Hay que tomarse en serio la alharaca derechista sobre el castro-chavismo en tanto no se trata solo de una rabiosa forma publicitaria. La agenda de la derecha debe preocupar seriamente a la ciudadanía colombiana porque proyecta un escenario regresivo en lo social, político y en las relaciones internacionales.
Los discursos de Iván Duque, Germán Vargas Lleras, Martha Lucía Ramírez, Alejandro Ordóñez, Juan Carlos Pinzón y los silencios y coqueteos de Sergio Fajardo, configuran una agenda regresiva, de la que amplios sectores sociales queremos huir:
1. Antagonizar las relaciones con los países vecinos, incluso participar en la mayor desestabilización de Venezuela.
2. Incumplir los acuerdos de paz firmados en el Teatro Colón y promover una política de tierra arrasada.
3. Recortar los derechos de organización, movilización y protesta social para no asustar a los inversionistas, imponiendo la razón y la autoridad del Estado. Desconocer las exigencias del movimiento social y endurecer la legislación represiva.
4. Afianzar el modelo económico sobre la base del extractivismo minero-energético y las gabelas al capital financiero.
5. Hacer del principio de libertad de ganancia, el criterio organizador de los servicios de salud, saneamiento, transporte, servicios públicos domiciliarios, educación.
6. Afianzar un modelo cultural y social sobre el molde de las ideas conservadoras y autoritarias que desconocen los avances en materia de respeto a la diversidad, la diferencia y la interculturalidad.
7. Instalar una idea de ciudadanía de baja intensidad en la que los derechos políticos y sociales queden subordinados a los intereses de los actores políticos privilegiados: los grandes empresarios. No quiero ese país para las nuevas generaciones.
Ante este panorama votar por Petro, por senadores y representantes que puedan denunciar, y entrabar la agenda derechista y trabajar sistemáticamente por reconstruir el bloque popular que pueda disputar otra Colombia posible, son las acciones más coherentes en este momento político.
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Por: profe Frank Molano, amigo de la casa Hekatombe.