La desaparición forzada, al igual que la tortura y la violencia sexual, son tres de los más grandes y dolorosos flagelos que han acompañado al conflicto armado interno en Colombia. Crímenes que muestran la absoluta deshumanización de la guerra cuyo principal objetivo es lacerar lo más profundo del alma y acabar la esperanza por la vida.
Los responsables son los actores armados legales e ilegales, quienes usaron este crimen como una forma de borrar la verdad y la memoria del país; pero también es responsable el Estado colombiano y todas las instituciones que por décadas ignoraron a las víctimas de estos hechos e incluso burlaron su dolor e invisibilizaron sus demandas. Y por supuesto, también es cómplice silenciosa: la sociedad, la amplia mayoría de la población que desconoce el impacto de estos hechos para las víctimas y la magnitud de este delito sobre la historia del país.
Acorde con datos de la UBPD en Colombia se han registrado 111.640 personas dadas por desaparecidas. De sus historias de vida surgen las personas buscadoras quienes en el 95% de los casos son mujeres: madres, hermanas, hijas, esposas y abuelas que se niegan a dejar en el olvido a sus familiares. En este sentido, en la Unidad se registra, además, que 21.028 mujeres adelantan procesos de búsqueda ante esta institución.
Pero las mujeres no solo buscan a las personas desaparecidas, buscan la verdad de los hechos para alcanzar la justicia y reparación que les permita caminar hacía el perdón. Para esto, han aprendido a buscar archivos, recoger relatos y reconstruir la historia. Han aprendido de las rutas de atención legal y del abrazo del acompañamiento psicosocial.
Esta ardua labor, que incluso las ha revictimizado a través de la persecución y estigmatización expresada en todas las formas de violencia (física, psicológica, sexual, simbólica y económica), en los últimos años ha estado acompañada por la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas UBPD institución que fue creada a partir de los Acuerdos de Paz firmados en La Habana en el 2016 en el marco del Sistema Integral para la Paz.
Así, las mujeres se han juntado, organizado y luchado con la misma bandera de la búsqueda de la verdad sobre los hechos ocurridos con sus seres queridos. Sus corazones se juntan para no perder la esperanza, para luchar por la dignidad y para que la restitución de sus derechos se haga realidad con logros como la aprobación de la Ley 2364 de 2024 por medio de la cual se reconoce y protege de forma integral los derechos de las mujeres buscadoras de víctimas de desaparición forzada; ley en la cual se declara del 23 de octubre como el Día Nacional de las Mujeres Buscadoras.
Sabemos que la búsqueda no se dará solo un día y que las personas dadas por desaparecidas están en la mente y el corazón de las mujeres buscadoras todos los días; pero también sabemos que esta conmemoración, es un abrazo simbólico a su lucha y a sus logros, a sus gritos de dignidad que también se traducen en arte, en música y en poesía como el Poema Ausencia de la Autora Aura María Díaz madre buscadora de César Ariel Sepúlveda Díaz, detenido desaparecido el 5 de septiembre de 1994 en Oiba, Santander.
Escucho la voz que nunca llega
el timbre que nunca suena
los pasos que imagino y no se sienten
la mirada que cada vez es más profunda
pero se aleja…
y, me resisto a pensar que nunca llegues.
No pasará la edad cuando te fuiste
no pasarán los juegos a escondidas
sigo sintiendo los abrazos y besos
de hijo ausente y escucho hoy con más
fuerza la última vez en que mi dijo
ya regreso.
Te observo a través de la ventana
que entra sigiloso…para devolverme los abrazos perdidos,
los besos protegidos,
y para acompañarme a recoger las
lágrimas vertidas por mis ojos
tantos años, para recoger la dignidad
perdida, para recoger la infamia y el
olvido y para sobreponerme a la terrible
indiferencia de los pueblos.