La conspiración castrochavista contra nuestra amada patria busca tontos para engañarlos con sus mentiras comunistas y gay.
Dicen que Colombia es un país desigual, cuando en verdad somos el país más feliz del mundo. Aquí los jóvenes avispados se divierten de lo lindo, ahí tenemos a niños como el joven Noguera que puede divertirse buscando niñas pobres para darle rienda suelta a sus gustos. Los que lo calumnian hasta maricas serán.
Los castrochavistas son unos mamertos resentidos. Envidian al señor Sarmiento Ángulo, un humilde campesino al que el gobierno le dio unos métricos de baldíos en la Altillanura para que pudiera sostener a su familia. Ahora los mamertos además lo quieren culpar de la catástrofe de Chirajara, inventando dizque Coviandes era una empresa de ese honorable señor. Como si no supiéramos que modernizar la infraestructura tiene sus muertos.
Los mamertos y lesbianas nos quieren acabar la Sagrada Familia. Esos impotentes y marimachas odian la familia de papá, sus amantes y mamá sumisa. Se escandalizan porque los hombres ejercen su autoridad y fuerza y de vez en cuando les toca darle en la cara a las mujeres que se ponen alzadas y a eso les ha dado por llamar femi no sé qué.
Los castrochavistas dicen que la pobreza es culpa del capitalismo, cuando en verdad sabemos que el que quiere ser rico lo puede ser y el que escoge la pobreza es porque quiere.
Nos echan el cuento que la guerrilla surgió por las injusticias, cuando como sabiamente lo enseñan RCN y Caracol, Manuel Marulanda Vélez era un joven mariguanero del Chicó que cuando lo regañaron los papás, y le hicieron caer en cuenta que podía regenerarse con el Ser Pilo Paga, se fue pa’l monte con el desadaptado de Camilo Torres a poner bombas y secuestrar.
Aquí hay muchas oportunidades. Además del Ser Pilo Paga, está la virginidad que paga mucho en las fiestas de traquetos, la venta de dulces en TransMilenio, el desarrollo de la motricidad en los semáforos lanzando pelotas y cuchillos, el Agro Ingreso Seguro, el programa Reficar y Odebrecht, esos vagos resentidos no se dan cuenta que el que quiere ser pobre es por pendejo.
Aun así los mamertos odian el progreso. Envidian al doctor Peñalosa y le niegan sus obras, como ese inmenso jardín de recreación en la calle sexta de Bogotá, en donde se promueve la microempresa, el reciclaje y la recreación contemplativa en las orillas del caño. Malditos mamertos mentirosos.
Defendamos a nuestra hermosa Colombia, no se lo entreguemos a las lesbianas y comunistas. Dios nos libre y bendiga a Uribe, Santos, los cacaos, Popeye, Mancuso, Vargas Lleras y Peñalosa, y castigue y haga trizas a los mamertos.
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Por: profe Frank Molano | Amiguis de la Heka.