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Deus Vult ¡Porque Dios así lo quiere!

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¡Porque Dios así lo quiere! Un fuerte lema que posiblemente nos ubica en la edad media bajo un tinte de verticalidad e intolerancia en sus preceptos. Con este grito furibundo, las campañas de los Cruzados, se materializaban para rendir tributo a aquel concepto abstracto del buen Dios.

Una entidad, que ha configurado los mayores desmadres en el trascurso histórico y que de un modo u otro, se ha establecido como uno de los principales metarelatos, en palabras del filósofo francés Jean-François Lyotard, que ha trascendido nuestra condición humana. Tal como nos lo afirma el pensador galo: “Estos relatos (…) su finalidad es legitimar las instituciones y las prácticas sociales y políticas, las legislaciones, las éticas, las maneras de pensar. Pero, a diferencia de los mitos, estos relatos no buscan la referida legitimidad de un acto originario fundacional, sino en un futuro que se ha de producir, es decir, en una idea a realizar” (Lyotard 30).

¿Son las creencias una nueva forma de emprendimiento místico que busca explotar la fe de una manera fanática y empresarial?

¿Podría establecerse entonces que el relato cristiano ha perdido su estatuto mitológico, transfigurándose en un mero discurso con fines institucionales y de prácticas redituables? ¿Son las creencias una nueva forma de emprendimiento místico que busca explotar la fe de una manera fanática y empresarial? Es curioso ver cómo las creencias cristianas y sus diferentes ramificaciones han ido anclando su fundamentación en la organización social y cultural.

El catolicismo, de la mano de múltiples gobiernos, intercede en temas cruciales dando sus argumentos y cimentándose en el ejercicio de poder, asegurándose una trascendencia crucial. Y esto, aún por encima de las múltiples denuncias de terribles abusos a lo largo y ancho del planeta. Por su parte, el ala cristiana del país, asegura su jurisdicción, no por el ejercicio de un poder gubernamental, sino por la explotación de la fe como un bien de consumo. Algo equiparable a una droga. Dos caras de una misma moneda, que construyen una retórica institucional con fines muy precisos.

Las famosísimas intervenciones de los voceros que nos venden tecnología y productos milagrosos, se asemejan un poco a la lógica fanática del contemporáneo discurso cristiano. Sus nuevas prédicas, desean salir de los convencionalismos rituales de otros credos. Te evangelizan en bicicleta, te bailan excéntricamente, realizan conciertos y demás, todo, con el firme propósito de comercializar su producto, la FE. Entre más consumas, más beneplácito tendrás del Eterno. De este modo, cuando se rinde testimonio, cual escenario de rehabilitación, la idea, paradójicamente, es todo lo contrario. Hundirte en el consumo de la palabra, hasta que tu percepción de la realidad sea descentrada. Vas a diezmar y hacer todo lo que te diga el Ministro o Pastor, estarás a su voluntad con la firme promesa del éxtasis, simbolizado por un lugar en el paraíso. Sin darte cuenta, redundarás en el juego vulgar de la institucionalidad capitalista, a saber, establecer un código moral a lo que consumes, te envalentonarás con unos ideales que increíblemente, y parafraseando un poco al filósofo Gilles Deleuze en su obra Crítica y Clínica, van en contra del resbaladizo imaginario cristiano de aceptar y amar al prójimo tal y como es.

Hundirte en el consumo de la palabra, hasta que tu percepción de la realidad sea descentrada. Vas a diezmar y hacer todo lo que te diga el Ministro o Pastor, estarás a su voluntad con la firme promesa del éxtasis, simbolizado por un lugar en el paraíso.

La instrumentalización de la fe conlleva a un nuevo paradigma. Como nos lo establece Lyotard, “en estas condiciones, ¿Cómo pueden seguir siendo creíbles los grandes relatos de legitimación? Esto no quiere decir que no haya relato que no pueda ser ya creíble. Por metarrelato o gran relato, entiendo precisamente las narraciones que tienen función legitimante o legitimatoria. Su decadencia no impide que existan millares de historias, pequeñas o no tan pequeñas, que continúen tramando el tejido de la vida cotidiana” (Lyotard 31). El grito de ¡Porque Dios así lo Quiere!, cobra ahora una relevancia cercana a los estandartes medievales. Por un lado, la dialéctica de poder que otorga al catolicismo una preponderancia casi sublime en un estado como el colombiano. Y, por otro, el rol vulgar de la comercialización de la fe, modelando y explotando el pensamiento mágico de sus participantes.

Marx en algún momento nos plantea: “el fundamento de la crítica irreligiosa es: el hombre hace la religión; la religión no hace al hombre. Y la religión es, bien entendido, la autoconciencia y el autosentimiento del hombre que aún no se ha encontrado a sí mismo o ya ha vuelto a perderse. Pero el hombre no es un ser abstracto, agazapado fuera del mundo. El hombre es el mundo de los hombres, el Estado, la sociedad” (Marx 155). Marx, con pertenencia nos recuerda la condición humana del discurso religioso. Y es propiamente esta construcción discursiva, la que pertenece al orden de lo abstracto, no el individuo. Vender prebendas celestiales, demarcadas por un determinismo azaroso, disfrazado de certeza, es tan solo el reflejo de una sociedad con tendencias manipulables. Incluso el buen salvaje en su proceso evolutivo, reconoce lo impredecible de su paso por el mundo. La magia simplemente lo acerca a un estado de autoconocimiento y vinculación a la naturaleza. Donde es precisamente esta dinámica, la que se aleja completamente de la institucionalidad mercantilista que subyace en las iglesias actuales.

Apostarán por un nuevo montaje y vender su producto. Sus consumidores, ávidos por devorarlo, sentirán el éxtasis que los elevará por encima de su especie.

Los modernos predicadores siempre estarán allí como culebreros de feria. Apostarán por un nuevo montaje y vender su producto. Sus consumidores, ávidos por devorarlo, sentirán el éxtasis que los elevará por encima de su especie. Sin darse cuenta, estarán domeñando sus libertades sin menguar tregua. Tal como nos enuncia Erich Fromm en su fabulosa obra El Miedo a la Libertad: “El primer mecanismo de evasión de la libertad (…) consiste en la tendencia a abandonar la independencia del yo individual propio, para fundirse con algo, o alguien, exterior a uno mismo, a fin de adquirir la fuerza de que el yo individual carece; o, con otras palabras, la tendencia a buscar nuevos vínculos secundarios como sustitutos de los primarios que se han perdido” (Fromm 156).

El Deus Vult persiste en nuestras mentes colonizadas. Ha permeado nuestras instituciones y se fija como un moderno ideal capitalista en nuestro territorio. Explotar la fe, resultó ser uno de los mejores negocios. Es la carta de presentación de muchos de nuestros más nefastos legisladores. Y el pueblo abyecto y aterrorizado, simplemente continuará con su neurosis colectiva, Ad Infinitum.

REFERENCIAS

Fromm, Erich (2012). El Miedo a la Libertad. Editorial Planeta, Colombia

Lyotard, Jean François (1987). La Posmodernidad Explicada a los Niños. Editorial Gedisa, España

Shishkin, A (1966). Ética Marxista, Antología. Editorial Cartago, Buenos Aires

The Clash, una banda a la que queremos infinito

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En Hekatombe amamos a The Clash. Amamos sus canciones, sus historias, incluso, una de las integrantes tiene en su habitación un cuadro de Paul Simonon que diseñó para ella, otra integrante de la Revista por motivo de su cumpleaños. Somos punks como Joe Strummer, porque “el punk rock no es una forma de vestir, es una actitud, es estar cansados de la mierda del mundo”, y así estamos.

