Existen dos artículos escritos por Lenin que son previos a la Revolución de Octubre (noviembre en nuestro calendario) que guardan una caracterización sumamente completa del contexto a pesar de su brevedad, a saber: “Las tesis de abril” y “el poder dual”. Dos escritos en los que se puede sentir una relativa cercanía entre las posiciones libertarias y marxistas, donde la capacidad creadora residía en el pueblo organizado y no en la lógica vanguardista que posteriormente llamarían a la razón de Estado para constituirse.
“Las tesis de abril” y “el poder dual”, dan cuenta de un momento en el que las posiciones leninistas en clave del Marx que describió y analizo la Comuna de París, no eran completamente opuestas de la lógica con la que estaban construyendo organización y resistencia los libertarios de Ucrania y sur de Rusia, cuya principal figura era el campesino Ucraniano Néstor Makhno, impulsor del “plataformismo”, es decir, de un anarquismo social con un mayor nivel organizativo, a diferencia del anarquismo de corte terrorista-individualizado que le precedía.
La historia de la Revolución Rusa es un campo en disputa entre diversas tendencias políticas, en las que sobre salen las interpretaciones anarquistas y bolcheviques que tienden a renegar mutuamente sobre el papel desempeñado en tal momento histórico, que al decir de Eric Hobsbawm, daría apertura al siglo XX. Por eso es interesante volver a estos escritos de Lenin, cabeza del Bolchevismo –que cabe decir, no era un cuerpo homogéneo- para identificar como en momentos de tensión es posible encontrar que siguen existiendo puentes entre las posturas emancipadoras, más allá de los ciegos sectarismos-dogmatismos.
A continuación reproducimos ambos escritos, que recomendamos leer completos, para no solo limitarnos a estudiar los artículos que sintetizan la historia sino para comprender las líneas escritas al calor de la historia misma. Al final enlazamos un breve y poco conocido dialogo entre Lenin y Makhno para ver de primera mano la relación de respeto mutuo entre dos revolucionarios de tendencias distintas, entre el Anarco-comunismo y el comunismo de corte bolchevique, antes de que el Ejército Rojo, comandado por Trotsky en aquel entonces, aplastara la autodeterminación del pueblo ucraniano que había elegido el camino ácrata, el de la comuna, la democracia directa y el antiautoritarismo, antes que el de la razón de Estado bolchevique.
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Las tareas del proletariado en la presente revolución
(Tesis de abril)
(Artículo del periódico Pravda en su número 26, publicado el (febrero) 7 de abril de 1917)
Habiendo llegado a Petrogrado únicamente el 3 de abril por la noche, es natural que sólo en nombre propio y con las consiguientes reservas, debidas a mi insuficiente preparación, pude pronunciar en la asamblea del 4 de abril un informe acerca de las tareas del proletariado revolucionario.
Lo único que podía hacer para facilitarme la labor -y facilitársela también a los opositores de buena fe- era preparar unas tesis por escrito. Las leí y entregué el texto al camarada Tsereteli. Las leí muy despacio y por dos veces: primero en la reunión de bolcheviques y después en la de bolcheviques y mencheviques.
Publico estas tesis personales mías acompañadas únicamente de brevísimas notas explicativas, que en mi informe fueron desarrolladas con mucha mayor amplitud.
TESIS
En nuestra actitud ante la guerra, que por parte de Rusia sigue siendo indiscutiblemente una guerra imperialista [la primera guerra mundial], de rapiña, también bajo el nuevo gobierno de Lvov y Cía [ya había triunfado la revolución de febrero, de corte reformista, claudicante al zarismo y a la gran burguesía rusa]., en virtud del carácter capitalista de este gobierno, es intolerable la más pequeña concesión al «defensismo revolucionario».
El proletariado consciente sólo puede dar su asentimiento a una guerra revolucionaria, que justifique verdaderamente el defensismo revolucionario, bajo las siguientes condiciones: a) paso del poder a manos del proletariado y de los sectores más pobres del campesinado a él adheridos; b) renuncia de hecho y no de palabra, a todas las anexiones; c) ruptura completa de hecho con todos los intereses del capital.
