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La objeción de conciencia y las guerras en el mundo

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Por: Observatorio de Militarismo

El contexto global de exacerbación de los conflictos armados locales e internacionales y un examen de la situación de la objeción de conciencia hecho por el Observatorio con ocasión con una colaboración para las Naciones Unidas nos invita a decir varias cosas:

Las guerras y los genocidios se sostienen con el servicio militar. En tiempos de guerra preocupa que se reactive el carácter obligatorio de servicios militares en la frontera oriental del territorio de la OTAN en la tan civilizada Europa. En los inicios de los 80s hasta los 90s hubo un número creciente de países en Europa que abolieron o suspendieron la conscripción (servicio obligatorio), proceso que se revirtió desde 2013. El referendo popular en Austria y los austriacos votaron por mantener el servicio militar, luego cuando vino la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 varios países que habían suspendido la conscripción volvieron a ella: por supuesto Ucrania, Georgia, Letonia y más recientemente Suecia. 

La libreta militar restringe derechos en distintos países. En Rusia y Bielorusia, entre otros, al igual que en Colombia, se restringe el derecho al trabajo por no tener libreta militar. La bancada de gobierno actual propuso en la legislatura pasada que la libreta militar volviera a ser requisito para la expedición del pasaporte para todos los hombres. Vaya progresismo el que tiene Colombia en el legislativo! 

¿Son esos los  ejemplos que deseamos seguir? Ya tenemos cédulas, ¿Qué necesidad de crear otro documento para las garantías derechos como ciudadano?

La objeción de conciencia encuentra restricciones en distintos países. Las  alternativas al SMO es lo primero que se va en contextos de conflicto armado. 

En distintos países se obstaculiza e incluso se restringe en la práctica el derecho a la objeción de conciencia dependiendo de si las razones que aducen las personas que se niegan a participar de los ejércitos y las guerras están basadas en motivos políticos, y se favorecen los argumentos de tipo religioso. 

Tanto en Rusia como en Ucrania, y en ese lugar que la historia colonial ha de llamar “Israel”, el servicio militar obligatorio se mantiene, y en los tres casos presionan, acosan, intentan persuadir y encarcelan a objetores y objetoras de conciencia que se resisten a participar en la guerra y el genocidio. Israel convocó a 360.000 reservistas hombres y mujeres para activar el despliegue genocida en territorio palestino. 

En Colombia la Objeción de Conciencia está reconocida pero es difícil de ejercer para negarse al servicio militar obligatorio, incluso es difícil acceder a datos oficiales. Es más probable que sean aceptadas las objeciones de conciencia que se sustentan en argumentos religiosos (82%), frente a las razones políticas (12%). Esta información corresponde al periodo 2017 – 2020, y sí, ya es vieja, pero desde entonces los correspondientes Ministerios de Defensa del anterior y el actual gobierno se han negado a dar la información oficialmente requerida.

En Colombia el ejercicio de la objeción de conciencia implica que las razones sean evaluadas por una comisión interdisciplinaria, la cual no es más que una un grupo de actores militares subordinados a la jerarquía que la ley establece. Este tribunal imposible está constituido para evaluar las razones que sustenta las objeciones con los criterios de que estas sean fijas, profundas y sinceras. ¿Cómo entender eso de “razones fijas”? Es de suyo a la condición humana el cambiar, lo vemos cada día, en los cuerpos y las conciencias propias, (por eso no permite la ley que vayan menores al servicio militar), lo vemos con descaro en los políticos a quien nadie juzga ni evalúa. Asumir que las razones de conciencia pueden tener una suerte de esencia que las puede hacer “fijas” es dejar sin sustento el sistema educativo y carcelario que los demócratas defienden con su capa y su espada.

Ahora, ¿cómo puede un grupo de personas subordinadas a la jerarquía militar evaluar si las razones de un objetor son sinceras y profundas? lo que hemos sabido es que no evalúan, por el contrario, esta comisión desvirtúa y se persuade a los objetores con un despliegue de pecho hinchado de masculinidad uniformada y envalentonada. Además de que resulta ilógico probar la conciencia, no hacen ni siquiera el esfuerzo al que la absurda doctrina constitucional y la ley que dicen defender les obliga.  

En el año 2023 fueron reclutadas 5000 mujeres de forma voluntaria al servicio militar, y planean seguir haciéndolo. Sustentan los ejércitos esta apertura (que en Colombia solo tenía como antecedente un único año luego de la Constitución del 91) como una forma de inclusión a las mujeres y un avance en la igualdad. Sin palabras para agregar al respecto. Claramente ya hemos sabido de mujeres que frente al desencuentro con esa violenta y patriarcal institución que es el Ejército, no han tenido la posibilidad de recurrir a la objeción de conciencia, porque ellas están ahí de forma voluntaria lo cual inaugura una incompatibilidad con el procedimiento establecido por la ley.

Es vital que en Colombia se incluya el derecho a la objeción a la reserva militar dentro del ordenamiento nacional. Con los aires de guerras internacionales en tantos lugares del planeta y con la historia servil de Colombia en la escena bélica global, resulta necesario que la objeción de conciencia se aplique a la negación a ser parte de la reserva. Es que cualquier legislador o magistrado realmente comprometido con lo que, sentados en la ancha silla de la unanimidad, llaman democracia. 