“El punk rock no es una forma de vestir, es una actitud, es estar cansados de la mierda del mundo”: Joe Strummer

No pudimos ir al lanzamiento de “Yo te quiero infinito”, el tributo colombiano a The Clash, pero un mes después nos emocionó ver que Desarme Rock Social subió a sus redes un fragmento de “Know Your Rights”. Luego llegó el día esperado: el 8 de febrero a las 8:00 PM se estrenarìa el tributo en YouTube, al ser algo tan importante, decidimos reunirnos para escucharlo, como debía ser.

El Tributo lo hacen 16 bandas, con 16 canciones, que no son otra cosa que 16 declaraciones de amor a una de las mejores agrupaciones de la historia. Hablamos con Fabián Espinel de R.A.Z.A., el productor del compilado, para que nos contara cómo nació este proyecto.

The Clash ha sido una influencia para muchas bandas en Bogotá; siento que hay algo en el sonido de la ciudad que se identifica con ellos. Desde el punk hasta el hardcore, pasando por el metal e incluso el rap. En conversaciones después de conciertos con colegas músicos, llegábamos a la conclusión de que era necesario rendir tributo a este cuarteto de Londres. Organizar un proyecto así sería difícil, pero valdría la pena”, nos cuenta.

En 2022 R.A.Z.A. grabó «Complete Control» en el estudio Mausoleo de Mauricio Mortis, sin embargo, “estaba completamente desarticulada de un contexto. Fue Camilo de Infarto Records quien sugirió la idea de hacer un Split”, y así arrancó la exitosa convocatoria. 

“The Clash ha sido una influencia para muchas bandas en Bogotá; siento que hay algo en el sonido de la ciudad que se identifica con ellos. Desde el punk hasta el hardcore, pasando por el metal e incluso el rap»: Fabián Espinel

Como era de esperarse, las condiciones para participar del tributo debían ser al mejor estilo punk, como señala Fabián: “escoger una canción de The Clash y hacer una versión con la mejor calidad de grabación. No había límites creativos ni musicales; lo importante era tener como referente la canción original. El mensaje del proyecto estaba implícito en la esencia de la banda, un grito colectivo necesario después de lo que habíamos vivido en los últimos años de estallido en Colombia”.

Cada banda agarró una canción de The Clash, le imprimió su sello para hacer algo único, sin imponerse fronteras. Hay punk, cumbia, Oi!, DnB, rock, rap, psychobilly infernal y más, pero el disco no se queda ahí, el sincretismo también está presente, en algunos casos las canciones fueron traducidas al contexto de las bandas, hablan de tombos, la ausencia de metro en Bogotá, falsos positivos, la amistad, el trabajo, y hasta hacen algunas referencias a La Pestilencia.

La compilación de las canciones no fue en los tiempos propuestos inicialmente y tiene sentido, porque no son covers calcados, son apropiaciones hechas con mucho cuidado, pero como dice Espinel: “las cosas destinadas a hacerse buscan sus maneras”. Todo el 2023 lo dedicaron a compilar las canciones y fueron 16 bandas las que terminaron y enviaron las grabaciones.

Fabián también nos contó que después de ver a Tijuana No! en Rock al Parque con el cover de Spanish Bombs, decidieron que el Tributo colombiano a The Clash, se llamaría “Yo te quiero infinito”, lo que significó el rediseño de la portada hecho por Marcelo (Mocoso Creativo). Hasta que por fin, en febrero conocimos este maravilloso disco hecho con “compromiso colectivo, un trabajo con muchos momentos sonoros, texturas y versiones a la altura del legado de The Clash”.

El sincretismo también está presente, en algunos casos las canciones fueron traducidas al contexto de las bandas, hablan de tombos, la ausencia de metro en Bogotá, falsos positivos, la amistad, el trabajo, algunas referencias a la Pestilencia.

Por supuesto que preguntamos qué seguía después de la presentación del disco, porque un trabajo tan bien hecho merece mínimo un pogo con todas las de la ley, lágrimas de emoción, coros de la audiencia y gritos de la fanaticada. Sobre eso, Fabián nos da una luz de esperanza: “El concierto de lanzamiento también es un proyecto que queremos hacer masivo. Nos gustaría realizarlo con todas las bandas en La Media Torta o en algún espacio público, con buena producción y sonido. Queremos sacar el disco en formato físico, en vinilo. Estamos buscando la manera de hacerlo, pero hacerlo bien, sin afanes, para que beneficie a las bandas que participaron. Creemos en la calidad del disco. Es una oportunidad para que personas de todo el mundo, a través de la obra de The Clash, puedan conocer las bandas nacionales, nuestro sonido y nuestro mensaje”.

Mientras llegan el toque y el vinilo, nos queda reproducir una y otra vez este Tributo, saborear sus sonidos, sus letras y seguir queriendo infinito a The Clash.

Piedad Córdoba y Lenin: un análisis de las élites colombianas y el lugar del Pacto Histórico

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En reciente entrevista a Luis Carlos Valenzuela, ex ministro de Minas de Andrés Pastrana, discute el rol de las élites colombianas argumentando que el principal desafío del país no es la guerrilla o corrupción, sino la renuncia de sus élites a liderar políticamente. Critica la reducción de esas elites del concepto de nación al crecimiento económico, sugiriendo que la democracia debe ser un derecho adquirido mediante educación. Resalta cómo las élites enfrentan problemas públicos con soluciones individuales, alejándose de las necesidades reales de la sociedad y profundizando la desigualdad social y por lo tanto las violencias.

De manera paralela, cabe mencionar el reciente fallecimiento de Piedad Córdoba y la conmemoración de los 100 años de la muerte de Lenin, lo que me lleva a reflexionar sobre la relación entre estos eventos y la entrevista de Valenzuela. Córdoba me enseñó el valor de luchar por un país en paz, integrando este concepto con la justicia social, más allá de la versión aséptica vendida por el proceso liderado por el presidente Juan Manuel Santos. Aprendimos, en tiempos en que no era popular, que la paz era el objetivo que debíamos perseguir los demócratas de izquierda. Cuando Valenzuela reconoce que la desigualdad es la causa de las violencias que nos atraviesan, algo que las élites, carentes de grandeza política, se niegan a aceptar, confirmó el error de Juan Manuel Santos al considerar como problema la violencia, sin entenderla como consecuencia del problema estructural de la desigualdad.

Lo que salió mal del Acuerdo de Paz con las FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos es que esa administración y las elites que representaban —las mismas caracterizadas por Valenzuela—, concentraron sus esfuerzos y los de las instituciones públicas en el desarme de la organización guerrillera, pero como ya se había errado en procesos anteriores por no volcar todo el proceso a construir las condiciones para que nuevas violencias no surgieran de las desigualdades pendientes por reparar en nuestro país. Es esa la justicia social que nos enseñó Piedad Córdoba.

Las élites de Valenzuela persiguieron implacablemente a Córdoba, intentando destruirla política, económica, social y moralmente. Incluido el propio Santos cuando todavía mantenía la alianza tácita de gobernabilidad con Álvaro Uribe desde el Ministerio de Defensa, fue un agente más de esa persecución a la labor patriótica de Piedad. Hubo un esfuerzo coordinado desde los medios de comunicación corporativos e instituciones como la Procuraduría o el DAS de su época, para marcarla como el enemigo público número uno. Córdoba enfrentó el racismo estructural en todas sus formas, desde titulares hasta ataques a su integridad física en el espacio público, fueron necesarias medidas extremas para proteger su vida durante la época de la Seguridad Democrática y un Álvaro Uribe con 80% de popularidad.

A pesar de estos retos, Córdoba aceptó la invitación de Gustavo Petro para integrar la lista al Senado del Pacto Histórico, demostrando que, más allá de diferencias políticas, ambos apostaron por un proyecto de país más grande que ellos mismos. Incluso en su condición física disminuida, Córdoba luchó fuertemente en la opinión pública contra la nueva derecha representada por figuras como Miguel Polo Polo o Jota P. Hernández, quienes no esperaron a que se enfriara su cadáver para atacarla cobardemente en redes sociales.

El presidente Petro, reflexionando sobre la muerte de Córdoba, convocó a acelerar el proceso de unidad del Pacto Histórico como partido único, reconociendo en Córdoba la propuesta de un liberalismo popular que debería ser, en opinión del presidente, el eje del Pacto Histórico. Petro viene insistiendo desde la campaña electoral: el Pacto Histórico no es un proyecto de país exclusivo de la izquierda colombiana histórica y no debe girar en torno a su figura. Aquí es donde Lenin, el Fiscal Barbosa y la Procuradora Cabello entran en la conversación.

Lenin fue un político que transformó su práctica en teoría política y viceversa, leyendo la coyuntura de una Rusia zarista periférica y liderando una revolución tan radical como la francesa. Materializó el análisis de Marx sobre el proletariado europeo, a través de la idea de un partido político que no solo representara a este, sino que encarnara fielmente sus intereses, además de ser una máquina de guerra bien organizada contra las élites opresoras de un Estado monárquico como el ruso.

En ciencia política, tres teóricos clásicos de las élites, Pareto, Mosca y Michels, coinciden en que la historia de la humanidad es la constante reorganización de sus élites, y que las elites son una minoría organizada gobernando a la mayoría desorganizada. Creo que las discusiones sobre la unidad en la diversidad dentro del Pacto Histórico deben trascender la figura de Gustavo Petro y convertirse no solo en una eficiente máquina de guerra contra esas élites minoritarias sino también un espacio profundamente democrático en su interior, por su diversidad y fuerza.

Fue precisamente esta unidad en la diversidad la que permitió, con todas sus dificultades, una victoria electoral en el Congreso de la Republica y el Gobierno Nacional en él 2022; pero insisto, el Pacto Histórico también debe ser una máquina política profundamente democrática que refleje la diversidad histórica del pueblo colombiano organizado; no solo a personerías jurídicas particulares que no necesariamente representan esa diversidad.

Lenin insistió en que la reconstrucción del Estado ruso debía otorgar todo el poder a los soviets, reflejando el movimiento social y popular de su época. El partido como aparato de lucha contra las élites opresoras, y los soviets como el germen de un Estado nuevo en construcción de una democracia profunda. El Pacto Histórico tiene en su seno la tensión por un lado la propuesta liberal de democracia que se limita a su procedimiento que son las elecciones y por otro, la propuesta de izquierda que concibe la democracia como un régimen de distribución equitativa de todo el poder: económico, social, político y cultural.

Las elites de Valenzuela han limitado y violentado la dirección de la nación disciplinando a las mayorías populares, priorizando la violencia como arma política de concentración del poder; han limitado la democracia a su noción procedimental, mientras siguen concentrando el poder de forma antidemocrática en todas sus variables, a pesar de las violencias que esa manera de dirigir la sociedad ha desatado.

Es importante entender que esa profunda desigualdad desatada precisamente por la violencia de estas elites se expresa en las instituciones del Estado. Es importante entender que el Estado, sea el ruso de Lenin o el colombiano de Petro, es ante todo una relación social. Por ello, el presidente Petro ha enfatizado que, aunque ganamos el gobierno como proyecto político, no hemos ganado el poder. El Estado es la manifestación temporal y cambiante de las relaciones de poder en una sociedad y es necesario que el Pacto Histórico, como proyecto político de nación, supere esa manera mezquina en que la han dirigido las elites de Valenzuela a Colombia logre superar la coyuntura virtuosa y temporal de Petro en la presidencia para garantizar construir las condiciones que superen a las mismas y nos permitan realmente caminar hacia una Colombia en clave de esa paz con justicia social que nos enseñó Piedad Córdoba.

Francisco Barbosa como fiscal general y Margarita Cabello como procuradora general de la nación representan algunas de esas trincheras que mantienen esas élites que se resisten a que Petro siga liderando la reconfiguración del poder del Estado a favor de los sectores sociales históricamente sometidos. Recientemente, Petro ha alertado sobre las intenciones de Barbosa, ex jefe de la Fiscalía, de utilizar estrategias legales, no legitimas, como su intentona de orden de captura al presidente de Ecopetrol para desestabilizar el gobierno nacional, evidenciando el uso del poder judicial como trinchera que todavía responde a la lógica de Valenzuela. De la misma manera podríamos alargar este articulo relatando cómo Cabello está ahí gracias al poder político de la familia Char, como representantes de otro sector de las mismas elites de Valenzuela que hoy creen, por su victoria circunstancial en las elecciones regionales, que podrán recuperar el gobierno en 2026 con algún representante de su emporio regional.

El Pacto Histórico debe acelerar su unificación sin perder de vista la diversidad y el imperativo categórico de su profunda democratización interna, si se tiene realmente la intención de romper el dominio histórico de las elites y, construir un camino hacia la democracia profunda que, desde tiempos de Lenin, las propuestas políticas de izquierda y populares se han planteado como horizonte de sentido.

La lucha por el control de la Fiscalía y el futuro de la Corte Suprema, al igual que con el resto de las instituciones del Estado, son cruciales para determinar si estas instituciones cambiarán de liderazgo o si perpetuarán la ruptura del Estado de derecho a favor de las élites. Depende, en gran medida, de la organización y movilización social y popular, pues es la única fuerza capaz de desafiar la ley de hierro de las élites descrita por Pareto, Mosca y Michels, la que puede realmente darle una vuelta de tuerca a la historia del país a favor de los nadies.

El camino del nazismo

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La película dirigida por Taika Waititi, Jojo Rabit, nos plantea algo sumamente especial en la construcción del lenguaje de sus personajes. Dicha arquitectura, radica en dos aspectos fundamentales. Por un lado, el amigo inmaterial de Jojo, quien es puntualmente el personaje histórico Adolf Hitler, recreado al mejor estilo de un “Pepe Grillo” o la voz de su conciencia. Y, por otro lado, el personaje de la niña, interpretado por Thomasin Mckenzie con quien Jojo comparte de manera particular, dibujos y diálogos que exponen su percepción acerca de los imaginarios nazi y judío respectivamente.

Con esta pequeña introducción, la idea es llegar a plantear lo siguiente:

1.

La consolidación simbólica del amigo ficticio, establece cómo el imaginario del ideal nazi se arraigó en el inconsciente colectivo de la juventud alemana de la época. Para Jojo, ser como su líder espiritual lo era todo. Las proezas de éste, habían escrito la historia “sagrada” de una supuesta raza superior. Hitler, innegablemente apostó por este discurso. En las primeras páginas de su manifiesto “Mi lucha”, radicalmente enuncia: “Mientras el pueblo alemán no pueda reunir a sus hijos bajo un mismo Estado, carecerá de todo derecho moralmente justificado para aspirar a acciones de política colonial. Sólo cuando el Reich, abarcando la vida del último alemán, no tenga ya posibilidades de asegurarle a éste su subsistencia, surgirá de la necesidad del propio pueblo la justificación moral para adquirir la posesión de tierras extrañas. El arado se convertirá entonces en espada, y de las lágrimas de la guerra brotará el pan diario para la posteridad” (Hitler, 8).

Es innegable la capacidad retórica y persuasiva de su discurso. El tenebroso líder alemán, en sus palabras insta por una construcción arquetípica. Invita a sus coterráneos a identificarse como una raza privilegiada que debe luchar por la recuperación y soberanía de su territorio, aunque esto conlleve al acero y la sangre. Si bien son vastas las interpretaciones del holocausto, como punto de convergencia, encontramos la necesidad latente de crear unas bases retóricas que persuadieran la mentalidad alemana. Para dicho efecto, encontramos en los archivos históricos a Goebbels, el infame ministro de propaganda, quien legitimaba su injerencia política sobre la base de construcciones narrativas, que lejos de ser verdad, azuzaban a las masas y calaban fuertemente en el inconsciente colectivo alemán.

2.

Ahora bien, si hacemos referencia al personaje de la niña, Elsa Korr, llama la atención los diálogos que establece con Jojo. Este último, de manera contundente, repite la propaganda transmitida por su amigo imaginario, la cual no es más que el vomitivo de la propaganda nazi. Comparten dibujos en los que Jojo de manera grotesca, representa a la cultura judía y sus presuntas tradiciones culturales. En donde la monstrificación es un fenómeno de lenguaje fundamental. La idea de percibir al otro como aquella aberración que desea arrebatar mi territorio, mi cultura y creencias, es la base discursiva ideal para enraizar el odio. Como nos lo afirma Jürgen Habermas en La Constelación Posnacional: “Nos encontramos aquí con los conocidos estereotipos de la “buena gente”, el “nacionalismo negativo” y el “salirse de la historia”. Los descendientes de los autores materiales de los crímenes se servirían de la identificación a posteriori con las víctimas, para obtener un desagravio gratuito, con la actitud altiva de quien cree tener siempre la razón” (Habermas 44).

La serpiente se muerde la cola una y otra vez, la cicatriz histórica nos hace recordar este nefasto accionar. Parece ser que el camino del nazismo, no es un suceso extinto, perfectamente podríamos dar una mirada análoga a la ideología libertaria y sus pinitos suramericanos con la figura torpe y mediática de Javier Milei, e incluso a la contradictoria y atroz injusticia que ejerce Israel sobre Palestina.

El mito de la Argentina boyante del siglo XVIII, no es más que un pretexto falso y absurdo de imponer en la agenda política un discurso completamente retardatario, como el que establece el Mandatario Argentino. En este sentido, resulta un tanto simple interpretar el supuesto libertarismo que se quiere impulsar desde la narrativa mediática y el fanatismo capitalista. Fenómeno que simplemente viene a ser un reflejo individualista de un neoliberalismo vulgar que, en este caso, busca el advenimiento de una casta que persiga fines económicos de manera expansiva y virulenta, desde una narrativa falaz que manipula la historia y consolida imaginarios anacrónicos de “comunismo” y “socialismo del siglo XXI”. Citando nuevamente a Habermas, el filósofo alemán nos enuncia: “En estos círculos se piensa que solo las tradiciones incuestionadas y los valores fuertes hacen un pueblo “apto para el futuro”. Por eso cualquier mirada escépticamente inquisidora hacia el pasado se convierte inmediatamente en sospechosa de moralización desmedida” (Habermas 46).

Nada más sencillo que optar por la monstrificación. La narrativa del nazismo estuvo plagada de engendros a quien había que vencer como diera lugar. Ahora, la quimera libertaria es acabar con el supuesto comunismo que se apodera del globo. Como diría Joseph Campbell, “en lugar de limpiar su propio corazón, el fanático trata de limpiar el mundo”. Los Goebbels contemporáneos están prestos a la creación narrativa mediática. ¿Quieren que infundamos miedo? ¡Lo hacemos!, que el comunismo se apoderará de Suramérica, se le tiene. Que los dirigentes de corte progresista se atornillarán en el poder, perfecto. Que no hay mejor salida que defender una soberanía moral con tintes capitalistas, pero claro. La nueva narrativa postnazi, nos recuerda un poco al país Gaucho. Las torpes declaraciones de su dirigente libertario, conmemoran las aterradoras palabras del mismo Adolf Hitler, “Quien conoce el alma de la juventud puede comprender que son justamente los muchachos quienes con mayor alegría escuchan tal grito de guerra” (Hitler 12).

Referencias

Habermas, Jürgen (1998). La Constelación Posnacional. Barcelona, editorial Paidós

Hitler, Adolf (2003). Mi Lucha. Primera edición electrónica. Chile, editorial Jusego

Solamente la organización vence al tiempo

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Reflexiones sobre los planteamientos del presidente Petro entorno al congreso Nacional del Pacto Histórico

En el marco de un mensaje de condolencias con ocasión de la muerte de la exsenadora Piedad Córdoba, el presidente Gustavo Petro planteó que es el momento de hacer una «autorreflexión del Pacto Histórico», que desemboque en la convocatoria de un «congreso progresista» y también se plantee construir un solo partido, con el que pueda apalancarse una nueva victoria electoral en 2026. La iniciativa, a mi juicio, es pertinente y urgente, pero amerita algunas reflexiones que, quizás, nos ayuden a entender los límites y posibilidades a los que nos enfrentamos.

Lo que existe hoy, en lugar de eso, es un sancocho de siglas, caciques y micropoderes en el que, quienes tienen personería jurídica mangonean al resto.

Son muchas las voces que llevan meses, incluso años, planteando la necesidad de construir un espacio político (algunos hablan de partido único, otros no) que cuente con reglas claras, instancias de decisión formales, formas de participación efectivas para la ciudadanía y las organizaciones que simpatizan/militan en las ideas del presidente Petro y del programa de gobierno «Colombia potencia mundial de la vida». Lo que existe hoy, en lugar de eso, es un sancocho de siglas, caciques y micropoderes en el que, quienes tienen personería jurídica mangonean al resto.

La propuesta del «congreso progresista» lamentablemente llega tarde, entre otras cosas, porque Petro es un descreído de las estructuras políticas de partido, como se puede deducir de su adhesión a las tesis de Antonio Negri sobre las muchedumbres, las multitudes, las «ciudadanías multicolores» como las tradujo Petro al contexto colombiano. En mi opinión, estas son nociones que, integradas a un discurso impugnatorio-destituyente, pueden ser muy útiles y resultar poéticas, pero que a la hora de gobernar y articular un bloque histórico de larga duración se quedan cortas.

pueden ser muy útiles y resultar poéticas, pero que a la hora de gobernar y articular un bloque histórico de larga duración se quedan cortas.

En Brasil no gobiernan las «muchedumbres autoconvocadas», sino un partido que lleva 40 años articulando la acción social de los movimientos de base con la acción política institucional; mismo planteamiento rige para MORENA en México que, aunque más reciente en su conformación, parte de una trayectoria organizativa que se remonta a la década del 80. Podrían seguirse poniendo ejemplos como los del Frente Amplio en Uruguay y el Movimiento al Socialismo en Bolivia que logró sobreponerse a un golpe de estado y volver al poder.

En octubre de 2023, tras las elecciones regionales, Petro presentó un balance equivocado y triunfalista de los resultados. Este resultado dejó ver el nivel de descoordinación y la concepción grupista que impera entre las organizaciones políticas y partidos que respaldaron su candidatura triunfante en 2022. La consolidación de un contrapoder regional de derechas que ahora pide federalismo, descentralización y autonomía para sabotear al gobierno, se debe en parte a no haber visto a tiempo que el liderazgo presidencial no basta para consolidar una posición de fuerza en las regiones; que se requieren militantes, estructuras con implantación territorial, liderazgos con trayectoria y con programas claros sobre el rumbo que deben tomar los municipios y departamentos en el marco de un gobierno de cambio, más allá de la repetición de slogans generales, o de decir somos los candidatos o candidatas de Petro.

La idea de un congreso de políticos profesionales y funcionarios elegidos es justamente lo opuesto a lo que se necesita. Del mismo modo, es importante esclarecer qué es exactamente a lo que se llama Frente Amplio a la luz de la coyuntura actual

Preocupa que la corrección de rumbo que propone el presidente sea convocando un congreso entre quienes resultaron elegidos en octubre pasado, y en caso de concretarse dejaría por fuera toda la potencia social de base y militante que ha apoyado y apoya al gobierno y que es la que debería darse cita para tomar decisiones sobre el rumbo del proyecto político común. La idea de un congreso de políticos profesionales y funcionarios elegidos es justamente lo opuesto a lo que se necesita. Del mismo modo, es importante esclarecer qué es exactamente a lo que se llama Frente Amplio a la luz de la coyuntura actual, qué fuerzas lo componen, cuál es la plataforma común que lo cohesiona y cuáles serían los mecanismos de relacionamiento entre el partido naciente y el conjunto de esas fuerzas políticas.

