Cambio climático y el mundo en llamas

0
1462

 Mucho se ha escuchado hablar sobre lo que sucede en Australia, una realidad que ha derivado en titulares realmente lamentables: “Más de mil millones de animales pierden la vida en los incendios de Australia” (RT , 9 ene 2020), “Líderes aborígenes de Australia dan luz verde para exterminar a 10.000 camellos” (RT, 8 ene 2020), “El humo de los incendios de Australia llega a Chile y Argentina” (RT, 7 ene 2020), “Desde septiembre se han quemado más de 6 millones de hectáreas” (El tiempo, 7 de enero 2020), y parece que todos estos titulares no son mas que voces de alarma.

Sin embargo, este articulo no busca ahondar en las consecuencias de los incendios forestales que desde septiembre atacan con mayor intensidad, sino que, busca dar un paso atrás y enfocarse en uno de los agravantes, que si bien algunos lo toman como un fantasma que recorre el mundo, es tan real como el modelo extractivista a nivel global.

Tomado de https://www.eltiempo.com/vida/medio-ambiente/huelga-mundial-por-el-cambio-climatico-en-colombia-y-el-mundo-414520

Los incendios forestales en Australia no son un evento aislado, por el contrario, son resultado de un fenómeno mundial que afecta de manera importante el sur global y Colombia no está exenta. Desde hace días se han presentado incendios en diferentes departamentos del país, siendo los más afectados Cundinamarca, Córdoba, Santander y Antioquia. Sin embargo, este flagelo no es nuevo, en agosto del 2019 la amazonia ardió como nunca, dejando como consecuencia 2.5 millones de hectáreas de selva completamente arrasadas.

La cuestión aquí es preguntarse ¿Por qué sucede esto? Para no ir tan atrás y hablar de los cambios sucedidos tras el pedido de industrialización y la consolidación de un modelo de producción capitalista, que trajo consigo afectaciones sociales y especialmente ambientales, un modelo que impuso un mundo en llamas.

Tras la renuncia de los países latinoamericanos al modelo de industrialización por sustitución de importaciones y su posterior apertura al modelo neoliberal y al mercado global, se generó un cambio en la división internacional del trabajo, de las formas y los productos propicios para el comercio exterior. Los países con menor nivel tecnológico en la industria y con dificultades financieras se vieron condenados a ser la despensa de materias primas de aquellos países que dominaron el comercio y la producción, que aún mantienen sus imperios.

Esta transformación en la producción a nivel global, derivó en la falsa idea (que aun hoy es vigente en la gran mayoría de gobiernos de Latinoamérica) de que son necesarias políticas enfocadas en el extractivismo como la única o más confiable forma para lograr el desarrollo económico en la región.

Aquí es importante hacer un paréntesis que puede incomodar, quizá, a ciertas personas que lean este artículo. Ningún gobierno en América Latina ya sea desde el ala neoliberal o desde el ala progresista a tomado una real determinación por alejarse de este sistema como forma de conseguir el desarrollo económico, sino que han enfocado sus diferencias en la forma en la que son distribuidas a nivel social las rentas producidas por el comercio de commodities, mas no han sido tajantes en el abandono y el impulso de este modelo, y menos aún, se han arriesgado a la experimentación de nuevas formas de producción. Justo en este punto es donde se hace visible la base de la catástrofe. No muchos de ellos le hacen frente al modelo, no muchos de ellos se preocupan por el ambiente y no muchos de ellos quieren cambiarlo y con ellos me refiero a la elite política y económica a nivel global.

En este sentido, podríamos decir que en gran medida las consecuencias de estas acciones que sobrecargan el planeta y aportan cada día más al cambio climático, son derivadas de acciones y de voluntades políticas que no asumen que gracias a ellos este planeta va en vía a la destrucción. Por el contrario, se ha puesto en la escena publica un discurso que ubica las individualidades como las causantes del calentamiento global, no obstante, esto es una vista reducida y liberal de la responsabilidad.

¡Pero esperen! esto no quiere decir que cada uno y cada una de nosotras no podamos aportar desde la individualidad para la reducción de la huella de carbono, por el contrario, es una invitación a sumar esfuerzos para presionar a quienes se han hecho los de los oídos sordos para que asuman su gran responsabilidad.  Desde hace unos años esta demanda está cobrando fuerza a nivel global, además ha aumentado el número de manifestaciones en contra de ellos, esos que tratan el cambio climático como un fantasma buscando esquivar de cualquier forma la critica al sistema. En este panorama es donde debemos aumentar los esfuerzos y exigir desde lo local hasta lo global que ¡el planeta se respete carajo!

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí