Tres líderes sociales asesinados, uno hospitalizado y un estudiante desaparecido.

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Bogotá. 20 de noviembre de 2016. Erley Monroy, Didier Losada Barreto, Hugo Cuellar, José Antonio Velasco  y John Jairo Rodríguez Torres, líderes campesinos pertenecientes al movimiento político y social Marcha Patriótica, a quienes por pensar en la posibilidad real de cambios sociales en el país les ha costado la vida o han sido víctimas de atentados. Y Hannier Hurtado, estudiante valluno de Medicina e Ingeniería Industrial, la militancia por la vida le costó su desaparición desde el lunes 31 de octubre. Tres sucesos dolorosos que han tenido lugar en el marco de incertidumbre generado por el voto negativo, los altos grados de abstención a la refrendación del acuerdo de paz entre el Gobierno Nacional y la insurgencia FARC-EP y su posterior dilatación intencional a manos de la extrema derecha -uribismo-.

Erley, era dirigente de la Asociación Campesina Ambiental del Losada – Guayabero, ASCAL-G. En los últimos días tanto el alcalde de San Vicente del Caguán como algunos miembros de las fuerzas militares le habían hecho señalamientos por su actividad organizativa en pro delos derechos humanos y ambientales en la región.  Fue encontrado el 18 de noviembre con graves heridas  de bala a las que no sobrevivió en inmediaciones del Batallón Cazadores, del Ejército Nacional.

Didier, integrante de la Fundación DHOC que ha venido denunciando la presencia del paramilitarismo en la región en las últimas semanas, fue asesinado en su casa presuntamente a manos de un encapuchado. También el pasado 18 de noviembre.

Hugo Cuellar, presidente de la  junta de la vereda La Victoria de La Macarena, Meta y también miembro de DHOC se encuentra hospitalizado después de que atentaran contra su vida cuando regresaba del velorio de su compañero Erley. El 19 de noviembre a las 11:0 p.m.

José Antonio, integrante de  la Asociación de Trabajadores Pro Constitución Zonas de Reserva Campesina de Caloto, Astrazonaca, y  del Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano, Pupsoc, fue encontrado mal herido con varios impactos de arma de fuego el 15 dde noviembre. Cristian Delgado, vocero de esta organización señaló que “él alcanzó a decirle a las personas que lo encontraron que quienes le hicieron eso eran 3 personas, que 1 era conocido, que 2 no” según declaraciones entregadas a Contagio Radio

John Jairo, líder campesino del municipio de Caloto-Cauca y militante del Movimiento Marcha Patriótica, fue asesinado el 1 de noviembre.

Hannier no llegó a sus clases del 31 de octubre a pesar de ser un disciplinado estudiante. Desde ese momento no ha regresado a su casa. Era reconocido en su universidad por el evidente compromiso social y su activismo también en la organización Marcha Patriótica.  

Es imposible no pensar en estos hechos y recordar las trágicas cifras de 6.528 asesinados integrantes de la Unión Patriótica –genocidio político que opero desde 1985 hasta 2002-, y los más de 120 asesinados de Marcha Patriótica, organización que solo cuenta con 4 años de existencia como movimiento político y social.

El telón de la paz no puede ni debe ser la sangre de miles de colombianos y colombianas que asumen un compromiso democrático y humanitario por su país. El Estado debe dar garantías reales de participación política a las comunidades, y la garantía mínima es el derecho a la vida.

Que el derecho a la paz no nos cueste el derecho a la vida.

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