Por otro lado, es importante no morder el anzuelo de quienes, pensando con el deseo, quieren que las elecciones del 2026 sean mañana. Faltan más de dos años de gobierno; empezar a lanzar nombres de posibles «sucesores», candidaturas o precandidaturas en un momento como este distrae al gobierno y la opinión de lo realmente importante: seguir trabajando para transformar tanto como sea posible la vida de la ciudadanía. Sin esto, pensar en aspiraciones futuras serias y con perspectivas de éxito es una quimera.

La izquierda dentro del Pacto tiene que ser capaz de defender al gobierno y ser crítica al mismo tiempo; marcar matices y proponer salidas de izquierdas a las encrucijadas que se nos presentan en el ejercicio del gobierno.

En muchos artículos anteriores y en diferentes espacios he sostenido que el Pacto Histórico es un espacio político que, además de los Roy, los Saade, los Flores, los Escaf, necesita una izquierda que defienda al gobierno y aporte su experiencia de lucha a la consolidación del proyecto de cambio. Pero que, al mismo tiempo, no caiga en la trampa del fustigamiento político y mediático que nos obliga a atrincherarnos y diluirnos en una defensa cerril del gobierno al lado de cierto petrismo irreflexivo que considera toda crítica al presidente como una traición. La izquierda dentro del Pacto tiene que ser capaz de defender al gobierno y ser crítica al mismo tiempo; marcar matices y proponer salidas de izquierdas a las encrucijadas que se nos presentan en el ejercicio del gobierno.

Ahora que está tan de moda hablar de Argentina y de su difícil realidad, valdría la pena recordar las declaraciones de Juan Domingo Perón en una entrevista que le concedió a Pino Solanas: «solo la organización puede vencer al tiempo» y «los hombres pasan y la organización es lo que queda”. No perdamos de vista estas verdades.

Javier Milei y Carlos Fernando Galan: dos caras de una misma moneda

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En términos de Gramsci, estamos viviendo una crisis hegemónica en la democracia liberal que está marcada por un cambio de época, en el que lo antiguo aún no se agota y lo nuevo se resiste a emerger. Esta transición se refleja políticamente en un sentido de caos que permea todos los niveles de nuestra vida, tanto individual como colectiva.

En momentos así, aquellos que ofrecen alternativas al orden establecido, que ha perdido su sentido de certeza, encuentran oportunidades para alcanzar posiciones clave de decisión y representación. Es por ello que líderes políticos como Galán, Milei o Petro han ascendido a las posiciones que hoy ocupan.

Esto implica ser personas formadas, o rodeadas de personas formadas en universidades de élite, que han dedicado su conocimiento al servicio del capital más que a los sectores populares.

Milei y Galán comparten un elemento fundamental: ambos se definen como técnicos en el sentido mediático y corporativo del término. Esto implica ser personas formadas, o rodeadas de personas formadas en universidades de élite, que han dedicado su conocimiento al servicio del capital más que a los sectores populares. A pesar de ello, en sus actuaciones públicas, dan a entender que están al servicio de la ciudadanía sin distinciones.

Ambos perciben su opuesto como sinónimo de desorden e ineficacia, y argumentan que estas alternativas generan pobreza, de esta manera promueven propuestas. Sin embargo, representan dos caras de la misma moneda: una a favor de las ganancias en detrimento de los derechos humanos, con Galán siendo la cara amable y Milei la versión cínica y directa que rechaza las formalidades de las élites tradicionales. Ambos mantienen la fachada de estar del lado de los humildes, promoviendo la idea de que la mejor opción para estos es quitarles el control de sus vidas.

Ambos mantienen la fachada de estar del lado de los humildes, promoviendo la idea de que la mejor opción para estos es quitarles el control de sus vidas.

Ambos se presentan en la democracia liberal, convertida en un mercado por el capitalismo, como opciones «fuera del sistema», a pesar de ser producto del mismo. Se vieron forzados a incluir en sus gabinetes a personajes de administraciones anteriores, responsables de profundizar las crisis que los llevaron al poder, lo que demuestra que no son realmente opciones que busquen transformar las realidades de los que sufren y se van a limitar a maquillarlas.

Por ejemplo, Milei propuso en Argentina la dolarización de la economía como solución a la hiperinflación, culpando a los Kirchner por el problema. Sin embargo, un análisis juicioso señalaría primero a Mauricio Macri y su préstamo de 50 mil millones de dólares del FMI, facilitado por Donald Trump. Hoy, la mitad del gabinete de Milei está compuesta por exfuncionarios de Macri.

Por su parte, Galán lidera una bancada gubernamental integrada por concejales provenientes de partidos tradicionales como Cambio Radical, el Conservador y el Liberal. A propósito, es notable que el Nuevo Liberalismo junto con su socio «En Marcha», no se destacan en el concejo como representantes de una nueva ola de servidores públicos provenientes de sectores populares y dedicados a la transformación radical de la ciudad. Por otro lado, el Partido Verde, otro aliado en el gobierno capitalino, ha abandonado en gran medida la agenda de izquierda y alternativa que le permitió ganar popularidad hace cuatro años con, tal de arrodillarse al clientelismo. La única excepción en este panorama es el concejal Julián Triana.

Al examinar las secretarías bajo la gestión de Galán, se observa que muchos de sus integrantes provienen de los gobiernos de Santos, Duque y del grupo de funcionarios clave de Enrique Peñalosa.

Al examinar las secretarías bajo la gestión de Galán, se observa que muchos de sus integrantes provienen de los gobiernos de Santos, Duque y del grupo de funcionarios clave de Enrique Peñalosa. Estos funcionarios son responsables del modelo de movilidad centrado en Transmilenio en Bogotá. La gerente de Transmilenio, el director del IDU (actualmente bajo investigación) y la secretaria de movilidad, entre otros, fueron parte del equipo de Peñalosa. Incluso la secretaria de educación se desempeñó como fórmula vicepresidencial de Peñalosa y fue viceministra de educación durante la administración de Álvaro Uribe Vélez.

Además, es relevante mencionar que muchos de ellos han sido consultores y/o investigadores para entidades como Fedesarrollo, el Banco Mundial o el BID. Casi todas las secretarías, con una sola excepción, están lideradas por personas formadas en la Universidad de los Andes y/o en universidades de Estados Unidos o Europa. Esto no sería problemático si, al revisar sus trayectorias, no se evidenciara una tendencia a favorecer el embellecimiento superficial, en lugar de la transformación estructural de la realidad. Estos técnicos cuentan con el respaldo del establecimiento mediático.

si tenemos la oportunidad de escoger por alternativas que se comprometan en avanzar en la conquista de más derechos que tengan en el centro la participación ciudadana activa como instrumento de empoderamiento.

En última instancia, debemos ser conscientes en nuestras decisiones políticas, especialmente en una democracia en crisis, de si lo que se nos ofrece son simplemente las distintas caras, ya sea la amable o la radical, de una misma moneda orientada hacia el modelo antiderechos y el pro-ganancias, o si tenemos la oportunidad de escoger por alternativas que se comprometan en avanzar en la conquista de más derechos que tengan en el centro la participación ciudadana activa como instrumento de empoderamiento. Esto debería servirnos como una guía para las próximas elecciones.

¡Viva la esclavitud carajo!