Dada la indudable buena fe de grandes sectores de defensistas revolucionarios de filas, que admiten la guerra sólo como una necesidad y no para fines de conquista, y dado su engaño por la burguesía, es preciso aclararles su error de un modo singularmente minucioso, paciente y perseverante, explicarles la ligazón indisoluble del capital con la guerra imperialista y demostrarles que sin derrocar el capital es imposible poner fin a la guerra con una paz verdaderamente democrática y no con una paz impuesta por la violencia.
Organizar la propaganda más amplia de este punto de vista en el ejército de operaciones.
Confraternización en el frente.
La peculiaridad del momento actual en Rusia consiste en el paso de la primera etapa de la revolución, que ha dado el poder a la burguesía por carecer el proletariado del grado necesario de conciencia y de organización, a su segunda etapa, que debe poner el poder en manos del proletariado y de las capas pobres del campesinado.
Este tránsito se caracteriza, de una parte, por el máximo de legalidad (Rusia es hoy el más libre de todos los países beligerantes); de otra parte, por la ausencia de violencia contra las masas y, finalmente, por la confianza inconsciente de éstas en el gobierno de los capitalistas, los peores enemigos de la paz y del socialismo.
Esta peculiaridad exige de nosotros habilidad para adaptarnos a las condiciones especiales de la labor del partido entre masas inusitadamente amplias del proletariado que acaban de despertar a la vida política.
Ningún apoyo al Gobierno Provisional; explicar la completa falsedad de todas sus promesas, sobre todo de la renuncia a las anexiones. Desenmascarar a este gobierno, que es un gobierno de capitalistas, en vez de propugnar la inadmisible e ilusoria «exigencia» de que deje de ser imperialista.
Reconocer que, en la mayor parte de los Soviets [concejos populares en los que operaba la democracia directa] de diputados obreros, nuestro partido está en minoría y, por el momento, en una minoría reducida, frente al bloque de todos los elementos pequeñoburgueses y oportunistas -sometidos a la influencia de la burguesía y que llevan dicha influencia al seno del proletariado-, desde los socialistas populares y los socialistas revolucionarios hasta el Comité de Organización (Chjeídze, Tsereteli, etc), Steklov, etc, etc.
Explicar a las masas que los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de gobierno revolucionario y que, por ello, mientras este gobierno se someta a la influencia de la burguesía, nuestra misión sólo puede consistir en explicar los errores de su táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado especialmente a las necesidades prácticas de las masas.
Mientras estemos en minoría, desarrollaremos una labor de crítica y esclarecimiento de los errores, propugnando al mismo tiempo, la necesidad de que todo el poder del Estado pase a los Soviets de diputados obreros, a fin de que, sobre la base de la experiencia, las masas corrijan sus errores.
No una república parlamentaria -volver a ella desde los Soviets de diputados obreros sería dar un paso atrás- sino una república de los Soviets de diputados obreros, braceros y campesinos en todo el país, de abajo arriba.
Supresión de la policía, del ejército y de la burocracia.1
La remuneración de los funcionarios, todos ellos elegibles y amovibles en cualquier momento, no deberá exceder del salario medio de un obrero calificado.
En el programa agrario, trasladar el centro de gravedad a los Soviets de diputados braceros.
Confiscación de todas las tierras de los latifundios.
Nacionalización de todas las tierras del país, de las que dispondrán los Soviets locales de diputados braceros y campesinos. Creación de Soviets especiales de diputados campesinos pobres. Hacer de cada gran finca (con una extensión de 100 a 300 deciatinas, según las condiciones locales y de otro género y a juicio de las instituciones locales) una hacienda modelo bajo el control de diputados braceros y a cuenta de la administración local.
Fusión inmediata de todos los bancos del país en un Banco Nacional único, sometido al control de los Soviets de diputados obreros.
No «implantación» del socialismo como nuestra tarea inmediata, sino pasar únicamente a la instauración inmediata del control de la producción social y de la distribución de los productos por los Soviets de diputados obreros.
