A continuación, les compartimos algunas claves para pensar los Pandora Papers más allá de la coyuntura:
¿Qué son los Pandora Papers?
Millones de archivos filtrados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación —ICIJ— en Washington DC. Fueron publicados el 3 de octubre de 2021.
¿Qué contienen los archivos?
Información sobre riqueza oculta y mecanismos de evasión fiscal llevados a cabo por exmandatarios, mandatarios y grandes empresarios a nivel mundial.
¿Qué colombianos están en los Pandora Papers por evadir impuestos o esconder riqueza?
En el caso colombiano, algunos de los nombres son los siguientes: los expresidentes Andrés Pastrana, Cesar Gaviria; la actual vicepresidenta Martha Lucía Ramírez; la ministra de Transporte Ángela María Orozco; el embajador de Colombia en Chile Guillermo Botero; la exministra de Educación y ex congresista Gina Parody; el director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales de Colombia (DIAN), Lisandro Junco Riveira; el presidente de la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda), Miguel Gómez Ramírez; y grandes empresarios como Luis Carlos Sarmiento Angulo, Isaac, Jaime y Gabriel Gilinski o Alejandro Santo Domingo, entre los más de 500 nombres de personas jurídicas y naturales que aparecen del país.
¿Qué implican los Pandora Papers?
La evasión fiscal es un delito en varios países, y la riqueza en paraísos fiscales es considerada como una práctica poco ética, pero los archivos no solo muestran un delito o una práctica poco ética, revelan la falsedad de la teoría económica del goteo.
Por muchos años los economistas neoliberales —como Carrasquilla en Colombia— nos han dicho que el Estado tiene que otorgar alivios en impuestos y beneficios a las grandes empresas para que de este modo puedan generar empleo y dinamizar así la economía nacional. En otras palabras, inyectar beneficios desde arriba que bajarán en modo de «gotas» y beneficiarán al grueso de la estructura social; pero lo que pasa en la práctica es que además de los beneficios estatales recibidos, los grandes empresarios ocultan su riqueza real y sacan sus ganancias a paraísos fiscales para no pagar impuestos.
En sus países los grandes empresarios no generan el empleo necesario —al buscar siempre otros países en los que la mano de obra sea más barata—, ni retribuyen al Estado y a la nación por dichos beneficios vía pago de impuestos. Además, los pocos empleos que generan son en condiciones de sobre explotación y precariedad laboral, buscando siempre sostener altas tasas de desempleo que les permitan abaratar más la mano de obra local, llevando a que la población trabajadora compita por vender su trabajo en condiciones cada vez peores.
Revista Hekatombe, oveja negra de la prensa nacional