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En el discurso del presidente de Argentina Javier Milei ante los cacaos y ricachos en Davos, hubiese sido menos humillante que les lamiera los pies uno a uno. La absurda expresión: “Ustedes son los héroes que el mundo necesita”, más allá de ser una de las más grandes falacias, fortifica el ideal, incluso mitológico, que el capitalismo más voraz, llámese libertario o con los adjetivos más floridos que se quiera, es la salida de la pobre condición humana. Situación, a la que éstos mismos personajes nos han condenado al apropiarse de casi un ochenta por ciento de la economía mundial. En su chapucero discurso, una de las intencionalidades más evidentes fue el cambio de la historia con fines retóricos. Lo que equivaldría a la más firme función del Ministerio de la Verdad en la obra de George Orwell 1984, donde simplemente en una construcción de lenguaje se cambia la historia con el fin de crear una nueva realidad y, por ende, una nueva verdad.

En su chapucero discurso, una de las intencionalidades más evidentes fue el cambio de la historia con fines retóricos. Lo que equivaldría a la más firme función del Ministerio de la Verdad en la obra de George Orwell 1984, donde simplemente en una construcción de lenguaje se cambia la historia con el fin de crear una nueva realidad y, por ende, una nueva verdad.

¿Es esta construcción de una falsa verdad el recurso más viable para el capitalismo rampante? Si bien en la obra de Orwell, el contexto distópico bajo el cual están subyugados los personajes, pertenece al totalitarismo más crudo, un sistema capitalista de libre mercado, no se aleja del funcionamiento más macabro de un neoesclavismo. Veamos primero cómo nos plantea el gran Orwell la alteración de la realidad mediada por el lenguaje: “El que controla el presente, controla el pasado”. Y, sin embargo, el pasado, alterable por su misma naturaleza, nunca había sido alterado. Todo lo que ahora era verdad, había sido verdad eternamente y lo seguiría siendo. Era muy sencillo. Lo único que se necesitaba era una interminable serie de victorias que cada persona debía lograr sobre su propia memoria. A esto le llamaban “control de la realidad”. Pero en neolengua había una palabra especial para ello: doblepensar”. (Orwell, 14).

¿Qué evidencias históricas se expusieron en su intervención?, ¿qué argumentos teóricos sustentaron sus palabras? Fácilmente podemos enunciar que cero.

Si bien, la obra del escritor inglés parte de un elemento ficcional, para su época, es completamente evidente el paralelismo con las sandeces que “líderes” como Milei prodigan en el panorama mundial. Enunciar que occidente está en peligro por “valores que conducen inexorablemente al socialismo”, o expresar, sin ningún tipo de evidencia o argumento sólido que “desde el año cero hasta el año mil ochocientos, el PBI per cápita del mundo se mantuvo constante, asumiendo que luego de las revoluciones industriales y la adopción del capitalismo incrementó sustancialmente el PBI per cápita”, son tan solo una muestra de la mentalidad delirante del mandatario argentino. ¿Qué evidencias históricas se expusieron en su intervención?, ¿qué argumentos teóricos sustentaron sus palabras? Fácilmente podemos enunciar que cero. La inverosimilitud del discurso, inevitablemente nos arroja al concepto orwelliano de control de la realidad.En este caso, los supuestos libertarios, viven en su “paraíso onírico de leche y miel”, ideales que en su momento también defendió el socialismo más escabroso. Curioso ¿No?

La inverosimilitud del discurso, inevitablemente nos arroja al concepto orwelliano de control de la realidad.En este caso, los supuestos libertarios, viven en su “paraíso onírico de leche y miel”, ideales que en su momento también defendió el socialismo más escabroso. Curioso ¿No?

En su obra titulada K-Punk, Volumen 1, el escritor inglés Mark Fisher, nos postula algo que da justo en el meollo del asunto: “La ideología es más un relato que un conjunto de ideas (…) lo que es nada menos que una narrativa contraria al realismo capitalista. Muchos de los análisis de la captura del capitalismo tardío producidos en el siglo XXI (…) el propio Realismo capitalista–, corren el peligro de ofrecer una mala inmanencia, un realismo sobre el realismo capitalista que solo puede engendrar una sensación de parálisis ante el cerramiento total del sistema (…) Vendan a los niños por comida” (Fisher, 336)

Con base a la cita de Fisher nos resulta fácil determinar que la alocución del delirante Milei, no es más que una mirada sesgada de lo que él interpreta por capitalismo. La famosa corriente libertaria, que va en contra de los colectivismos (expresión recurrente en su discurso), no es más que una reconstrucción de la realidad histórica, en la que el empresariado vampírico, simboliza al héroe ideal, un personaje casi mitológico que establece un deber ser en el mundo, azotado por la villana pobreza que nos subyuga y coarta nuestra libertad. Recurriendo nuevamente a Fisher: “La única solución que ofrece el capital –que ahora utiliza modos de gobierno “nihiliberales” más que neoliberales–, es cargar a los jóvenes con deudas y precariedad. Las optimistas promesas del neoliberalismo ya no existen, pero el realismo capitalista continúa: no hay alternativa, disculpas. Nosotros tuvimos, pero tú no, y así es como son las cosas, ¿ok?” (Fisher, 336).

La famosa corriente libertaria, que va en contra de los colectivismos (expresión recurrente en su discurso), no es más que una reconstrucción de la realidad histórica, en la que el empresariado vampírico, simboliza al héroe ideal, un personaje casi mitológico que establece un deber ser en el mundo, azotado por la villana pobreza que nos subyuga y coarta nuestra libertad.

Precarios dirigentes como Milei o vendedores de humo, disfrazados de profundos pensadores como Agustín Laje, consolidan la absurda voz de la reconstrucción histórica ultraderechosa. Robustecen la mitología capitalista como la teogonía liberadora en nuestros tiempos aciagos, en donde miles de jóvenes consumen estas ideas desaforadamente, con la firme convicción de avasallar la pobreza. Los principios libertarios los llevan a “vender sus niños por comida”, a negar la historia y adjudicar capas heroicas a nefastos personajes que no merecen más que el olvido y la ignominia. Sin darse cuenta que sus profundos pensadores o ideólogos, no son más que mamones del sistema, personajes que surgieron en una coyuntura que exhibe el fracaso del capitalismo y no son más que su remedo retórico.

No hay héroes, tan solo daños colaterales. Jornadas de trabajo interminables, salarios de miseria, tarjetas de crédito, microapartamentos, OnlyFans, autoayuda, religión, gurús de mierda, entre otras estructuras que convierten al hombre posmoderno en el villano de su historia. El capitalismo se nos encumbra cada vez más como una metafísica de lo imposible. Desde esta pútrida condición, admiramos a nuestros héroes. Los vemos salir en sus naves y controlar todo desde su mansión, disfrazada de comando central. Por nuestra parte, somos pobres, representamos a los modernos antagonistas. Como nos enuncia Fisher a razón de Batman: “El bien (capitalismo) no tiene una presencia positiva; lo que el bien es debe ser definido en referencia al mal (pobreza) (…) Es decir, el Bien, es la ausencia de un Mal cuya existencia es autoevidente (Fisher 197)

REFERENCIAS

Fisher, Mark (2018). K Punk, Volumen 1. Editorial Caja Negra, Buenos Aires

Orwell, George (2022). 1984. Editorial Alma, México

Adivinen de quién y de cuándo es este texto

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Todavía la situación de la mujer sigue siendo penosa debido a sus tareas domésticas. Para lograr la total emancipación de la mujer y su igualdad real y efectiva con el hombre, es necesario que la economía nacional sea socializada y que la mujer participe en el trabajo general de producción. Entonces sí la mujer ocupará el mismo lugar que el hombre.

Todas ustedes saben que incluso cuando las mujeres gozan de plenos derechos, en la práctica siguen esclavizadas, porque todas las tareas domésticas pesan sobre ellas

Claro está que aquí no hablamos de igualar a la mujer con el hombre en lo que se refiere a la productividad del trabajo, la cantidad de trabajo, la duración de la jornada, las condiciones de trabajo, etc.; sostenemos que la mujer no debe, a diferencia del hombre, ser oprimida a causa de su posición en el hogar. Todas ustedes saben que incluso cuando las mujeres gozan de plenos derechos, en la práctica siguen esclavizadas, porque todas las tareas domésticas pesan sobre ellas (…). Es un trabajo extraordinariamente mezquino y no incluye nada que de algún modo pueda contribuir al desarrollo de la mujer.