Tareas del partido:
celebración inmediata de un congreso del partido;
modificación del programa del partido, principalmente:
sobre el imperialismo y la guerra imperialista,
sobre la posición ante el Estado y nuestra reivindicación de un «Estado-Comuna»2
reforma del programa mínimo, ya anticuado;
cambio de denominación del partido 3
Renovación de la Internacional.
Iniciativa de constituir una Internacional revolucionaria, una
Internacional contra los socialchovinistas y contra el «centro».4
Para que el lector comprenda por qué hube de resaltar de manera especial, como rara excepción, el «caso» de opositores de buena fe, le invito a comparar estas tesis con la siguiente objeción del señor Goldenberg: Lenin -dice- «ha enarbolado la bandera de la guerra civil en el seno de la democracia revolucionaria». (Citado en el periódico Edinstvo, del señor Pléjanov, núm.5)
Una perla, ¿verdad?
Escribo, leo y machaco: «Dada la indudable buena fe de grandes sectores de defensistas revolucionarios de filas…, dado su engaño por la burguesía, es preciso aclararles su error de un modo singularmente minucioso, paciente y perseverante…»
Y esos señores de la burguesía, que se llaman socialdemócratas, que no pertenecen ni a los grandes sectores ni a los defensistas revolucionarios de filas, tienen la osadía de reproducir sin escrúpulos mis opiniones, interpretándolas así: «ha enarbolado (!) la bandera (!) de la guerra civil» (¡ni en las tesis ni en el informe se habla de ella para nada!) «en el seno (!!) de la democracia revolucionaria…»
¿Qué significa eso? ¿En qué se distingue de una incitación al pogromo?, ¿en qué se diferencia de Rússkaya Volia?
Escribo, leo y machaco: «Los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de gobierno revolucionario y, por ello, nuestra misión sólo puede consistir en explicar los errores de su táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado especialmente a las necesidades prácticas de las masas…»
Pero cierta clase de opositores exponen mis puntos de vista ¡¡como un llamamiento a la «guerra civil en el seno de la democracia revolucionaria»!!
He atacado al Gobierno Provisional por no señalar un plazo, ni próximo ni remoto, para la convocatoria de la Asamblea Constituyente y limitarse a simples promesas. Y he demostrado que sin los Soviets de diputados obreros y soldados no está garantizada la convocatoria de la Asamblea Constituyente ni es posible su éxito.
¡¡¡Y se me imputa que soy contrario a la convocatoria inmediata de la Asamblea Constituyente!!!
Calificaría todo eso de expresiones «delirantes» si decenas de años de lucha política no me hubiesen enseñado a considerar una rara excepción la buena fe de los opositores.
En su periódico, el señor Pléjanov ha calificado mi discurso de «delirante». ¡Muy bien, señor Pléjanov! Pero fíjese cuán torpón, inhábil y poco perspicaz es usted en su polémica. Si me pasé dos horas delirando, ¿por qué aguantaron cientos de oyentes ese «delirio»? ¿Y para qué dedica su periódico toda una columna a reseñar un «delirio»? Mal liga eso, señor Pléjanov, muy mal.
Es mucho más fácil, naturalmente, gritar, insultar y vociferar que intentar exponer, explicar y recordar cómo enjuiciaban Marx y Engels en 1871, 1872 y 1875 las experiencias de la Comuna de París y qué decían acerca del tipo de Estado que necesita el proletariado.
Por lo visto, el ex marxista señor Pléjanov no desea recordar el marxismo.
He citado las palabras de Rosa Luxemburgo, que el 4 de agosto de 1914 denominó a la socialdemocracia alemana «cadáver maloliente». Y los señores Pléjanov, Goldenberg y Cía. se sienten «ofendidos» … ¿en nombre de quién? ¡En nombre de los chovinistas alemanes, calificados de chovinistas!
Los pobres socialchovinistas rusos, socialistas de palabra y chovinistas de hecho, se han armado un lío.
N.Lenin
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1. Nota 1 de Lenin: Es decir, sustitución del ejército permanente con el armamento general del pueblo.
2. Nota de Lenin: Es decir, de un Estado cuyo prototipo dio la Comuna de Paris.
3. Nota de Lenin: En lugar de «socialdemocracia», cuyos líderes oficiales han traicionado al socialismo en el mundo entero, pasándose a la burguesía (lo mismo los «defensistas» que los vacilantes «kautskianos»), debemos denominarnos Partido Comunista.