Adendo. Pocos dias de entregar el aporte del análisis de la objeción de conciencia en Colombia al OACNUDH, el representante de esta oficina en Nueva York renunció ante la impotencia de no poder hacer nada ante el inicio de la exacerbación del genocidio contra el pueblo palestino en octubre de 2023. 

Visita: https://observatoriodemili.wixsite.com/merehuso 

El Estado debe cambiar, pero el movimiento social también debe reformarse

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Es fácil caer en la idea nostálgica del «antes todo era mejor», e incluso, en la nostalgia de añorar, como diría Sabina, lo que nunca jamás sucedió. Las organizaciones sociales han cambiado. Es bueno que cambien. La sobre ideologización de las causas sociales ya no es la regla. Los debates contemporáneos son más prácticos y el horizonte ya no es si tal o cual lucha se inscribe en la línea pro-soviética o pro-china, como en el siglo pasado. 

Las organizaciones contemporáneas tienden al funcionamiento en red o en asociación. La jerarquización ya no es el imperativo y la centralización ha cedido ante la territorialización y sectorización de las exigencias de las distintas expresiones sociales. Este contenido territorial y práctico es importante porque permite poner en la agenda realidades locales, y enfocar la búsqueda de transformaciones en asuntos concretos, diversos y sumamente complejos.

Con la territorialización, por ejemplo, queda en claro que el factor de clase social es importante, pero que este no puede eclipsar todo el análisis, dado que las dimensiones étnicas y campesinas, y sus tensiones también son determinantes en los contenidos de cada reivindicación, si se tiene en cuenta que en muchos casos hay traslapes conflictivos entre las demandas campesinas, indígenas y afro, negras, raizales y palenqueras, y que entre cada sector, a su vez, existen múltiples tensiones en la representación política de los intereses.

Señalaba que las nuevas organizaciones tienen una orientación práctica sobre sus demandas. Aluden a temas específicos del nivel territorial y sectorial, y la sobre ideologización no es la regla. Lo problemático, en múltiples casos, es que esta dimensión práctica de las exigencias parece adquirir un alcance hiper territorializado y sectorizado. Pero no solo eso, esta dinámica parece haber entrado en sintonía con la configuración histórica del Estado colombiano.

Autores como Fernan Gonzáles o Alejo Vargas, en distintos trabajos han explicado que el Estado se configuró de manera precaria, teniendo una presencia desigual que se iba conectando, en muchos casos, con los poderes regionales y locales, mediante un vínculo clientelar en el que cobraban un papel activo los gamonales o los caciques políticos. De esta manera, la garantía de derechos se restringió y se concibió, más bien, como una transacción de recursos gestionados por ese gamonal o cacique vinculado al partido político tradicional que fuera dominante en la zona.

Si bien en años pasados existió una sobre ideologización de las causas sociales, cuando recién se gestaban los movimientos agrarios, étnicos, de trabajadores, etc., pese a su arraigo territorial o sectorial, este contenido grandilocuente presente en las exigencias, le daba un alcance de cambio nacional o de totalidad no solo a los discursos sino también a las exigencias en sí mismas. Las demandas aludían a grandes reformas e incluso a cambios del orden revolucionario. Viejos dirigentes campesinos, indígenas o afro, en conversaciones casuales, dan fe de ello. 

En la actualidad, en distintas mesas de concertación, sin que sea unánime, se expresa continuamente una forma de concebir la territorialización en la que el componente de totalidad no está presente o se enuncia como mecanismo para legitimar un contenido marcado por exigencias caracterizadas por dos aspectos: 1. Lo hiper territorial, dando cuenta de lo más específico de la dinámica local, desligado de lo regional y nacional, y 2. la concentración en exigencias económicas que no tienen un alcance estratégico o a largo plazo, o que garanticen niveles de autonomía productiva, por ejemplo.

Pero existe otro ingrediente: parece estar presente el fantasma del gamonalismo, aunque en las expresiones de la organización y el movimiento social. Muchos, no todos, dirigentes o autoridades étnicas, ponen énfasis en una exigibilidad netamente económica, transaccional inmediatista, para demostrar capacidad de gestión ante las asambleas de las bases, y garantizar su elegibilidad en el próximo periodo. 

Este tercer ingrediente tiene un efecto específico, en muchos espacios de deliberación y concertación, las exigencias presupuestales o de cambio normativo se hacen en pro de un sector o de una expresión hiper territorializada, y en detrimento de otras expresiones. Estas exigencias pueden ser también de presupuestos que rebasan la cartera de ciertas entidades que tienen asignado un recurso para otras comunidades u organizaciones, o de cambios normativos que pueden afectar, por ejemplo, los derechos territoriales de otros grupos étnicos o campesinos que viven en una misma zona. De nuevo, el alcance nacional, o de totalidad, de impacto de mayorías, brilla por su ausencia. 

Parece ser que lo importante es la llegada de acciones y recursos para grupos sociales muy específicos. Ya no prima tanto el sectarismo político por diferencias estratégicas para la realización de las grandes reformas y/o del cambio social, sino un sectarismo de grupo social y un sectarismo territorial. 