En la búsqueda del ideal socialista, luchamos por la realización total del socialismo, y en este camino se abre un amplio campo de acción para la mujer. Nos disponemos ahora a emprender concretamente la tarea de desbrozar el terreno para la construcción del socialismo, y la edificación de la sociedad socialista sólo comienza allí donde, después de haber logrado la igualdad completa de la mujer, abordamos las nuevas labores junto a ella, libre y de esas faenas mezquinas, embrutecedoras e improductivas. Y estas labores nos ocuparán durante muchos, muchísimos años.

Esta tarea no puede rendir resultados rápidos ni traducirse en efectos brillantes.

Creamos instituciones modelo, comedores colectivos y casas cuna, para liberar a la mujer de las faenas domésticas. Y es precisamente a las mujeres a quienes corresponden en primer lugar los trabajos relacionados con la organización de estas instituciones. Es preciso reconocer que Rusia cuenta todavía con muy pocas instituciones de este tipo que ayuden a la mujer a liberarse de su papel de esclava doméstica (…).

Las trabajadoras deben preocuparse de desarrollar las instituciones a que nos referimos, y esta actividad de la mujer conducirá a hacer cambiar radicalmente la situación que ocupaba en la sociedad capitalista.

Decimos que la emancipación de los obreros debe ser lograda por los obreros mismos, y ocurre otro tanto con la emancipación de las mujeres trabajadoras: debe ser fruto de su propio esfuerzo. Las trabajadoras deben preocuparse de desarrollar las instituciones a que nos referimos, y esta actividad de la mujer conducirá a hacer cambiar radicalmente la situación que ocupaba en la sociedad capitalista.

Para poder intervenir en política, en el viejo régimen, capitalista, se requería una preparación especial, de modo que el papel de las mujeres en la vida política era insignificante incluso en los países capitalistas más avanzados y libres. Nuestra tarea es lograr que la política sea accesible a toda mujer trabajadora. Desde el momento en que fue abolida la propiedad privada de la tierra y de las fábricas, y derrocado el poder de los terratenientes y capitalistas, las tareas políticas se volvieron sencillas, claras y comprensibles para todos los trabajadores, incluyendo a las mujeres trabajadoras. En la sociedad capitalista la situación de la mujer se caracteriza por una desigualdad tal, que su participación en política solo representa una mínima parte de la del hombre (…).

Su participación [la de las mujeres] es también necesaria en la organización de las grandes empresas experimentales y en su cuidado, de modo tal que dichas empresas no sean en el país casos aislados.

(…) Su participación [la de las mujeres] es también necesaria en la organización de las grandes empresas experimentales y en su cuidado, de modo tal que dichas empresas no sean en el país casos aislados. Si no participan en ella gran número de trabajadoras, estas empresas serán irrealizables. La mujer trabajadora puede abordar estos problemas supervisando la distribución de los productos y velando por que éstos se obtengan con mayor facilidad. Es esta una tarea plenamente accesible a las mujeres trabajadoras sin partido, y su realización contribuirá más que ninguna otra cosa al afianzamiento de la sociedad socialista.

Después de haber suprimido la propiedad privada sobre la tierra y abolido casi totalmente la propiedad privada en las fábricas y empresas industriales, el poder soviético aspira a que todos los trabajadores, no solo los del partido, sino también los sin partido, y no solo los hombres sino también las mujeres, tomen parte activa en la obra de la construcción económica. Esta obra, ya iniciada por el poder soviético, sólo podrá llevarse adelante cuando tomen parte en ella en toda Rusia, en lugar de algunos centenares, millones y millones de mujeres. Entonces podremos estar seguros de que la construcción del socialismo se habrá afianzado. Entonces la obra de la construcción del socialismo en Rusia descansará sobre fundamentos tan firmes, que no habrá enemigo exterior.

Pista 1
Su nombre real era Vladímir Ilích Uliánov

Pista 2
Su signo solar es tauro y nació en el año del caballo

Pista 3
Nació en el imperio ruso y falleció en la Unión Soviética

Pista 4
Andaba en parche con Nadia y Aleksandra

Pista 5
El texto fue publicado en el mismo año en el que Emiliano Zapata fue asesinado

Si sabes de quién se trata, compartan más pistas.

Por un feminismo más allá de la cultura de consumo

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Soy feminista. Hace años lo soy. Ingresé a este maravilloso mundo cuando empecé a asociar las violencias a las que estamos expuestas, y el lugar secundario al que somos obligadas a ocupar en un sistema más grande, un sistema que normaliza el hecho de asumir nuestro cuerpo y nuestra existencia como algo desechable o útil, únicamente, para la sexualización en función de la mirada masculina, y los trabajos del hogar y el cuidado en las distintas dimensiones de la vida.

Antes de continuar, debo resaltar algo: soy feminista y soy de izquierda radical, creo que ambas perspectivas deben hacer parte de la misma posición orientada a la desobediencia, la rebeldía y el cambio social.

Como feminista, empecé a indagar más en la materia, y en esa busqueda con gafas violetas, me encontré con que, por fortuna, no solo había libros teoricos sino también películas, canciones y medios de comunicación con esa orientación política. Antes de continuar, debo resaltar algo: soy feminista y soy de izquierda radical, creo que ambas perspectivas deben hacer parte de la misma posición orientada a la desobediencia, la rebeldía y el cambio social. Es así que mi feminismo entró en diálogo con mi anticapitalismo, no lo anuló como, me parece, a veces tiende a suceder.

Sobre la farándula

Cuando empecé a seguir medios de comunicación feministas, sentí algo paradójico: que con algunos de ellos, no estaba adquiriendo nuevas herramientas de análisis sino que estaba quedando muy bien informada de la farándula actual.

Gracias a esa cuidadosa curaduría de noticias, sé que podría compartir mi vida con Chris Evans, quien se quiere dedicar a ‘pegarlo’, escuchar música y hacer cosas en cerámica.

Creo que es importante aclarar que veo farándula, me interesa y esta no es una reflexión contra la farándula, ni contra el reggaeton. Sigo a gente de este mundo, pero no de cualquier época, lo mío es informarme sobre artistas que salieron en Friends, OC, Gossip Girl, Las chicas Gilmore, Sex and the City, Breaking Bad, o Juego de Tronos. Gracias a esa cuidadosa curaduría de noticias, sé que podría compartir mi vida con Chris Evans, quien se quiere dedicar a ‘pegarlo’, escuchar música y hacer cosas en cerámica.

El caso es que soy consciente del tipo de farándula que me interesa, de saber cómo se viste Katie Holmes, todo lo que salga de Mark Ruffalo, o de las publicaciones de los actores que me gustan. Pero de un tiempo para acá, me entero de la vida de personas que ni siquiera sé por qué son famosas, sé qué pasa con celebridades del reggaeton, lo curioso es que no lo escucho, ni me gusta, entonces ¿por qué sé sobre Rosalia, Rauw, Feid, Karol G o Bad Gyal?, si no sé cómo se llama a esposa de Chris Evans, ¿por qué sé sobre las relaciones de las estrellas de reggaeton?

Se deja de lado la interseccionalidad, pero también, lo que no nos toca directamente, como luchas y propuestas de otros pueblos, o las formas de opresión generadas por el imperialismo, el colonialismo, el racismo, etc. El feminismo parece desligado así de las causas de las y los oprimidos.

Confieso que cuando estoy prenda me muevo con ‘Bichota’, me sé a medias ‘Yo quiero bailar’ de Ivy Queen, puedo identificar las que sacó Don Omar a principios del 2000, he cantado en el karaoke ‘Felina’ de Héctor & Tito, y confundo a JBalvin y a Maluma. En resumen, mi conocimiento de dicho género es casi nulo. Sin embargo, puedo hablar en automático sobre despecho y perreo.