4. Nota Lenin: En la socialdemocracia internacional se llama «centro» a la tendencia que vacila entre los chovinistas (o «defensistas») y los internacionalistas, es decir: Kautsky y Cía. en Alemania, Longuet y Cía. en Francia, Chjeídze y Cía. en Rusia, Turati y Cía. en Italia, McDonald y Cía. en Inglaterra, etc.
Encontrado en: https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1910s/abril.htm
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El poder dual
(Artículo del periódico Pravda en su número 28, publicado el (9) 22 de abril de 1917).
La cuestión básica de toda revolución es la del poder del Estado. A menos que esta cuestión sea entendida, no puede haber una participación inteligente en la revolución, para no hablar de conducción de la revolución.
La más notable característica de nuestra revolución es un poder dual. Este hecho debe ser comprendido primero y ante todo: a menos que sea entendido, no podemos avanzar. Debemos saber cómo complementar o enmendar viejas “fórmulas”, por ejemplo, aquellas del bolchevismo; porque mientras han demostrado ser correctas en general, su ejecución práctica ha resultado ser diferente. Nadie pensó o podía haber pensado con anticipación sobre el poder dual.
¿Qué es este poder dual? Junto al Gobierno Provisional –el gobierno de la burguesía-, otro gobierno se ha erigido, hasta ahora débil e incipiente, pero indudablemente un gobierno que realmente existe y está creciendo –los Soviets de Diputados de Obreros y Soldados.
¿Cuál es la composición de clase de este otro gobierno? Comprende al proletariado y a los campesinos (en uniformes de soldados). ¿Cuál es la naturaleza política de este gobierno? Es una dictadura revolucionaria, esto es, un poder directamente basado en la toma revolucionaria, en la directa iniciativa del pueblo desde abajo, y no en una ley promulgada por un poder estatal centralizado. Es una clase de poder totalmente diferente de la que existe generalmente en las repúblicas democrático-burguesas parlamentarias del tipo usual que aún prevalece en los países avanzados de Europa y América. Esta circunstancia frecuentemente pasada por alto, sobre la que no se ha reflexionado lo suficiente, es sin embargo la cuestión esencial a resolver. Este poder es del mismo tipo que el de la Comuna de París de 1871. Las características fundamentales de este tipo son: 1) la fuente de poder no es una ley previamente discutida y promulgada por el parlamento, sino la iniciativa directa del pueblo desde abajo, en sus áreas locales – “toma” directa, para usar la expresión actual; 2) el reemplazo de la policía y el ejército -instituciones divorciadas del pueblo y dispuestas contra el pueblo- por el armamento directo de todo el pueblo; el orden bajo tal poder es mantenido por los obreros y campesinos armados mismos, por el pueblo armado mismo; 3) los funcionarios, la burocracia, son igualmente reemplazados por el gobierno directo del pueblo o al menos ubicados bajo control especial; ellos no sólo serán funcionarios elegidos sino que también serán sujetos a remoción a la primera demanda del pueblo; ellos son reducidos a la posición de simples agentes; de grupo privilegiado con “empleos” remunerados en una alta y burguesa escala, se convertirán en trabajadores de una especial “rama del servicio”, cuyas remuneraciones no excederán el pago ordinario de un obrero competente.
Esto, y esto solo, constituye la esencia de la Comuna de París como un tipo especial de Estado. Esta esencia ha sido olvidada y pervertida por los Plejánovs (todos los chauvinistas que han traicionado al marxismo), los Kautskys (los hombres del “Centro”, es decir, aquellos que vacilan entre el chauvinismo y el marxismo) y generalmente por todos aquellos socialdemócratas, socialistas-revolucionarios, etc., etc., que ahora mandan.
Ellos tratan de escaparse con frases vacías, evasiones, subterfugios; ellos se congratulan unos a otros, miles de veces, por la revolución, pero rehúsan a considerar lo que los Soviets de Diputados de Obreros y Soldados son. Ellos se rehúsan a reconocer la verdad obvia de que dado que esos Soviets existen, dado que ellos son un poder, tenemos en Rusia un Estado del tipo de la Comuna de París.