La movilización de recursos no es extraña en los movimientos sociales y en las organizaciones que los componen, por el contrario, es fundamental en sus distintos tipos y dimensiones. La cuestión no radica en la presión, movilización y gestión de recursos sino en los énfasis corto placistas de un tipo muy determinado. Un tipo de búsqueda y presión, con una propensión hacia el acaparamiento, cuya ejecución, en ocasiones no necesariamente llega a las bases. Una ejecución por la ejecución, que no siempre tiene como prioridad la transformación de condiciones de desigualdad sino la demostración de la capacidad de gestión de dirigencias y autoridades ante el Estado. Una ejecución utilizada para garantizar cargos y mecanismos de contratación en proyectos puntuales, antes que para construir y avanzar en cambios sustanciales. 

Descartando de tajo la sobre ideologización del pasado y los sectarismos absurdos, es difícil no sentir cierta melancolía por el contenido nacional, o de totalidad, de grandes reformas o cambios en muchas de las organizaciones y movimientos actuales. Por supuesto, no todo el movimiento contemporáneo tiene ese carácter, y no todas las bases sociales están conformes con esta orientación transaccional dada por dirigentes y autoridades, pero esta tendencia parece imponerse. 

La potencialidad de la territorialidad tendría que conectarse con una conciencia popular y diversa, de alcance regional y nacional de las exigencias. Los espacios existentes de articulación de distintas causas y sectores parecen no ser suficientes para que esta forma de exigencia, en la que un solo sector hiper territorializado busca concentrar y acaparar todos los recursos en detrimento de otros sectores —como pasa con distintas expresiones sociales contemporáneas—, sea contenida. 

Más aún, existe una crisis de representación entre esos espacios mayores de articulación organizativa con las bases sociales que representan, una crisis que pasa por el constante reclamo de cómo las acciones que se concertan parecen quedarse arriba, en burocracias acostumbradas al lugar de dirigencia o de secretaría técnica, y solo llegan a algunas formaciones territoriales, aquellas con mayor incidencia o presión, mientras que las más periféricas quedan aisladas o rezagadas. El Estado tiene que cambiar, por supuesto, pero el movimiento social también debe reformarse. 

Laura, Laura, Laura…

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“Y tú, que sí estás, preguntas porqué la amo a pesar de las heridas”, cantaba el italiano Nek, por allá en 1997. Estos días he tenido pegada Laura no está  y particularmente esa frase. 

Ya es común que Laura Sarabia sea noticia, siempre rodeada de una neblina espesa, siempre hay ruido a su alrededor, por ser cuota de Benedetti, por el caso de la niñera amenazada, por ser, aparentemente, el poder detrás del gobierno y porque el poder emborracha.

Creo que para hablar de Laura Sarabia hay que hacerlo desde tres perspectivas:

  1. El poder detrás del poder

Sobre este no me voy a detener, hay suficientes artículos que dan cuenta de toda la fuerza que tiene tras bambalinas, de su cercanía con sectores tradicionales del poder y su afán de desbancar a los “históricos” que han estado con Gustavo Francisco. 

  1. El chivo expiatorio

Sarabia es un manjar para la prensa, y uno de los puntos débiles del gobierno del cambio, no es por ser mujer, ni por ser joven, ni por ser una gran funcionaria pública. Ella lo sabe y nosotr_s lo sabemos.

Creo que en éste momento el gobierno nacional debe mostrar resultados, cumplir con sus compromisos de campaña y amarrar más cosas, porque el futuro no se ve nada prometedor. Que Gustavo Francisco cambie los ministros que tenga que cambiar, pero en función del proyecto político y de la eficiencia, no de cuotas partidistas que se dedican a torpedear cualquier avance. 

Aquí no hay más tiempo para la curva de aprendizaje, o para defender lo indefendible. Las cosas están en este punto con Sarabia: si hay escándalos que opacan lo que, con bastante dificultad logra el gobierno; si cada vez que es increpada por la prensa se desmaya y se hace hospitalizar; si la respuesta ante cualquier llamado de atención es victimizarse; no funciona y se debe ir, así de sencillo ¿Por qué es tan sencillo distanciar a otras personas pero no a una figura tan problemática?

Sarabia opaca, toda la truculencia que la rodea le resta credibilidad al gobierno y no hay ningún equipo experto en manejo de crisis, ni respuestas escuetas, ni nada que cambie la imagen que tiene el país de ella, su reputación está por el suelo. Entró como una cuota de la derecha que a medida que avanza corrompe todo lo que hay a su alrededor . Y aquí entre el tercer punto: las heridas causadas a quienes votamos por el Gobierno del Cambio.

  1. Laura y las heridas

Es realmente agotadora la constante defensa de Gustavo Francisco a Sarabia, tanto así que ya se están agotando sus argumentos. Pero más allá de calificativos como “periodismo mossad”, o de cuestionar las investigaciones contra ella, la insistencia del presidente de tenerla en su círculo cercano, pese a todo, está hiriendo a quienes lo apoyamos. 

Una persona sin formación política y que llegó como cuota política de un camaleón, que trabaja para acaparar fuerzas al interior del gobierno, meter representantes de los partidos de oposición, y todo esto mientras busca excluir a quienes están comprometidos con un proyecto político de cambio, debería ser un claro indicador de cómo están las cosas. Claro que eso lastima no solo a personas como yo, también a los movimientos y partidos políticos que hacen parte del gobierno. 

