El Santo: ‘Es preferible morir antes de que nos lleven a Marte’.

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Nicole Pinzon 2 Revista Hekatombe

“El Santo siempre será mi «héroe» una persona real, nada de ficticios héroes como Batman, Superman, etc. El Santo «mataba» zombies a madrazos no con armas como los de ahora, buenos recuerdos del Santo”.

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Tras la conmemoración de los 99 años del Natalicio del tan afamado luchador libre “Santo: El enmascarado de Plata”, comencé a investigar acerca de su trayectoria y así posiblemente encontrar el motivo no solo de su fama, sino de su potente magnetismo, atrayendo no solo reconocimiento casi mundial, sino además el cariño de sus fanáticos.

Tras mi muy breve investigación, encontré comentarios como el que abren éste artículo, los cuales podrían fácilmente vislumbrar uno de esos motivos que he buscado. La memoria. Al hacer parte del pasado de muchos y muchas, El Santo se convirtió en una grata y formidable compañía para niños, jóvenes y adultos que coincidieron en los más de 40 años de trayectoria de éste incansable luchador. A través de los comic, en los cuales salía siempre victorioso de batallas contra sirenas, monos lunares, delincuentes, o de sus más de 50 papeles protagónicos en películas en las que nuevamente como solo un héroe podría, vencía mujeres vampiro, ladrones de arte, zombis y satánicos, y obviamente a través de sus espectáculos de lucha en el ring, hizo parte de la cotidianidad y pasado de muchos y muchas, lo que llevó por ejemplo, a que hoy su imagen se encuentre plasmada en el boleto de metro de Ciudad de México.

Nicole Pinzon 2 Revista Hekatombe

Santo, como cualquier figura pública nacional que busca perpetuar su fama, debía encontrar reconocimiento y aceptación tanto en las clases bajas como altas Mexicanas, así que sin dejar de lado la máscara que le lanzó al estrellato, cambió su vestuario de mallas, botas y pecho descubierto, a busos cuello tortuga y blazers, convirtiéndose así en un súper héroe popular y sofisticado al mismo tiempo. Un motivo más podría decirse, pues aunque de manera implícita, su imagen se ajustaba a la posibilidad de reconocimiento de muchos en él, no importaba la proveniencia social, todos podían ser el santo, y Santo era el héroe de todos.

El Santo le jugaba a su coyuntura, aunque suene mal, y obviamente quienes le asesoraban también, y quienes producían sus películas o diseñaban sus comics. Los enemigos comunes que subían un peldaño más en la escalera del éxito al Santo, fueron siempre los enemigos comunes de todos, los comunistas en plena Guerra Fria, los nacis en la Segunda Guerra Mundial, las mujeres villanas en una sociedad machista, y las momias de Guanajuato…porque seguramente visitó el museo de las momias de Guanajuato…

Así mismo, entre todas las obviedades que rodean a una estrella siempre se encuentra un escándalo, y el de El Santo para ser honesta, me decepcionó, tocó mi fibra política la cual es bastante delicada. No solo asistía a reuniones del Partido Revolucionario Institucional PRI para atraer adeptos y votantes, sino que asistió también a actividades en apoyo a la candidatura presidencial de Gustavo Díaz Ordaz, perteneciente al selecto grupo de gobernantes Mexicanos informantes de la CIA y bajo cuya presidencia se ejecutó la Masacre de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, masacre de la que nunca se logró establecer un total de estudiantes asesinados, pues los cuerpos de los estudiantes ametrallados por el ejército mexicano fueron incinerados. Las victimas bien pueden encontrarse entre 200 y 600. Con la versión oficial de un simple ataque al ejército por parte de terroristas en la Plaza de las tres culturas, poco después se llevaron a cabo bajo total normalidad los Juegos Olímpicos.

No se trata de achacar culpas a quien no le corresponden, simplemente cada quien es responsable de con qué tipo de acciones está de acuerdo, cada quien es responsable del respaldo que da. Solo considero necesario mencionar no solo la genialidad de las pésimas películas de clase B de supuesto cine surrealista mexicano que protagonizó, o la fascinante estética de sus afiches previos a cada pelea, o el que nunca se le cayera la máscara mientras luchaba con maestría, sino también sus posibles inclinaciones políticas, aunque fueran simples métodos de recepción de apoyo de uno u otro bando, pues ya que su papel se fue convirtiendo en el de un héroe, habría que preguntarse a quienes defendería como héroe y contra quienes lucharía.

Por ahora me quedo con mi decepción, un afiche de su cara que ya no estará más colgado en mi pared, y la frase “Es preferible morir antes de que nos lleven a Marte” de la película Santo contra la invasión de los marcianos.

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Nicole Pinzón. Integrante de la Revista Hekatombe.

Maestra en artes plásticas de la ASAB, fotógrafa, estudiante de la maestría en historia y teoría del arte, la arquitectura y la ciudad de la Universidad Nacional. Amante de la pedagogía y los derechos humanos.

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