Algunos elementos para comprender la coyuntura global desde Colombia

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Recientemente, salió a la luz una publicación titulada “Sopa de Wuhan”, en la que diversas académicas y académicos del mundo, dan sus aportes frente al presente histórico y el COVID 19. Es un buen insumo para que nosotros desde nuestro lugar de enunciación tengamos una mirada crítica. Pues “debemos dudar de todo menos de que dudamos” diría el viejo Descartes. Pensar este momento histórico, no puede ser caer en lugares comunes de sectas seudorevolucionarias, o del poder soberano, donde al decir que todos estamos en esto, ocultan las asimetrías de género, de clase, de territorio y de vida. Queremos compartir algunos elementos muy sucintos para comprender la coyuntura en esto que llamamos Colombia:

En Colombia la Biopolítica es letal

El control sobre la población como lo muestra Castro Gómez (1998, 2000), en muchas de sus obras, ha estado marcada por la discriminación de raza, de clase, de género, de posición política. El poder soberano ha creado enfermedades letales para un proyecto de país racista, clasista y colonial. Primero los indígenas y negros eran un problema para controlar, eran la causa del atraso. Luego los comunistas y las mujeres. Hoy en día bajo el concepto de líder o lideresa social se mata impunemente a quien sea indígena, negro, mujer, o de ideas alternativas. Un HOMO SACER[1], un individuo que puede ser asesinado impunemente porque estamos en permanente estado de sitio. Por esta razón hay mas lideres asesinados que muertos por coronavirus. Ahora bien, el momento demanda salvar las vidas de todos y de todas. La alerta en Colombia es que como dice Judith Butler, debemos construir un país donde todas las vidas importen, las que mueren por una pandemia, pero también las que mueren por causas políticas, las mujeres que mueren por una cultura machista y patriarcal, y quienes mueren por no tener medios de vida. El imperativo de cuidemos de todos y todas debe extenderse para todas las esferas de nuestra cultura política.

El modelo económico es inviable

Esto es una verdad de a puño. Las clases dominantes lo saben, pero no quieren perder sus privilegios. Las pandemias siempre han acompañado el devenir histórico de la humanidad, el asunto de fondo es en el modelo económico desde donde debemos enfrentarlas. Cuando hay vidas que importan, quedarse en casa resulta una oportunidad para reflexionar, meditar y ser en familia. Siempre y cuando haya casa, alimento y buen vivir. De lo contrario es un infierno para cientos de miles de colombianos y colombianas. Acceder a un hospital de tercer nivel será una posibilidad para pocos, y morirán como siempre los nadie, los sin voz. Las organizaciones sociales y los partidos de izquierda deberán profundizar su lucha por una salud gratuita y universal.

Los avances democráticos en Colombia obedecen a una lucha histórica de las insurgencias

En el espectro político de hoy, se habla siempre del partido Alianza Verde y la Colombia Humana, y un poco antes del Polo Democrático Alternativo, como los modelos ideales de oposición, de pluralidad y de conseguir victorias para las gentes del común. Sin embargo, si observamos los aportes en política publica y en proyectos de ley, en reformas constitucionales para democratizar la sociedad son mínimos. Los avances como la Constitución del 91, con todo el componente de derechos civiles y políticos, fue producto de un acuerdo de paz con el EPL, M19 y Quintin Lame.

La posibilidad cierta de romper con el pensamiento binario de patria o terrorismo, impuesto por la ultraderecha, fue posible gracias a los acuerdos de La Habana, que de implementarse logrará mas transformaciones de las que seguramente Gustavo Petro hubiera logrado como presidente. Esas conquistas deben incorporarse en una pedagogía de paz que se sedimente en la cultura política colombiana, cosa que esta pasando pero que tendrá más éxito si todos los sectores alternativos se comprometen a defender dichas conquistas.

Programa mínimo sin sectarismos

Está claro que, para vencer al sector guerrerista de la clase dominante, se necesita de todas las fuerzas alternativas, liberales, verdes, decentes, Polo, Farc, y la insurgencia del Eln. Y por supuesto, del movimiento social, sindical y popular. La relación de fuerza con el Estado, esta determinada por la posibilidad de construir un programa mínimo que venza la guerra, y fortalezca las conquistas y avances en el marco de la lucha de clases. Quienes creemos que el modelo económico debe ser cambiado por otro, socialista o alternativo, sabemos que no es cuestión de voluntad, sino de fuerza. Desde las localidades, regiones, universidades, escuelas, organizaciones se puede ir construyendo este programa por la vida digna y la paz.

No puede volver a ocurrir lo del Paro Nacional, que perdió vigencia y fuerza por disputas partidarias. Las ciudadanías libres tienen sus limites cuando de materializar las propuestas en pliegos o políticas se trata. Son los partidos quienes lo viabilizan.

Colombia puede reafianzar su gobierno fascista

Esta pandemia puede sacar fortalecido al gobierno Duque, por medio del asistencialismo y la propaganda humanitaria. Nuestra cultura política esta marcada por el servilismo, el clientelismo y los favores. Los escándalos y la corrupción son tan altos que ya el poder soberano es inmune a ellos y son capaces de mantener la gobernabilidad. La posibilidad cierta de cortar con 20 años de gobiernos narco estatales y guerreristas, está en la radicalización de la lucha, porque la crisis va a ser la justificación para privatizar lo poco que queda y no ceder en ningún aspecto que plantee el movimiento social y los partidos políticos.

 [1] Puede consultarse el libro. Homo Sacer. De Giorgi Agamben. 1998. Pretextos.

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