos en la fiesta, exceso es que todos estaban muy borrachos y alguien hizo el oso, exceso es que tomaron como si no hubiera un mañana, todos cometemos excesos. Pero que siete tipos violen a una mujer, no es un exceso.
Y no es suficiente con que integrantes de un equipo de fútbol reproduzcan prácticas machistas como la violación. También es claro el machismo en los medios corporativos de comunicación y no estoy exagerando, aunque me parece que la noticia es buena y debo confesar que no soy comunicadora, tiene un interesante ejercicio de investigación, si tiene detallitos que no se deben pasar por alto.
Cuando la noticia fue publicada tenía por titular: La fiesta sexual por la Superliga de Santa Fe.
Por fiesta sexual una se imagina que todos y todas la pasaron rico, que tomaron, tal vez consumieron drogas, que bailaron y tal. Además una fiesta más que merecida, no todos los días se gana una Superliga.
Pero este no es el caso, en la fiesta de celebración siete jugadores violaron a una mujer, a una trabajadora sexual que dijo NO cuando entraron seis hombres a la habitación y la violaron. Ustedes dirán “mienten las mentiras, la columna lleva por título Presunto abuso sexual en fiesta por Superliga de Santa Fe”, si ese es el de ahora, pero al momento de ser publicado era “La fiesta sexual por la Superliga de Santa Fe” y lo puede verificar muy fácil, no se necesita ser hacker, mire la url de la noticia:
http://www.elespectador.com/noticias/investigacion/la-fiesta-sexual-por-la-superliga-de-santa-fe-articulo-702983
Bueno, no todo puede ser criticar. Punto para quien se dio cuenta que el titular tapaba la realidad de la “fiesta”. Pero sigue “varios jugadores de Santa Fe fueron protagonistas de un lío con una trabajadora sexual” ¿lío? ¿En serio? Una violación no es un lío, el acceso carnal violento no es un lío.
Luego el periodista le pone un aire sentimental, no era un buen momento para los muchachos, los eliminaron, jugaban mal y además los periodistas preguntaban qué había pasado. Una lee eso y dice: “El colmo que molesten a estos buenos muchachos que la están pasando tan mal les pregunten si violaron a una trabajadora sexual”. En serio, parece que esa es la intención.
Luego dice que renació el escándalo porque el equipo estaba debilitado, no por el sentimiento de culpa de los futbolistas que violaron y de quienes callaron, o porque los violadores se fueran a entregar, no. El equipo está debilitado porque del premio que recibieron por la Superliga, aparentemente, le pagó a la mujer violada para que guardara silencio. Lo que llaman en el mundo del espectáculo, evitar un escándalo.
Otra vez, el problema no es el acceso carnal violento, la violación, el problema es el “escándalo con las trabajadoras sexuales”. Otra vez, como lo pinta, una dice, claro que la gente lea lo que ya sabe, que los futbolistas contratan trabajadoras sexuales para sus fiestas, sería un escándalo.
Por ahora no me queda nada más que decir, solo “Háganle, aprovechen” y exijan que los violadores paguen, que los cómplices paguen, que se sienta esa sanción moral, que los saquen del equipo porque no hay gol que valga, no hay campeonato que devuelva el tiempo y evite que esta mujer pasara por el sufrimiento de la violación, de ser violada por siete hombres.
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Por: Stephanía Pinzón, conocida en el bajo mundo como @TerribleStepha.