Después de hacer un ejercicio consciente de navegación por redes sociales, me dí cuenta que la mayor parte de esta información proviene de algunos medios de comunicación feministas, y retomando a Arjona, el problema no es que hablen de farándula, o de una farándula que no me gusta, sino que mi preocupación radica en que hagan de las estrellas del reggaeton —o de otros géneros hiper comerciales— casi que exclusivamente íconos del feminismo, en un ejemplo del deber ser de las mujeres, como si se tratase de que todas seamos ‘bichotas’ o ‘motomamis’, y no solo eso, con esta forma de entender el feminismo, parece que la reivindicación termina por ser meramente identitaria y estética. Se deja de lado la interseccionalidad, pero también, lo que no nos toca directamente, como luchas y propuestas de otros pueblos, o las formas de opresión generadas por el imperialismo, el colonialismo, el racismo, etc. El feminismo parece desligado así de las causas de las y los oprimidos.

¿Qué estará pasando?

Parece que algunos de los medios feministas, los que se centran en los likes, nos quieren vender una especie de sororidad y feminismo despolitizados: si a Karol G le va bien, a todas las mujeres de Colombia también; si Shakira tiene una estatua, hay que celebrar; que Bad Gyal diga que quiere bailar sola es digno de una ovación. Es como si los feminismos fueran una dimensión más dentro del universo consumista, un consumismo con enfoque de género, centrado, por ejemplo, en los “caminos empoderantes” de “tramitar las tusas” y reivindicar el cuerpo.

Este énfasis me parece preocupante, porque reproduce la lógica machista de que nuestras vidas, las vidas de las mujeres, se reducen a estar emparejadas, despechadas y de levante, todo mediado por un fuerte componente de superación personal representado en el “empoderamiento”.

Este énfasis me parece preocupante, porque reproduce la lógica machista de que nuestras vidas, las vidas de las mujeres, se reducen a estar emparejadas, despechadas y de levante, todo mediado por un fuerte componente de superación personal representado en el “empoderamiento”. Por supuesto, estos son temas de interés, tienen un vínculo directo con la cotidianidad, pero dedicar una cantidad significativa de publicaciones a estos temas, es contribuir a la reproducción de un sentido común restringido. Que pase eso en un medio corporativo no sorprende, pero se supone que un medio que es feminista debería entrar a problematizar, y dar un paso hacia lo estructural.

Estamos ante una ecuación preocupante con el que me atrevo a llamar como “feminismo de likes”: consumismo + feminismo = empoderamiento, pero ¿empoderamiento de qué?, ¿frente al despecho?, ¿para facturar, es decir, para producir en el marco del capitalismo? Decía Tithi Bhattacharya en una entrevista en 2018: el «‘empoderamiento’ evita la pregunta de quién es la que se empodera y para qué fines, esas son las preguntas que el neoliberalismo silencia. Entonces, el feminismo se volvió algo cercano a la idea de ‘empoderamiento’ de las mujeres, lo que, en términos reales, se transformó en la idea de éxito de un sector muy pequeño de las mujeres de todo el mundo: éxito como políticas, éxito como mujeres de negocios, éxito como CEO, etc. Cuando las mujeres escalan estas posiciones y tienen éxito, eso es considerado un éxito para el feminismo”.

El patriarcado no tiene solo una existencia material, se reproduce ideológicamente, y la forma de consumir e interpretar, por ejemplo, las noticias de farándula, puede impactar en la forma en la que se reproduce ideológicamente el patriarcado en nuestro sentido común

Con Antonio Gramsci, estoy convencida de la importancia de la disputa de sentido común. El patriarcado no tiene solo una existencia material, se reproduce ideológicamente, y la forma de consumir e interpretar, por ejemplo, las noticias de farándula, puede impactar en la forma en la que se reproduce ideológicamente el patriarcado en nuestro sentido común, pero, ¿esa es la única forma de disputar el sentido desde el terreno feminista?, y más aún, ¿acaso desde el feminismo no nos debemos interesar por la forma en la que se reproduce el capitalismo en nuestro sentido común?

Parece como si el machismo estuviera desligado de la cultura de consumo que promueve el capitalismo contemporáneo, y como si de lo que se tratara fuese de impugnar sólo ciertas manifestaciones del machismo y no algo mucho más sistémico. Siento que el punto está más en los likes y el alcance de los contenidos que en la disputa de sentido. Aclaro: no es que la adherencia al feminismo y el gusto por estos géneros y sus figuras sea excluyente, la cuestión radica en los efectos que puede traer el hecho de ocupar toda la parrilla informativa en esos contenidos asociados a la farándula y los valores del consumismo, desde análisis superficiales.

No creo que la disputa de sentido consista en adaptarse a la lógica de consumo de la farándula para, desde ahí, incluir una que otra palabra feminista. Considero que el feminismo debe ir más allá, poniendo sobre la mesa todas las formas de opresión a las que estamos sometidas, siendo una fundamental la de clase. En este punto, vale la pena recordar que, en “Mujeres Negras: dar forma a la teoría feminista”, bell hooks cita a Rita Mae Brown sobre la importancia de comprender el peso de la clase social en nuestras vidas:

la cuestión radica en los efectos que puede traer el hecho de ocupar toda la parrilla informativa en esos contenidos asociados a la farándula y los valores del consumismo, desde análisis superficiales.

“La clase es mucho más que la definición de Marx sobre las relaciones respecto de los medios de producción. La clase incluye tu comportamiento, tus presupuestos básicos acerca de la vida. Tu experiencia —determinada por tu clase— valida esos presupuestos, cómo te han enseñado a comportarte, qué se espera de ti y de los demás, tu concepción del futuro, cómo comprendes tus problemas y cómo los resuelves, cómo te sientes, piensas, actúas. Son estos patrones de comportamiento los que las mujeres de clase media se resisten a reconocer aunque quieran perfectamente aceptar la idea de clase en términos marxistas, un truco que les impide enfrentarse de verdad con el comportamiento de clase y cambiar en ellas mismas ese comportamiento. Son estos patrones los que deben ser reconocidos, comprendidos y cambiados”.

Esta es una invitación a pensarnos qué feminismo se está promoviendo, qué feminismo estamos “consumiendo”, qué feminismo es el que necesitamos y cuáles deben ser nuestras referentes, el alcance de ellas y qué necesitamos para nuestras vidas más allá de la farándula, el levante, las relaciones de pareja y la tusa. Son temas relevantes en el día a día, sin lugar a dudas, pero hay un mundo entero que va más allá. Que esa visión restringida del feminismo no nos lleve a perder de vista lo que sucede en otras latitudes, lo que sucede con el capitalismo, el racismo o el colonialismo.

Capitalismo y privatización del estrés

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«El neoliberalismo instala una ansiedad perpetúa: no hay ninguna seguridad, tu posición y tu estatus están bajo constante revisión. No es ninguna sorpresa que la depresión sea tan prevalente en países neoliberales, tal como muestra Oliver James en The Selfish Capitalist [El capitalista egoísta]. La propagación de la enfermedad mental es uno de los costos secretos del capitalismo neoliberal. El estrés ha sido privatizado. Si estás deprimido por exceso de trabajo, ¡es un problema de tu química cerebral!

Si bien creo que la crisis financiera mató al neoliberalismo como proyecto político, también creo que no necesita estar vivo para seguir dominando nuestra mente, nuestro trabajo y nuestra cultura. Aunque ahora no goce de un ímpetu hacia el futuro, el neoliberalismo continúa dominando las cosas. Por desgracia, no veo que los mortíferos efectos psíquicos del neoliberalismo declinen en el futuro inmediato».

Mark Fisher
Tomado de K-Punk Volumen 3. Escritos reunidos e inéditos. (Reflexiones, Comunismo ácido y entrevistas)