Francia Márquez y Gustavo Petro: algunas claves de su discurso

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En esta serie de artículos de opinión sin pretensiones académicas, en los que compartiré mi opinión y no la opinión de nadie más, he venido resaltando algunas de las propuestas de las y los precandidatos en los debates, haciendo énfasis en las que considero más problemáticas. No las comparo con sus programas, porque se supone que lo que dicen en un debate es lo que van a hacer. Más adelante, si el tiempo me lo permite, haré el comparativo con los programas.

Los debates de referencia son el de la Universidad del Norte, el debate del grupo Prisa, el de Semana y El Tiempo, el debate 15 Años Color Colombia y el debate sobre la reforma a la policía, que son algunos de los que se han desarrollado entre noviembre de 2021 y febrero de 2022.

Ya hice el de Alejandro Gaviria, Federico Gutiérrez, Sergio Fajardo y ahora van Francia Márquez y Gustavo Petro.

En los debates revisados, son Francia y Gustavo Francisco quienes plantean opciones reales y concretas de cambio. En sus intervenciones ambos indican un problema y plantean una solución, además, se dan el lujo de corregir a las y los demás precandidatos. Algunas de sus propuestas son:

Salud: Francia habla de la salud enfocada en garantizar una vida digna, es decir, entenderla de manera integral y no como la ausencia de la enfermedad. Gustavo insiste en la necesidad de llevar profesionales de la salud a las casas para poner el foco en la prevención, sin desatender la enfermedad. En este punto hay que aclarar que el enfoque del sistema de salud actual es el de asumir la enfermedad como fuente del negocio y por ende, como el eje central de la atención. Ambos coinciden en la necesidad de reformar el sistema de salud para garantizar que sea realmente un derecho.

Seguridad: Francia desarrolla cómo la juventud es vista como el nuevo enemigo, principalmente la juventud racializada y empobrecida. Gustavo presenta el problema de inseguridad no de forma plana, sino en toda su complejidad, siendo uno de los factores el hambre. Ambos proponen la reforma a la policía. Entienden la seguridad más allá de llenar el país de policía y, en cambio, la ven como la institución que tiene que garantizar la seguridad de la gente, parece lógico pero para la derecha y el centro no lo es.

Orden público: ambos proponen la implementación del Acuerdo de Paz, y avanzar en los diálogos con el ELN. También están de acuerdo en el hecho de acudir a formas alternativas de abordar el problema de drogas —como la regulación— que aporten a la economía legal del país. Lo interesante es que no se quedan en frases vacías, sino que desarrollan en sus intervenciones los puntos del Acuerdo de Paz, es decir, lo tienen tan apropiado que sus propuestas en términos generales los incluyen.

Desempleo: para Francia el modelo económico precariza la vida, cuando se trata de vivir dignamente. Gustavo Francisco propone la protección de la industria nacional, el reconocimiento del trabajo femenino, el derecho a la pensión y la economía del cuidado. También la democratización de las condiciones para poder trabajar. Los demás candidatos en términos generales dicen que es necesaria la educación para el trabajo, es decir, no es que no haya trabajo, es que la generación más preparada de la historia no sabe trabajar. Francia y Gustavo hablan con propuestas concretas de generación de empleo, pero no en condiciones horribles y en medio de la precarización, sino digno.

Además hablan de acceso a crédito con democratización de la banca (pública, privada y cooperativa) para la creación de microempresa, mejor dicho, los emprendimientos ahora sí tendrán futuro.

Educación de calidad: Francia sabe lo que es tener que luchar para terminar la universidad y lo difícil que es tener que elegir entre copias, pasajes o comida, además, lo hace sin romantizarlo. Todo eso lo traduce a la hora de proponer accesibilidad y sostenibilidad, lo que en términos prácticos significa entrar a la universidad y poder estudiar con cierto grado de tranquilidad. Para ella y para Gustavo, la calidad se logra trabajando de la mano con las y los profesores. Proponen el fortalecimiento de la universidad pública sin trampas. Si me leen y son hijas, hijos, hijes de la pública, saben lo bonito que es eso. 

Otra cosa importante de este punto es que las y los demás precandidatos hablan de educación para el trabajo, Gustavo dice que se trata de estudiar lo que la gente quiera. Si eso no es democratizar el conocimiento, promover el amor por estudiar, no sé qué es.

En términos generales sus propuestas no son problemáticas, sin embargo, es importante señalar dos cosas:

Francia Márquez: en algunas de sus intervenciones, las propuestas se quedan cortas y se acercan más a consignas, aunque eso ha cambiado en los últimos meses, sigue persistiendo pero en menor medida.

Gustavo Petro: en temas de género se raja, a la hora de hablar y hacer maromas argumentativas para justificar lo que él denomina aborto cero, se cae en lo que parece ser un profundo poso de conservadurismo y desconocimiento.

Ambos se complementan en los debates, lo que Gustavo no alcanza a desarrollar claramente, Francia lo retoma y lo explica. Lo que Francia plantea y no explica cómo hacerlo, Gustavo lo agarra y lo desarrolla.

Dicho esto, arena centrista y derechosa, ven a mi.

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