Manual básico de urbanidad para el uribismo

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Después de ver que el uribismo logró poner en la agenda pública la Urbanidad de Carreño (mientras que la Colombia Humana puso temas como la protección de la naturaleza, energías limpias, el feminismo, mínimos vitales, la vida, derechos fundamentales, entre otros) y teniendo en cuenta que a quienes votamos por un proyecto diferente al de ellos, nos llaman ‘petroñeros’ -aplica para todos y todas-, me surgió una pregunta ¿el uribismo qué tanto sabe sobre etiqueta, protocolo y urbanidad?, así que realicé un riguroso estudio de campo, eso sí, de corte positivista porque mi interés no era afectar su comportamiento, ni involucrarme directamente con el objeto de estudio, solamente observación y de lejitos. El resultado, aunque no lo crean es:

Las y los uribistas poco o nada saben de etiqueta o urbanidad, sin importar su extracción de clase, tienen prácticas tales como usar sombrero en lugares cerrados o mientras están sentados a la mesa, sin mencionar el vergonzoso comportamiento del señor Duque, a quien por cierto no sabemos cómo nombrarle, porque a pesar de haber sido electo presidente, ni él mismo se las cree.

Por esta razón me di a la tarea de escribir un manual básico de urbanidad para el uribismo, eso sí, inspirado en el señor Carreño pero actualizado al siglo xxi.

1. “I. — Llamase URBANIDAD al conjunto de reglas que tenemos que observar para comunicar dignidad, decoro y elegancia a nuestras acciones y palabras, y para manifestar a los demás la benevolencia, atención y respeto que le son debidos”. (Carreño, 1853: 15)*

Cuando Manuel Carreño habla de dignidad, decoro y elegancia, se refiere a hacer todo lo contrario de lo que hizo el señor Duque frente al rey de España Felipe VI, es decir, parafraseando a nuestro rey, no debió ser sapo, ni lambón. Cabe decir que cuando el sector uribista pretende argumentar las razones por las cuales defiende la muerte, la corrupción o su propia ignorancia, debe hacerlo de forma decorosa, esto es, con buena ortografía, redacción, sin groserías y por supuesto, con argumentos.

2. “V. — La etiqueta es una parte esencialísima de la urbanidad. Dase este nombre al ceremonial de usos, estilos y costumbres que se observan en las reuniones de carácter elevado y serio, y en aquellos actos cuya solemnidad excluye todos los grados de la familiaridad y la confianza”. (Carreño, 1853: 16).

Para explicar este enunciado señalaremos algunas preguntas para la reflexión: ¿En serio? ¿saludes? ¿que lo quiere mucho? ¿cuántas cabecitas hace? ¿ya va al baño solito?

3. “XXlI. — Piensen, pues, las jóvenes que se educan, que su alma, templada por el Creador para la virtud, debe nutrirse únicamente con los conocimientos útiles que sirven a ésta de precioso ornamento” (Carreño, 1853: 18).

Como mencioné en un primer momento, el manual fue actualizado al siglo XXI, aunque el uribismo pretenda que sigamos en el siglo XIX de Rafael Núñez, o en una versión a la colombiana de “Los Cuentos de la Criada”. Entonces tenemos que las mujeres deben ser educadas, incluso en el uribismo, para que no digan ‘burradas’ como: “la Unión Soviética hace parte de la ONU” (Cabal: 2017) o “la masacre de las bananeras que es otro de los mitos históricos que se trae siempre en la narrativa comunista” (Cabal: 2017), pues como podemos observar, la historia es un “conocimiento útil”.

4. “XXV. — En ningún caso nos es lícito faltar a las reglas más generales de la civilidad respecto de las personas que por algún motivo crearemos indignas de nuestra consideración y amistad. La benevolencia, la generosidad y nuestra propia dignidad, nos prohíben mortificar jamás a nadie; y cuando estamos en sociedad, nos lo prohíbe también el respeto que débenos a las demás personas que la componen” (Carreño, 1853: 18).

Un punto que debe aplicar a su vida la señora Paloma Valencia, con su propuesta para dividir el departamento del Cauca entre indígenas y mestizos, también el próximo ministro de hacienda que señala que el Chocó es una carga para el país, pues dan cuenta de su falta de civilidad y benevolencia, cualidades de las que carece el uribismo, un sector indigno como ya vimos y dispuesto a mortificar a la sociedad.

5. “I. — El aseo es una gran base de estimación social y contribuye poderosamente a la conservación de la salud. Nada hay, por otra parte, que comunique mayor grado de belleza y elegancia a cuanto nos concierne, que el aseo y la limpieza. Los hábitos del aseo revelan además hábitos de orden, de exactitud y de método en; los demás actos de la vida”. (Carreño, 1853: 19).

Algo de lo que carecen los sectores uribistas, que por más que se bañen y usen finas colonias o apestosos pachulíes, no pueden disimular cuan sucios son, para evitar esto es importante, participar en la Jep -no sabotearla-, nombrar como ministro de hacienda a una persona que pague impuestos y que no esté involucrado en escándalos de corrupción, en el caso de los demás ministerios y departamentos también aplica, pues escuchar las conversaciones de otras personas es de mala educación y era precisamente eso lo que hacía Nancy Patricia Gutiérrez la nueva ministra del interior, sin mencionar sus vínculos con parapolítica.

6. “I. — Procuremos no entrar en las casas de educación, a horas en que podamos ser causa de que se interrumpa el estudio o la enseñanza, o en que los maestros hayan de desatender a los alumnos para recibirnos”. (Carreño, 1853: 39).

Esto es, no hacer llamados al Esmad para que ingrese a las universidades públicas, no introducir fuerza pública encubierta para realizar seguimientos y no detener a ningún miembro de la comunidad educativa, implementando la estrategia de falso positivo judicial.

7. “I. — Nada es más bello ni más noble que el ejercicio de la hospitalidad, cuando es nuestro mismo enemigo el que busca en nuestro hogar un amparo contra el peligro que la amenaza” (Carreño, 1853: 40).

No lo digo yo, una ‘petroñera’, lo dice el señor Carreño, nada más noble que no asesinar a quien consideren su enemigo, como el caso de las y los líderes sociales que son asesinados por fuerzas oscuras cuyo lenguaje y formas parecen cercanas a la extrema derecha pro-paramilitar, asesinatos que ustedes de un modo u otro justifican o que prefieren ignorar, dada su cobardía. Así que ya saben, hospitalarios y sin asesinar.

Son estos algunos de los apartados que propongo como Manual Básico de Urbanismo para el uribismo, busqué que fuera corto debido a su poco o nulo interés en la lectura. Lamento que no tenga dibujos, pero no soy diestra en esas artes, sin embargo, con los ejemplos y casos prácticos es de fácil entendimiento.

Finalmente, me permito contarles que el señor Carreño era veneco, así que sus alusiones a su manual y a Salserín, no son apropiadas al ser del orden ‘castrochavista’.

* El paréntesis indica el nombre del autor, el año en que fue escrito el documento y la página en la que se encuentra la referencia. A eso se le llama cita tipo Apa. Como es un manual básico para el uribismo, trataré de explicar todo para que entiendan.

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Por: Julia Silva. Podría perdonar fácilmente su orgullo, si no hubiera mortificado el mío.

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