Insisto, en este momento se deben demostrar resultados, avanzar en los cambios y prepararse para las próximas elecciones, no desgastarse con peleas que en realidad le están dejando heridas a esta experiencia histórica en el país. La prensa corporativa es un poderoso sector opositor de este gobierno, y el gobierno le deja bien fácil esa labor a la prensa de la élite.

Dicho esto, espero que la próxima vez que piense en esa canción, sea porque Laura se fue.

Posdata: no me gusta Vicky Dávila; creo que María Jimena Duzán está sobrevalorada; y considero que la FLIP es una ONG que hay que matizar, si bien está en la juega con los ataques contra periodistas que cuentan el conflicto armado, también ha tenido una interpretación extraña de la libertad de prensa cuando la prensa corporativa miente o manipula. Todo esto para que no me vayan a calificar como integrante del “periodismo mossad”, o de traidora.

Noam Chomsky: “Los intentos de poner la educación superior al servicio del sector privado toman formas casi cómicas”

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El lingüista señaló que «las tendencias educativas impulsadas por el mercado son muy reales y dañinas. Deberían, creo, ser consideradas como parte del ataque neoliberal general contra el público».

A lo largo de la mayor parte del periodo moderno, desde la época conocida como la Ilustración, la educación fue ampliamente considerada como el activo más importante para la construcción de una sociedad decente.

Sin embargo, este valor parece haber caído en desgracia en el período contemporáneo, tal vez como un reflejo del dominio de la ideología neoliberal, creando en el proceso un contexto en el que la educación se ha reducido cada vez más al logro de habilidades profesionales y especializadas que atienden a las necesidades del mundo empresarial.

¿Cuál es el papel real de la educación y su vínculo con la democracia, con las relaciones humanas dignas y con una sociedad digna? ¿Qué define a una sociedad culta y decente? El lingüista, crítico social y activista de renombre mundial Noam Chomsky comparte sus puntos de vista sobre la educación y la cultura en esta entrevista exclusiva para Truthout.

Al menos desde la Ilustración, la educación ha sido vista como una de las pocas oportunidades para que la humanidad levante el velo de la ignorancia y cree un mundo mejor. ¿Cuáles son las conexiones reales entre la democracia y la educación? ¿O esos vínculos se basan principalmente en un mito, como argumentó Neil Postman en The End of Education?

No creo que haya una respuesta simple. El estado actual de la educación tiene elementos tanto positivos como negativos, en este sentido. Un público educado es sin duda un requisito previo para el funcionamiento de una democracia, donde “educado” significa no solo informado, sino capacitado para investigar libre y productivamente, el fin principal de la educación. Hacia ese objetivo a veces se avanza, otras veces se ponen obstáculos, en la práctica real, y cambiar el equilibrio en la dirección correcta es una tarea importante, una tarea de importancia inusual en los Estados Unidos, en parte debido a su poder único, en parte debido a las formas en lo que se diferencia de otras sociedades desarrolladas.

Es importante recordar que, aunque el país más rico del mundo durante mucho tiempo, hasta la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. era una especie de páramo cultural. Si uno quería estudiar ciencias avanzadas o matemáticas, o convertirse en escritor y artista, a menudo se sentía atraído por Europa.

Gran parte de lo que prevalece en el mundo actual es una educación impulsada por el mercado, que en realidad está destruyendo los valores públicos y socavando la cultura de la democracia con su énfasis en la competencia, la privatización y la obtención de ganancias. Como tal, ¿qué modelo de educación cree que es la mejor promesa para un mundo mejor y en paz?

En los primeros días del sistema educativo moderno, a veces se contraponían dos modelos. La educación podría concebirse como un recipiente en el que se vierte agua, un recipiente muy agujereado, como todos sabemos. O podría pensarse como un hilo, trazado por el instructor, a lo largo del cual los estudiantes avanzan a su manera, desarrollando sus capacidades para “indagar y crear”. Este es el modelo defendido por Wilhelm von Humboldt, el fundador del sistema universitario moderno.

Creo que las filosofías educativas de John Dewey, Paulo Freire y otros defensores de la pedagogía crítica y progresista pueden considerarse desarrollos adicionales de la concepción humboldtiana, que a menudo se implementa como algo natural en las universidades, porque es esencial para la enseñanza avanzada y la investigación, sobre todo en las ciencias. Un famoso físico del MIT era conocido por decirle a sus alumnos de primer año que no importa lo que estudien, importa lo que descubran.

Las mismas ideas se han desarrollado con bastante imaginación hasta el nivel de jardín de infancia, y son muy apropiadas en todo el sistema educativo y, por supuesto, no solo en las ciencias. Personalmente, tuve la suerte de haber estado en una escuela experimental deweyana hasta los 12 años, una experiencia muy gratificante, muy diferente de la escuela secundaria académica a la que asistí, que tendía hacia el modelo del agua en un recipiente, igual que los programas de “enseñar para el examen” que están más extendidos ahora mismo. Los alternativos son el tipo de modelos que se deben seguir si se quiere tener alguna esperanza de que una población verdaderamente educada, en todas las dimensiones del término, pueda enfrentar las cuestiones muy críticas que están ahora mismo en la agenda.

