Althusser sostenía que los medios de comunicación hegemónicos son aparatos ideológicos del Estado, pues una de sus funciones -seguramente la más importante- es reproducir la ideología de las clases dominantes para permitir su permanencia en el poder. Esto es especialmente claro en Colombia, país en el cual los medios de comunicación masivos pertenecen a las clases poderosas. El grupo Gilinski, Luis Carlos Sarmiento Ángulo, Ardila Lülle y el grupo Santodomingo son los dueños de los principales medios de comunicación: Semana, el Heraldo, El tiempo, CityTV, RCN, La República, Caracol Televisión y el Espectador. Por lo cual, es entendible que la información que llega a nuestras casas por medio del televisor, la radio o las redes sociales respondan a los intereses de quienes controlan dichos medios. ¿Cuáles son esos intereses? El sostenimiento de políticas económicas que favorezcan la privatización y disminuyan el poder estatal encargado de limitarlos y regularlos. En definitiva, lo que les conviene es una política que permita y facilite la acumulación de capital privado por medio de la debilidad estatal.
En definitiva, lo que les conviene es una política que permita y facilite la acumulación de capital privado por medio de la debilidad estatal.
Este interés va en contravía de los propósitos del magisterio, que en esencia somos defensores del fortalecimiento de lo público y hemos sido feroces en términos de cuestionar las medidas neoliberales tanto en educación como en salud. Es decir, el magisterio se ha posicionado como un contradictor de los intereses de los medios de comunicación, ya que perseguimos intereses opuestos. Hemos luchado por defender la educación y la salud como derechos fundamentales que no deben ser objeto de mercantilización, que sólo puede lograrse si el Estado, en cumplimiento de sus deberes con sus ciudadanos, es el encargado de garantizar dichos derechos.
La consecuencia de esta lucha de intereses ha sido la estigmatización de los sindicatos del magisterio por parte de los medios de comunicación. Ellos han sido los responsables directos de un discurso de odio que lastimosamente reproduce el pueblo de manera acrítica: la idea de que el magisterio sólo ha luchado por el mejoramiento de las condiciones laborales, sin considerar que los paros y las manifestaciones del magisterio también han tenido como finalidad exigir una educación pública, gratuita y de calidad, por medio de la implementación adecuada de medidas que benefician a los estudiantes.
Además de lo anterior, la invisibilización también es una estrategia comunicativa poderosa. Hipervisibilizar unas acciones y ocultar otras, o mostrarlas como excepciones de un profesor valeroso que no es representativo del gremio, tiene como consecuencia directa que lo que no se muestra no exista ante el pueblo. En este sentido, el magisterio no aparece en los medios por los logros institucionales que llevan a cabo varios colegios por medio de la implementación de propuestas pedagógicas positivas para las comunidades. Sin embargo, sí aparece por los paros y las marchas. En definitiva, se invisibilizan los logros positivos que se obtienen en lo cotidiano, mientras se visibilizan las protestas que, como se dijo, suelen reducir a luchas por el mejoramiento de las condiciones laborales.
Teniendo en cuenta este contexto, me sorprende la agilidad y la representación de los docentes en los medios de comunicación durante los últimos días. De mostrarnos como un gremio que niega el derecho a la educación de los estudiantes por medio de las protestas, pasamos a ser las víctimas de un gobierno con mala gestión. De ser una amenaza para los estudiantes, por ser de izquierda y defender la necesidad de la transformación, pasamos a ser fundamentales para el país por lo cual la preocupación por el derecho a la salud de los maestros es un tema prioritario.
Por otro lado, han abierto micrófonos para escuchar al magisterio y ha sido evidente la intención de querer que los maestros afirmen que los problemas actuales con el sistema de salud de los profesores es culpa del gobierno Petro, un gobierno que busca fortalecer lo público y acabar con el sistema neoliberal que ha regido al Estado y se ha agudizado con los últimos gobiernos.
Por otro lado, han abierto micrófonos para escuchar al magisterio y ha sido evidente la intención de querer que los maestros afirmen que los problemas actuales con el sistema de salud de los profesores es culpa del gobierno Petro, un gobierno que busca fortalecer lo público y acabar con el sistema neoliberal que ha regido al Estado y se ha agudizado con los últimos gobiernos. Por ejemplo, en Blu Radio realizaron una entrevista a un representante del sindicato llamado Miguel Lasso. Para construirla, partieron de la declaración de Petro en la que afirma que el problema se debe al software. Insistentemente, preguntaron si él estaba de acuerdo con las palabras de Petro, a lo que respondió que no, que ese es un asunto colateral, pero que el problema es más profundo. Ya había una respuesta con respecto a las declaraciones de Petro, y aún así los periodistas seguían insistiendo en la responsabilidad del gobierno. Lo que buscaban es que el profesor afirmara lo que ellos querían escuchar, pero que no es fiel a la verdad: el culpable del problema actual con el sistema de salud es Gustavo Petro. Sin embargo, el representante del sindicato se centró en lo fundamental: señalar las preocupaciones actuales con respecto a la implementación y exigir el cumplimiento de los acuerdos.
Esta intencionalidad se hace mucho más evidente con otro vídeo, en el que Camila Carvajal, periodista de BluRadio, afirma que: 1. Petro, como siempre, culpa a otros; 2. Petro ve una conspiración en todo; 3. el cambio de modelo fue idea de Petro y de Fecode, al cual define como un “petrista sindicato de maestros”; 4. esta es una muestra de cómo será la implementación de la reforma a la salud. La mala implementación del cambio de modelo en el sistema de salud del magisterio se convirtió en un instrumento para dirigir la vista hacia: 1. Generar miedo hacia las reformas del gobierno, especialmente la reforma a la salud, 2. Responsabilizar al presidente, 3. Estigmatizar al sindicato, pero victimizar a los maestros individualmente.
En épocas turbulentas es necesario recordar las estrategias de poder utilizadas por los poderosos y el conocimiento lúcido que los teóricos revolucionarios han construido al respecto, para no ser fichas útiles en el juego cuyas reglas fueron creadas para que ganaran los mismos de siempre.