He enfatizado las palabras “dado que” porque es sólo un poder incipiente. Por acuerdo directo con el Gobierno Provisional burgués y por una serie de concesiones reales, se ha rendido ella misma y está rindiendo sus posiciones a la burguesía.
¿Por qué? ¿Es porque Chjeídze, Tsreteli, Steklov y Cía. están cometiendo un “error”? De ninguna manera. Sólo un filisteo puede pensar así –no un marxista. La razón es insuficiente consciencia de clase y organización de los proletarios y campesinos. El “error” de los líderes que he nombrado reside en su posición pequeño-burguesa, en el hecho de que en lugar de aclarar las mentes de los obreros, ellos las confunden; en lugar de disipar las ilusiones pequeño-burguesas, ellos las inculcan; en lugar de liberar al pueblo de la influencia burguesa, ellos refuerzan esa influencia.
Debería quedar claro de esto por qué nuestros camaradas, también, cometen muchos errores cuando ponen la cuestión “simplemente”: ¿Debería derrocarse inmediatamente al Gobierno Provisional?
Mi respuesta es: 1) debería ser derrocado, porque es oligárquico, burgués y no un gobierno del pueblo, y es incapaz de proveer paz, pan y plena libertad; 2) no se le puede derrocar por ahora porque está siendo mantenido en el poder por un acuerdo formal y real, directo e indirecto con los Soviets de Diputados de Obreros, principalmente con el Soviet más importante, el Soviet de Petrogrado; 3) de manera general, no puede ser “derrocado” en la forma ordinaria porque descansa sobre el “apoyo” dado a la burguesía por el segundo gobierno –el Soviet de Diputados de Obreros; y este gobierno es el único gobierno revolucionario posible, que expresa directamente la idea y la voluntad de la mayoría de los obreros y campesinos. La humanidad no ha evolucionado todavía y nosotros no podemos conocer todavía un tipo de gobierno superior y menos que el Soviet de Diputados de Obreros, Trabajadores Agrícolas, Campesinos y Soldados.
Para hacerse del poder, los obreros con consciencia de clase deben ganar a la mayoría a su lado. En tanto la violencia no sea usada contra el pueblo no hay otro camino al poder. No somos blanquistas, no estamos por la toma del poder por una minoría. Somos marxistas, estamos por la lucha proletaria contra la intoxicación pequeño-burguesa, contra el chauvinismo-defensismo, la fraseología y la dependencia de la burguesía.
Creemos un Partido Comunista proletario; sus elementos ya han sido creados por los mejores adherentes del bolchevismo; cerremos nuestras filas para el trabajo de clase proletario; y muchos y más, entre los proletarios y entre los campesinos más pobres, se pondrán de nuestro lado. Porque la experiencia real del día a día resquebrajará las ilusiones pequeño-burguesas de aquellos “social-demócratas”, los Chjeídze, los Tsereteli, los Steklovs y otros, los “socialistas-revolucionarios”, la pequeña-burguesía de un agua aún más pura, y demás.
La burguesía está por un indivisible poder de la burguesía.
Los obreros conscientes están por el indivisible poder de los Soviets de Diputados de Obreros, Trabajadores Agrícolas, Campesinos y Soldados –por un poder indivisible hecho realidad no por actos aventureristas sino por el esclarecimiento de las mentes proletarias, por la emancipación de ellos de la influencia de la burguesía.
La pequeña burguesía –“social-demócratas”, socialistas-revolucionarios, et., etc.- vacila y, por eso, obstaculiza este esclarecimiento y emancipación.
Este es el real alineamiento de clase de las fuerzas que determina nuestras tareas.
N. Lenin
Encontrado en: http://revolucionbolchevique.blogspot.com.co/2009/04/lenin-el-poder-dual.html
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Conversación entre Lenin y Makhno.
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David Pinzón Hernández @DavidPinzonH | Integrante de la REVISTA HEKATOMBE.
Licenciado en Ciencias Sociales. «Tengo una pequeña perra que es más lista que una bruja».