Lamentablemente, las tendencias educativas impulsadas por el mercado que usted menciona son muy reales y dañinas. Deberían, creo, ser consideradas como parte del ataque neoliberal general contra el público. El modelo empresarial busca la “eficiencia”, lo que significa imponer la “flexibilidad laboral” y lo que Alan Greenspan calificó de “creciente inseguridad de los trabajadores” cuando elogiaba la gran economía que dirigía (antes de que colapsara). Eso se traduce en medidas tales como socavar los compromisos a largo plazo con el profesorado y depender de mano de obra temporal barata y fácilmente explotable (adjuntos, estudiantes de posgrado). Las consecuencias son perjudiciales para la fuerza laboral, los estudiantes, la investigación y la indagación, de hecho, todos los objetivos que la educación superior debe tratar de lograr.

A veces, tales intentos de empujar el sistema de educación superior hacia el servicio al sector privado toman formas que son casi cómicas. En el estado de Wisconsin, por ejemplo, el gobernador Scott Walker y otros reaccionarios han estado intentando socavar lo que alguna vez fue la gran Universidad de Wisconsin, transformándola en una institución que satisfaga las necesidades de la comunidad empresarial del estado, al mismo tiempo que recorta el presupuesto y genera una mayor dependencia del personal temporal (“flexibilidad”). En un momento dado, el gobierno estatal incluso quiso cambiar la misión tradicional de la universidad, eliminando el compromiso de “buscar la verdad”, una pérdida de tiempo para una institución que produce personas útiles para las empresas de Wisconsin. Eso fue tan escandaloso que llegó a los periódicos, y tuvieron que afirmar que fue un error administrativo y retirarlo.

Sin embargo, es ilustrativo de lo que está sucediendo, no solo en los Estados Unidos sino también en muchos otros lugares. Al comentar sobre estos desarrollos en el Reino Unido, Stefan Collini concluyó de manera muy plausible que el gobierno Tory está intentando convertir universidades de primera clase en instituciones comerciales de tercera clase. Así, por ejemplo, el Departamento de Clásicos de Oxford tendrá que demostrar que puede venderse en el mercado. Si no hay demanda en el mercado, ¿por qué la gente debería estudiar e investigar la literatura griega clásica? Esa es la máxima vulgarización a la que hemos llegado, que puede resultar de imponer los principios capitalistas de estado de las clases empresariales a toda la sociedad.

¿Qué se necesita hacer para proporcionar un sistema de educación superior gratuita en los Estados Unidos y, por extensión, desviar fondos del complejo militar-industrial y del complejo penitenciario-industrial hacia la educación? ¿Requeriría esto una crisis de identidad nacional por parte de una nación históricamente expansionista, intervencionista y racista?

No siento que el problema sea tan profundo. Estados Unidos no fue menos expansionista, intervencionista y racista en años anteriores, pero sin embargo estuvo a la vanguardia del desarrollo de la educación pública masiva. Y aunque los motivos eran a veces cínicos (convertir a los agricultores independientes en engranajes de la industria de producción en masa, algo que lamentaban amargamente), hubo muchos aspectos positivos en estos desarrollos. En años más recientes, la educación superior era prácticamente gratuita. Después de la Segunda Guerra Mundial, el proyecto de ley GI proporcionó matrícula e incluso subsidios a millones de personas que probablemente nunca habrían ido a la universidad, lo que fue muy beneficioso para ellos y contribuyó al gran período de crecimiento de la posguerra. Incluso las universidades privadas tenían tarifas muy bajas para los estándares contemporáneos. Y el país entonces era mucho más pobre de lo que es hoy. En otros lugares, la educación superior es gratuita o casi gratuita. En países ricos como Alemania (el país más respetado del mundo según las encuestas) y Finlandia (que constantemente ocupa un lugar destacado en el rendimiento) y países mucho más pobres como México, que tiene un sistema de educación superior de alta calidad. La educación superior gratuita podría instituirse sin mayores dificultades económicas o culturales, al parecer. Lo mismo ocurre con un sistema de salud pública racional como el de países comparables.

Durante la era industrial, muchas personas de clase trabajadora en todo el mundo capitalista se sumergieron en el estudio de la política, la historia y la economía política a través de un proceso de educación informal como parte de su esfuerzo por comprender y cambiar el mundo a través de la lucha de clases. Hoy en día, la situación se ve muy diferente, con gran parte de la población de la clase trabajadora abrazando el consumismo vacío y la indiferencia política, o peor aún, apoyando con bastante frecuencia a partidos políticos y candidatos que de hecho son partidarios acérrimos del capitalismo corporativo y financiero y promueven un movimiento contra la agenda de la clase obrera. ¿Cómo explicamos este cambio radical en la conciencia de la clase trabajadora?

El cambio es tan claro como lamentable. Con bastante frecuencia, estos esfuerzos se basaron en sindicatos y otras organizaciones de la clase trabajadora, con participación de intelectuales en partidos de izquierda, todas víctimas de la represión y la propaganda de la Guerra Fría y del amargo conflicto de clases librado por las clases empresariales contra la organización obrera y popular, que aumentó particularmente durante el período neoliberal.

