El 1 de junio del 2020 el Matarife trinó:
Está bien que la Fiscalía examine las cuentas del Centro Democrático y están a disposición las mías, personales
— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) July 1, 2020
Es un trino que se da en el contexto de las declaraciones de la directora del Centro Democrático en la Fiscalía General de la Nación por las grabaciones de interceptaciones, en las que asegura que el empresario venezolano Oswaldo Cisneros dio un aporte ilegal de 300 mil dólares a la campaña presidencial de Iván Duque. Interceptaciones en las que también participa la exasesora del Matarife María Claudia “Caya” Daza y Priscila Cabrales, por las investigaciones de la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia a propósito de la “Ñeñe política”.
Caso aparte es la complicidad descarada que existe entre la Fiscalía y el partido de gobierno, que goza del privilegio de ser avisado de un allanamiento, precisamente por la confesión del financiamiento ilegal de la campaña presidencial hecha por su directora.
No es la primera vez que Álvaro Uribe Vélez declara públicamente que sus cuentas están abiertas al escrutinio público. Lo cierto es que nadie con tanto poder tiene en sus cuentas bancarias dinero que sepa mal habido. Pero el Matarife nos cree idiotas. No hay que olvidar que solo hasta que la ley 2013 del 2019, lo obligó, por ser senador, a hacer pública su declaración de renta en la que reveló un patrimonio líquido legal de más de 9 mil millones de pesos frente a los cuales paga un porcentaje muy pequeño de impuestos.
Motivado por la invitación pública del Senador, me enfoqué en revisar la información que existe en el portal Cuentas Claras sobre su última campaña electoral en la que fue elegido nuevamente para ocupar una silla en el Congreso de la República. Lo cierto es que no es fácil ni clara la información del portal. En este Excel recopilé no solo las contribuciones declaradas de particulares, sino también los gastos declarados de transporte, publicidad, administración e ingresos de la campaña del Matarife. Un dato curioso: el Matarife solo pago por gastos de aseo de la oficina de la campaña – que generalmente son más de seis meses de trabajo – a la señora Angela Bohórquez miseros $30.000 según lo que el mismo reportó.
Carlos Alberto Estrada Montoya figura como el segundo en la lista de los contribuyentes particulares a la campaña al Senado del Matarife. Fue presidente de la junta directiva de Inversionistas de Colombia que en el 2006 fue adquirido por Interbolsa; grupo empresarial que finalmente fue liquidado por la Superintendencia Financiera en el 2012 ya que quebró, a pesar de ser el principal jugador del mercado de valores en el país manejando casi 1,5 billones de pesos entre otras cosas por sus relaciones con los Nule. Carlos Alberto Estrada Montoya recibió una condecoración en el 2009 de las manos del Matarife cuando aún era presidente de la república por ser uno de los protagonistas del negocio bursátil en Colombia. Carlos Alberto es una de las conexiones del Matarife con los baqueros y comisionistas de bolsa de valores en Colombia y sus intereses.
Camilo Montaña Pradilla le donó al Matarife $100 millones para su campaña al Senado. Lo curioso del señor que esta cuarto en la lista que el Senador reportó a Cuentas Claras que también fue donante de la campaña presidencial de Juan Manuel Santos en el 2010, de Oscar Iván Zuluaga en el 2014 y de Iván Duque Márquez en el 2018; aunque a los tres ungidos por el innombrable les giro cinco veces menos que lo que le giro al Senador para su campaña. El señor Camilo Montaña Pradilla es representante legal de la Sociedad Comercializadora Colombiana de Carbón COLCARBON S.A. y esta reportado como deudor moroso del estado por la Agencia Nacional de Minería.
En el 2007 la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca le concedió a Camilo Montaña como representante legal de COLCARBON las aguas superficiales del municipio de Cucunuba.
Según la Resolución 1360 del 31 de julio del 2013 de la Corporación Autónoma Regional de Boyacá se le concedió a Camilo Montaña Pradilla el uso de aguas superficiales en el municipio de Tuta. Lo curioso es que ese municipio es conocido por la actividad minera ilegal de carbón. Cucunuba y Tuta están a 70 kms de distancia en línea recta. Esta es una línea abierta de investigación para saber más sobre una de las conexiones del Matarife con los grandes mineros en Colombia y sus intereses.
Dora Correa de Uribe figura como la 5 de la lista con un aporte de $38.000.000. Ella es la mamá de Gilberto Uribe Correa quien es gerente del Grupo Uribe la cual es una empresa antioqueña de más de 100 años y que hoy es la que tiene a cargo la representación, producción y comercialización en Colombia y el Caribe de las marcas Chevignon, Americanino, Naf Naf, American Eagle, Mango, Esprit, Rifle y Mothercare.
En 1994 se firmó un poder general en donde Carlos Gilberto Uribe Correa, su madre y su padre Gilberto Uribe Echevarría figuraban con el manejo de la empresa Yakobi Trading la cual se encuentra en el paraíso fiscal de Panamá y fue usada por el exsenador Otto Bula para redireccionar el soborno de 4,6 millones de dólares que pago Odebrecht para que se le concesionara la Ruta del Sol.
Dora Correa de Uribe también figura como gerente de la Sociedad San Michel Ltda. la cual se disolverá en el 2062 pero tiene un objeto social tan amplio y un capital tan pequeño según la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia que uno solo puede hacerse mil preguntas de las razones por las que una familia que financia al Matarife conectada con paraísos fiscales y trasnacionales corruptas pueda tener para constituir esta personería jurídica.
Según la organización Transparencia por Colombia “el conflicto de interese surge cuando un servidor público tiene un interés privado que podría influir, o en efecto influye, en el desempeño imparcial y objetivo de sus funciones oficiales, porque le resulta particularmente conveniente a él, o a su familia, o a sus socios cercanos”
Puede que Álvaro Uribe Vélez se vaya a la tumba sin decir la verdad sobre su relación con el paramilitarismo, el narcotráfico y la corrupción en Colombia, pero lo cierto es que solo toca escarbar un poco para dilucidar que, aunque tapa muy bien sus posibles crímenes sus conflictos de interés son evidentes. Es un político que no toma decisiones motivado por generar el mayor bienestar posible a la mayor cantidad de colombianos, sino por el contrario, para proteger los intereses de las élites que lo han venido financiando en los últimos 20 años de carrera, solo sigan escarbando.