Bogotá, 23 de noviembre de 2016. La organización insurgente ELN (Ejército de Liberación Nacional), que el pasado 27 de octubre instaló en Quito, Ecuador la Mesa Pública de Conversaciones con el Gobierno Nacional, publicó en “Radio Nacional Patria Libre -Ranpal-”, una de sus páginas oficiales, un llamado a la sociedad civil y al Estado frente a la ola de asesinatos sistemáticos de líderes sociales y comunitarios y de defensores de derechos humanos, en el cuál plantean que “Esto no pasaría si la sociedad no permitiera la estigmatización, si el Estado depurara sus aparatos de seguridad y brindara sistemas de protección eficientes, y si la sociedad lograra controlar las prácticas violentas de los de arriba.”
Así mismo, señalan que dicha persecución es ejercida por la extrema derecha, que según sus términos, practica “la política de doble tenaza”, es decir “por un lado prometen seguridad, propiedad, orden y una falsa paz; y por el otro niegan los derechos políticos básicos, reprimen la movilización, criminalizan la protesta popular, estigmatizan, desplazan, desaparecen y asesinan.”
Finalmente convocan a la sociedad civil a movilizarse por la solución política al conflicto armado y a la organización contra la violencia sistemática.
Por su parte, según comunicado del Ministerio del Interior, la encargada de derechos humanos de la entidad, Ivonne Gonzáles Rodríguez, anunció el “Aumento de la cobertura nacional con las fuerzas legítimas de seguridad del Estado, para evitar asesinatos de líderes sociales y defensores de Derechos Humanos”, de igual forma indicó que “no se permitirá que haya una revictimización del papel de los defensores y defensoras de Derechos Humanos, ni tampoco su estigmatización en el ejercicio que vienen promoviendo en sus territorios, como un aporte a lograr la paz en Colombia.” Vale decir también que reconoció la ausencia del Estado en tiempos pasados.
Es necesario resaltar que durante los diálogos de paz de 1984 y 1991, el ELN no se sentó en ninguna de las mesas por el recrudecimiento del conflicto que implicó la guerra sucia en el asesinato generalizado a líderes sindicales, campesinos, estudiantiles y en general a quienes se movilizaban por la ampliación de la democracia.