Vale la pena recordar los primeros años de la revolución industrial. La cultura obrera de la época estaba viva y floreciente. Hay un gran libro sobre el tema de Jonathan Rose, llamado The Intellectual Life of the British Working Class. Es un estudio monumental de los hábitos de lectura de la clase trabajadora de la época. Contrasta “la búsqueda apasionada del conocimiento por parte de los autodidactas proletarios” con el “filisteísmo generalizado de la aristocracia británica”. Más o menos lo mismo sucedía en las nuevas ciudades de clase trabajadora de los Estados Unidos, como el este de Massachusetts, donde un herrero irlandés podía contratar a un niño para que le leyera los clásicos mientras trabajaba. Las chicas de la fábrica estaban leyendo la mejor literatura contemporánea del momento, lo que estudiamos como clásicos. Condenaron al sistema industrial por privarlos de su libertad y cultura. Esto continuó durante mucho tiempo.

Soy lo bastante viejo para recordar la atmósfera de la década de 1930. Una gran parte de mi familia provenía de la clase trabajadora desempleada. Muchos apenas habían ido a la escuela. Pero participaban de la alta cultura de la época. Hablarían de las últimas obras de teatro, conciertos del Cuarteto de Cuerdas de Budapest, diferentes variedades de psicoanálisis y todos los movimientos políticos imaginables. También había un sistema de educación obrera muy activo en el que estaban directamente involucrados destacados científicos y matemáticos. Mucho de esto se ha perdido… pero se puede recuperar, no se ha perdido para siempre.

Tomado de: radio.uchile.cl

Universidades: la cuna y el hogar del profesor acosador

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Uno de los fenómenos que más acapara la atención actual en distintos escenarios, gracias al foco puesto por el punto de vista feminista, es el acoso sexual. Movimientos como Mee Too, que inició en 2017, o tendencias en redes sociales como #MiPrimerAcoso, han permitido que reconozcamos la profundidad de este problema, naturalizado por muchas personas hasta ahora, y sostenido intencionalmente por millones de hombres en el mundo. 

Desde mi lugar como profesora, no existe semestre en el que no escuche varios relatos de chicas (en mayor medida), y de algunos chicos que encarnan sexualidades disidentes, sobre las situaciones de acoso que viven con sus profesores. Producto del hartazgo de estas situaciones, en las universidades públicas hoy ha aparecido como herramienta, con sus pros y contras, los tendederos del acoso, en los que se señala anónimamente a este tipo de personajes. 

Sí, ya sé que deben estar pensando que hay casos de denuncias falsas, que efectivamente han existido, pero esto no quiere decir que el gigantesco porcentaje de denuncias de casos reales deban ser ignorados. Me parece curioso que, ante la explosión evidente de denuncias hacia profesores universitarios, lo primero que se nos ocurra sea señalarlas de falsas. Ese es uno de los pilares fundamentales de esta estructura patriarcal: imponer la presunción de falsedad ante la palabra feminizada. Dejen de creer que sus profesores son dioses. 

Me he preguntado ¿cómo es posible que cada día estallen más casos de estos dentro de los espacios que se dicen “cuna del pensamiento crítico”? Como bien reza el adagio popular, finalmente la universidad es un país chiquito, porque en ella se refleja todo lo que ocurre en los diferentes territorios y escenarios, incluida la violencia patriarcal de la que no logramos escapar en ningún lugar. 

Parte de la explicación que hoy encuentro frente a esta realidad, nos lleva directamente a la historia de nuestra presencia en la universidad. Billie Wright y Linda Weiney (1988) investigaron sobre cómo fue nuestra llegada a estos claustros, frente a lo cual afirman que:

“Las primeras universidades eran clubes masculinos exclusivos, cuya vida era cerrada. Cuando las mujeres escalaron los muros de hiedra, no fueron saludadas con entusiasmo-como estudiantes o colegas-. Para muchos universitarios, las mujeres representaron, en el mejor de los casos, una intromisión mal recibida y, en el peor, una seria amenaza para los hombres dedicados a una vida de reflexión” (p. 106).

Y es que basta con ver las imágenes de los primeros estudiantes en Colombia. Parece un fragmento de una película gringa en la que todos muy cómodamente ocupan su lugar, porque al hombre blanco, heterosexual, urbano, sin discapacidad alguna y con capacidad adquisitiva, ningún espacio se le ha negado.

Con el paso del tiempo, las clases obreras, las personas racializadas, con discapacidad, las diversidades sexuales y las mujeres (lastimosamente aún no todas) pudieron ingresar paulatinamente a la universidad, aunque el acceso sigue siendo negado o hasta imposible para muchas personas. 

¿Qué tiene que ver esta historia con el acoso sexual? Con un claro continuum de violencias que nos acompaña a las mujeres y disidencias al interior de las universidades. Nos persigue la violencia epistémica, simbólica, laboral, sexual, espacial, entre otras. 

Seguimos siendo cosificadas dentro de los salones de clase y fuera de ellos. Los profesores creen que es normal coquetearle a una estudiante, mirarla morbosamente, acercarse innecesariamente para explicar algo, hablar al oído o incluso tocar descaradamente cuerpos ajenos. He sabido incluso de estudiantes de posgrado a quienes sus profesores acosan sexualmente. ¿Qué harán entonces con las jóvenes que apenas están comprendiendo el mundo universitario?

Un día un profesor de la universidad en la que trabajo me preguntó cómo hacía para educar la mirada cuando las estudiantes iban en escote, porque para él claramente era una invitación a mirar.  Otro me preguntó si quitar las miradas coquetas o provocadoras de su parte en el aula no sería quitarle magia a la seducción y el erotismo que son propios de lo humano. Esta es la gente que está formando a lxs futurxs profesionales en Colombia. 

