Estoy convencido que el proceso de Paz con el ELN es posible, y los colombianos no podemos dejarlo esfumar, esto se corrobora por ser el único proceso de negociación donde ésta guerrilla ha tenido avances trascendentales en toda su historia, un Cese Bilateral Transitorio Nacional y un proceso de diálogo y escucha público con sectores representativos del país, denominado Audiencias Previas, que están cobrando fuerza para la apertura de la participación de la sociedad en la agenda de negociación entre el Gobierno y el ELN.
Basta dar un vistazo a la historia, y hacer cuentas, solo 10 años después del surgimiento del ELN, en 1974, se realizó la primera negociación del Estado colombiano en cabeza del presidente Alfonso López Michelsen con esta guerrilla. Significando que al 2017 han pasado 43 años y ocho presidentes, desde que se comenzó a hablar de Paz. Si esto no les dice a los colombianos que los diálogos en Quito van en serio, y que debemos prepararnos para la participación. Apague y vámonos.
Para la muestra un botón, tan solo en el año 1996, cinco años después de la nueva Constitución Política de Colombia, resultado del proceso constituyente, y de la entrega de armas del antiguo M-19, la Unión Camilista Ejército de Liberación Nacional presentó una “Propuesta Urgente para Colombia”, fijando “las condiciones de la paz y convocó a la nación a una Convención Nacional”, en el que su eje central fue la participación (puntos 7 y 8) de todos los colombianos, “como una salida creíble a la actual crisis política que enrumbe al país por el camino de la democracia, la justicia social y el desarrollo”.
En el 2017, 21 años después de la propuesta de Convención Nacional, el 30 de noviembre de este año, se pudo materializar lo que hoy se denominan los pasos previos para la participación, las Audiencias Previas, donde al igual que en aquel 2 febrero del año 1996 se convocó a “…participar a todos los sectores de la opinión nacional, las organizaciones sociales, las organizaciones políticas, los gremios, la iglesia, los intelectuales, la izquierda, los demócratas y los patriotas.
Esta Convención Nacional debe ser un encuentro de todos los colombianos interesados en un futuro diferente para la nación y abiertos desde luego a la sana participación de la comunidad internacional. Esta Convención Nacional la podemos realizar en cualquier sitio de nuestro territorio nacional y que desde ya estamos dispuestos a adelantar actividades que viabilicen su preparación”.
Ver sectores de la sociedad convocados.
Hoy pareciera que la historia se repitiera en su espíritu y que ese gran Leviatán en contra de la Paz, se estuviera derrumbando. El proceso de Paz con el ELN,está dando sus frutos. En la actualidad la guerrilla no debe enviar comunicados invitando a la participación “desde la montañas de Colombia”, sino, se firman desde San Francisco de Quito, por Juan Camilo Restrepo, jefe negociador del gobierno y por Pablo Beltrán, jefe de la delegación del ELN. Qué importante salto en la historia.
El fantasma del temor y del rumor que ha perseguido el intento de la participación de la sociedad con el ELN se hace público y sin secretos. Rompe el imaginario de los que creían que este gran salto olímpico como los de Caterine Ibargüen no se podría realizar.
Varios pensaron que en las audiencias habría personas camufladas, con brazaletes (rojinegro) y fusil terciado, sentados en cubículos blindados, con bocinas de teléfono que comunica a los dos extremos, con micrófonos ocultos y cámaras de seguridad, al mejor estilo de los sitios acondicionados para entrevistas de las cárceles norteamericanas. Pero no fue así.
El encuentro es real en un municipio cundinamarqués, sobrio y esperanzador, dispuesto al diálogo y a la construcción de país. Porque han sido para las 56 delegaciones de asistentes a la primera audiencia, los 15 minutos más esperados de la historia.
La Paz no da espera…
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Helberth Choachi | Docente, Universidad Pedagógica Nacional. Amigo de la casa Hekatombe.