Cuando se tienen buenos encuentros con el cine de Hollywood: “Los hombres libres de Jones”

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¡Al final enlace para que la veas completa!

El otro día vi una película de Hollywood bien interesante, se enmarca en un periodo de la historia de los EE.UU que hace parte de los mitos fundadores de su historia, junto a su independencia y a su participación en la Segunda Guerra Mundial. Me refiero a `Los hombres libres de Jones’, protagonizada por Matthew McConaughey y dirigida por Gary Ross, estrenada en el 2016. 

Como la idea es no dañarles la película a quienes no la han visto, no la voy a contar, me limito a decir que está basada en la vida de Newton Knight, durante la Guerra de Secesión o guerra civil estadounidense. No soy un crítico de cine, así que no puedo hablar de sus atributos estéticos, pero si soy un enamorado de las ciencias sociales y la recomiendo desde el punto de vista histórico y político. ¿Por qué? La película narra un suceso poco estudiado y poco conocido, y lo hace en una perspectiva bien distinta a la que nos tiene acostumbrados Hollywood con las películas de sus mitos fundacionales. Eso no implica que no tenga el ingrediente de acción, heroísmo, romance y drama que caracteriza a sus filmes, lo que no le quita, en mi opinión, ningún merito.

Pero antes de hablar de la película contextualizaré brevemente e incluso de forma grosera para los historiadores de profesión, lo que estaba sucediendo en EE.UU en ese entonces, para que me sigan con lo que quiero comentar.

Para no alargarme, y para quienes no la tengan muy clara, palabras más palabras menos, la Guerra de Secesión en los EE.UU (1861-1865) fue una guerra civil que inició cuando un importante sector del Partido Demócrata decidió no alinearse a las políticas abolicionistas (de abolición de la esclavitud) del presidente republicano Abraham Lincoln, así que decidieron emprender un camino separatista. El bando esclavista dio lugar a los “confederados” en el sur y el bando de los abolicionistas dio lugar a “la unión” en el norte, porque buscaban la unión de todos los estados, como su nombre lo indica.

Esas son las generalidades del hecho, pero tengan en cuenta dos elementos:

El primero, que en el siglo XIX el Partido Republicano de los EE.UU no aglutinaba al sector conservador de la sociedad, como pasa relativamente en la actualidad, sino a sectores un poco más progresistas que en lo económico se identificaban con el proteccionismo para el fortalecimiento industrial. En el Partido Demócrata convergían los sectores que promovían el liberalismo económico para la exportación con Europa.

El segundo, que la guerra civil encerraba unos intereses económicos de fondo, es decir, no se trataba de la abolición por la abolición de la esclavitud, ni mucho menos de una guerra contra el racismo (aunque, claro, había personas antirracistas en el norte), sino de generalizar en todos los estados del país el modelo de industrialización, por lo que se requería de mano de obra “libre” para proletarizar, porque en la industria es más barato pagar salarios miserables que sostener a esclavos.

En el sur, los terratenientes pretendían tener el nivel de vida de la aristocracia europea (eso es evidente por ejemplo en la película, que lleva el mismo nombre del libro en el que se basa: “Lo que el viento se llevó”) y tenían grandes sembrados de algodón que eran cultivados por mano de obra esclava de los afroamericanos. Mientras que en el norte avanzaba la producción industrial y en equivalencia, el tipo ideal de vida burguesa para los propietarios. El objetivo así era ampliar la industria y volverla mucho más competitiva con la materia prima del sur. Eran dos modelos que un punto determinado se volvieron antagonistas, por lo que empezó una guerra encabezada por los burgueses del norte contra los grandes terratenientes esclavistas del sur, peleada por los obreros del norte contra los pequeños propietarios del sur. Después del triunfo del norte, se abolió la esclavitud pero el racismo pervive hasta los días de hoy, un sólido racismo institucional que hizo de la población afro la mano de obra barata y más tarde, el ejército de reserva laboral marginado.