Según la Fiscalía General de la Nación, el índice de impunidad en Colombia está muy por encima del 90%. Esto fácilmente genera que las personas se pasen la vida cometiendo delitos y siendo violentas porque nada les va a pasar. En el caso de las universidades, muchas de ellas cuentan con políticas universitarias de equidad de género y no discriminación, al igual que con rutas de acompañamiento a las víctimas de violencias basadas en género y otras. Obviamente es una victoria nuestra, de los movimientos feministas, porque nunca nadie nos regala nada y menos está dispuesto a sostenerlo. 

El asunto es que en tanto la impunidad siga reinando en cada espacio de este país carcomido, fenómenos como el acoso sexual seguirán reproduciéndose rampantemente. La universidad no fue un espacio creado para que nosotras algún día llegáramos, pero ocurrió lo impensable. Los acosadores pensaron que estaríamos calladas y quietas para siempre, pero ocurrió lo esperable. Que sigan los escraches, los tendederos, los escándalos, las denuncias de la justicia autónoma feminista, hasta que el orden jurídico patriarcal se digne a sacudirse, a desestabilizar la impunidad que refuerza el sistema patriarcal. 

Escalamos los muros de hiedra y los volvimos nuestro escenario para gritarles en su cara que no soportaremos más sus violencias. Prepárense para seguirse incomodando. 

Referencias

Wright, B. y Weiner, L. (1988) Las cátedras de la lujuria. El acoso sexual en las universidades norteamericanas. Fondo de Cultura Económica. México. 

¡Derechazo a la educación!

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Para nadie es un secreto que el discurso educativo en un país, y todo lo que gire en torno a este, establece un rasero socio-cultural determinante. Colombia se ha escindido, innegablemente en un escenario que encaja la idea nauseabunda de una educación para ricos y otra para pobres. ¿Será que nos lo quieren hacer ver de este modo? Dentro de las notables propuestas que rondan gobierno tras otro, siempre nos topamos con aquellas que buscan una tendenciosa privatización gradual del sector educativo. 

Obviamente, lo privado siempre será mejor, más organizado, no se perderán recursos, se enseñarán valores, no habrá adoctrinamientos, será pues, en última instancia, una educacioncilla un tanto cercana a la de la élite, sin llegar a dichos preceptos por supuesto, y lo mejor, sin tener que aguantar esos grotescos sindicatos como FECODE, que lo único que buscan es formar mamertos en las aulas de clase.  

La defensa de la educación en el país, se compone de tintes políticos e ideológicos. La idea de sectores gubernativos afines al neoliberalismo, es reducir las resistencias discursivas establecidas por uno de los sindicatos más antiguos del territorio. Claramente, ese supuesto deseo ferviente, que los y las jóvenes tengan una educación de calidad, se desdibuja cuando la rencilla que expone la reforma es desestabilizar las condiciones laborales del gremio educativo. Uno de los principios categóricos de todo alegato neoliberal, es la desestabilización ideológica, transformando toda postura argumentativa en peleas de bolsillo. 

En este orden de ideas, el ideal es tratar de exponer el discurso sindical, sobre planteamientos legales que presuntamente sobrepasan el derecho a la educación en el país. A la par con esto, caricaturizar a los maestros como aquellos consuetudinarios a la norma que simplemente buscan mamar de la teta pública.

Este delirio de privatización como manifiesta Zygmunt Bauman en sus conversaciones Sobre la educación en un mundo líquido, no hace más que insuflar los deseos de una población marginada a tener acceso a una supuesta educación privada, que les garantice una salida a las precarias condiciones económicas. Circunstancias que, casualmente, los mismos ponentes de la reforma han ayudado a arrojarlos, aprovechando una cínica retórica emocional, que no hará más que aventar a los más necesitados al laberinto de mercantilización salvaje que constituye el sector educativo privado. 

Nos dice el sociólogo: “Las instituciones académicas más notorias, esas que otorgan los títulos académicos más prestigiosos – y que han sido generosas a la hora de otorgar privilegios sociales o de maquillar el desposeimiento social – están alejándose, año tras año, paso a paso, de modo constante e implacable, de lo que es el mercado social. Y también se están distanciando más que nunca de aquella multitud de jóvenes que vivían con la esperanza de alcanzar gratificaciones brillantes, una aspiración que ellos mismos se encargaron de nutrir y enardecer”. (Bauman 76)

Este discurso que claramente plantea lo público como el enemigo del avance social, sistemáticamente ha otorgado ciertos roles actanciales a la discusión educativa. 

Por un lado, aquellos muchachos que heroicamente desean alcanzar las más dulces retribuciones sociales y económicas, por otro, el otorgador de dones, representado por el neoliberalismo salvador; y en medio de la cuestión, el antagonista, el villano simbolizado por los sindicatos, quienes, según esta esfera ideológica, lo único que buscan es la holgazanería, la ganancia de privilegios (quizá imaginarios), el adoctrinamiento y el ejercicio de una indecencia conocida como libertad de cátedra. 

