Bogotá, 25 de noviembre de 2016. El día de ayer, 24 de noviembre, tuvo lugar en el Teatro Colón el acuerdo final entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP, tras la introducción consensuada de las exigencias de los representantes del voto por el No del pasado plebiscito, encabezado por el partido del Uribismo, Centro Democrático, un sector del partido conservador y algunas iglesias cristianas.
En los discursos pronunciados por el presidente Juan Manuel Santos y el comandante en jefe Rodrigo Londoño, se encontraron algunos puntos en común como lo fue el reconocimiento por una parte de la comunidad internacional que acompaño el proceso, y por el otro, de las movilizaciones de distintos sectores por la paz. Así mismo, se mencionó la introducción respetuosa de los puntos del No pertinentes y realistas en el nuevo acuerdo.
Santos indicó algunos de los elementos que suponía el acuerdo para la finalización del conflicto armado, por ejemplo, en lo referente a la reconciliación nacional: “Este nuevo acuerdo nos permite trabajar juntos, como nación, para recuperar las regiones más afectadas por el conflicto, para reconciliarnos, para aprovechar nuevas oportunidades de crecimiento y progreso”. Por otra parte, explico los pasos a seguir con la implementación, y la razón de la refrendación de lo acordado en el congreso, como mecanismo para la agilidad del proceso ante el inestable cese al fuego bilateral.
El comandante Londoño, con un discurso más conciso que el del presidente, llamo la atención frente a la oleada de asesinatos a los integrantes del movimiento Marcha Patriótica, también dio sustento político a la necesidad del acuerdo y de un nuevo tiempo para la renovación de la democracia en Colombia “El pueblo de este país está harto de la violencia, de la intolerancia, de los estigmas y señalamientos. Quiere y exige un cambio profundo en las costumbres políticas, que cese la corrupción, la mentira, el engaño. La primera demanda nacional es que se ponga fin al uso de las armas en la política, que se garantice el derecho a disentir, a hacer oposición, a protestar contra la mala administración, contra las leyes injustas, contra la arbitrariedad y el abuso de los funcionarios en el poder.”
Rodrigo Londoño reitero el perdón a las víctimas mientras que Juan Manuel Santos, igual que en su discurso pasado, omitió la disculpa a las víctimas de crímenes de Estado. Un elemento mencionado por el comandante de las FARC fue el de la configuración de un “gobierno de transición” de todos aquellos que se comprometieron con la paz, lo que deja abierta la pregunta por el carácter de dicho gobierno, si se tiene en cuenta que el punto en común entre el discurso de los movimientos y organizaciones sociales con el de los partidos de la unidad nacional afines al presidente es el del cierre del conflicto armado, pero en cuanto al “post” existen posiciones divergentes que se traducen en que los primeros exigen la necesidad de construir reformas profundas que alcancen aspectos sustanciosos de justicia social, y en los segundos, la implementación de reformas que conlleven a la reducción del estado de derecho y sus consecuentes garantías sociales a la ciudadanía en beneficio de intereses de grandes privados para la plena implementación del neoliberalismo. Pregunta que probablemente se resuelva en la creación del partido legal del grupo insurgente.
Quedan por fuera de los dos discursos la solución al problema del fenómeno paramilitar que puede complejizar el escenario de implementación y post acuerdo, así como la mención al proceso de paz con la insurgencia del ELN.