Con esas ideas generales de la guerra, se puede entender un poco mejor la película, y pues lo que quiero decir. La película “Los hombres libres de Jonson” me gusta por dos razones: primero porque va narrando un proceso histórico en su continuidad, y no un hecho estático que parece fijado en la historia, dejando en evidencia cómo lo acontecido en la guerra no fue un episodio más y con el que inmediatamente después se pasó página, sino que pervivieron elementos del suceso hasta mucho después del tiempo inmediato en el que pasó. Segundo, el sacar de los anaqueles de la historia un evento significativo, que muy probablemente por las intencionalidades de quienes la escriben, estaba en el olvido porque es el vivo ejemplo de la posibilidad de construir mundos distintos.

Newton Knigt era un enfermero de los soldados del sur, que por la fuerza de las circunstancias deserto del ejército confederado. Tras defender a unas familias del injusto impuesto en especie cobrado por los confederados a las mujeres y niños, los militares y cazadores de esclavos empezaron a buscarlo para ejecutarlo, por lo que Newt, como le decían de cariño, se fue hacia los pantanos de forma clandestina. Allí junto a los afros que huían de la esclavitud, se empezó a sumar una gran fuerza de muchos de los pobladores del Missisipi y soldados desertores, que primero operó como guerrilla y atacó a los confederados para recuperar lo robado bajo la figura del impuesto en especie y repartirlo a la comunidad pobre, para más adelante crecer lo suficiente como para tomar varios condados de la región y crear “El Estado Libre de Jonson”.

 

Un Estado, o mejor, una nación que no se identificaba con los confederados y que no era reconocida por los unionistas. Un ejercicio de poder popular interracial, el primero de su tipo en EE.UU, donde convivían como iguales “blancos” y “negros”.

He hecho lo que dije que no iba a hacer, contar la película o por lo menos una parte importante, pero dejo hasta acá no más. El Estado Libre enarbola cuatro principios:

1. Nadie será pobre para que otro sea rico.
2. Ningún hombre le dirá a otro en donde debe vivir o en donde se muere.
3. «Lo que ustedes siembren es suyo para ser cosechado». Nadie tiene el poder de llevárselo (similar a la consigna de la ANUC línea Sincelejo en Colombia y de Emiliano Zapata y los zapatistas de “La tierra para el que la trabaja”. Este principio es reiterado en varios momentos de la película).
4. Todo hombre es humano (habría que agregar toda mujer, ya que es evidente un trato entre iguales entre hombres y mujeres. Puntualmente el principio alude al antirracismo).

 

Estos principios reflejan los elementos sencillos y básicos del comunismo, o del comunismo libertario dirán otros. El Esatdo Libre de Jones puede ser equiparable a otros ejercicios de poder popular y comunismo que han tenido lugar en la historia. Me refiero a los ejercicios comuneros, no al socialismo real del bloque del este europeo al que se le puede hacer más de una crítica.

Considero que el Estado Libre de Jones en los Estados Unidos, manteniendo las debidas proporciones, tiene francas similitudes con la Comuna de París en Francia, la Comuna de Morelos en México y la Comuna de Barrancabermeja en Colombia como casos paradigmáticos. La primera en los primeros meses de 1871, la segunda en plena guerra civil mexicana iniciando el siglo XX y la tercera, en la década de los cuarenta tras el estallido del Bogotazo. Eventos de increíble heroísmo y autodeterminación, donde los de abajo decidieron mandatarse a sí mismos, hacer del poder una relación social beneficiosa para el bien común, para las mayorías sociales, contra las elites o clases sociales dominantes. Comunas donde lo que primaba era eso, lo común, donde en un marco jurídico democrático y popular se mandató esa misma ley por principio, que nadie podía empobrecer a otro para enriquecerse así mismo. Donde los valores que prevalecían eran la solidaridad y el compañerismo antes que el egoísmo, la mezquindad y la competencia sucia.

Estos ejercicios de poder popular, de democracia desde abajo fueron duramente reprimidos, en en caso del Estado Libre de Jones, con el brazo paramilitar del Ku Klux Klan. Pero evidencian que la utopía, o no lugar según su raíz etimológica, ha tenido muchos lugares en la historia, cuando los de abajo, como Newton Knight, buscan materializar sus ideas de justicia social.

 Película completa: https://www.youtube.com/watch?v=Supvh9jFjAM 

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David Pinzón Hernández @DavidPinzonH | Integrante de la REVISTA HEKATOMBE.
Estudiante de Universidad Pública. «Tengo una pequeña perra que es más lista que una bruja».

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