Contrario a lo que interpreta la godarria del país, los maestros reconocemos los problemas coyunturales que aquejan al discurso educativo. Podemos evidenciarlo en aquellos que nos legislan. Es más que evidente que la formación colombiana le ha quedado debiendo a remedos de políticos como Polo Polo, cuyos mayores logros han sido torpedear el quorum parlamentario para que no se voten las reformas, al camaleónico J.P. Hernández, quien pasó de ser un cristiano mediocre, pésimo cantante a engañar a sus votantes, aprovechando miserablemente el estallido social para lograr su cometido, Mafe Cabal con sus denuncias trastornadas respecto al socialismo del siglo XXI, además de su engendro de los jóvenes Cabal, entre otros ya muy conocidos que ensanchan la lista con sus “extraordinarias propuestas”.

La historia de la educación colombiana en sus inicios, nos muestra que fue un discurso cercano a lo monacal o clerical. El maestro se veía enredado en la telaraña de lo que llaman vocación. Un concepto que encierra un trasfondo con pretensiones políticas y estéticas, a saber, la idea de impartir un conocimiento afín con unos valores morales cercanos a la sumisión y lejos de cualquier acto de insubordinación.

 Una enseñanza prosistema, con camándula y Biblia en mano, que ensalzara las virtudes de la pobreza y del pensamiento apolítico. Aquellos ideales de trascendencia económica y social no eran para los sectores más vulnerables, contrario a ello les quedaba la abyección y la admiración a sus patrones. Es curioso como en la actualidad el derechazo a la educación nos quiere devolver a lo mismo. Vulnerar la libertad de cátedra, para instituir un gremio docente inofensivo, cuya voz muera en las cuatro paredes de un salón de clase, mientras la privatización, la burocracia y la corruptela se apoderan de lo único que aún puede hacer individuos libres.

Como establecería Roland Barthes en El Grado Cero de la Escritura, “La escritura, siendo la forma espectacularmente comprometida de la palabra, contiene a la vez, por una preciosa ambigüedad, el ser y el parecer del poder, lo que es y lo que quisiera que se crea de él: una historia de las escrituras políticas constituiría por lo tanto la mejor de las fenomenologías sociales”. (Barthes 32) De este modo, el neoliberalismo mimetiza sus intenciones. Simplemente expone lo difuso del ser y el parecer, en donde su noble discurso no encierra más que el deseo de entregar a los jóvenes como una propina más para la industria del consumo. La Resistencia, como alguna vez planteara Ernesto Sábato, se trasluce en el “maestro como hombre libre en un campo de reclusos, cuya misión es trabajar por ellos”. (Sábato 70) 

REFERENCIAS

  • Barthes, Roland (1973). El Grado Cero de la Escritura. Editorial Siglo XXI, México
  • Bauman, Zygmunt (2013). Sobre la Educación en un Mundo Líquido. Editorial Paidós, Madrid
  • Sábato, Ernesto (2000). La Resistencia. Editorial Booket, Colombia 

La chiquita paramilibrands

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Hace unos días, la multinacional Chiquita Brands fue encontrada culpable de financiar grupos paramilitares en Colombia. Esta multinacional cambió su razón social por la quiebra de United Fruit Company a Chiquita Brands alrededor de los años 70.

 La United Fruit Company fue la misma empresa que cometió la masacre de las bananeras entre el 5 y 6 de diciembre de 1928 en el municipio de Ciénaga,Magdalena. Durante el gobierno del conservador Miguel Abadía Méndez, el sindicato de trabajadores de la empresa bananera inició una huelga para demandar mejores condiciones laborales y el no desplazamiento o destierro de las tierras que ellos trabajaban, que terminó en el asesinato de un número indefinido de obreros a manos del ejército nacional.

 Los gobiernos conservadores de los años veinte veían cualquier acción independiente por parte de los obreros, ya se tratara de paros o esfuerzos de sindicalización, como una movida del comunismo internacional. Temían la movilización de campesinos y de obreros asalariados que estaba gestándose en toda Colombia. Decididos a complacer a la multinacional, que había amenazado con dejar el país, el gobierno envió soldados para proteger a los pocos campesinos que aún estaban trabajando para que cortaran el banano y se pudiera exportar, esto en medio de “negociaciones” entre el gobierno, la United y los huelguistas.

 Los obreros, sus familias, comerciantes y otras personas se aglutinaron para hacer presión, pero el ejército decidió reprimir a la fuerza a los aglutinados mientras dormían. Se escuchó un ¡Viva Colombia Libre! ¡Viva el ejército Nacional! Y se abrió fuego, se cuenta que centenares de cuerpos fueron cargados en los vagones de los trenes y tirados al mar, otros fueron enterrados en fosas comunes. La multinacional nunca aceptó lo que había pasado o pago por la masacre perpetrada.

 En 1970 y hasta 1990, cuando finalmente la Chiquita Brands abandonó el país, se le involucró con las estructuras paramilitares del norte de Colombia. Se necesitaron 17 años y una corte internacional para que finalmente se reconozcan sus vínculos con estructuras de las autodefensas. Las primeras demandas se presentaron en  2007 con testimonios de más de 3000 víctimas, además de las declaraciones de varios exjefes de las autodefensas, asegurando el patrocinio de la Chiquita Brands en la región del Urabá Antioqueño a través de las Cooperativas de vigilancia y seguridad privada, conocidas como CONVIVIR, dicha asociación recibiría 3 centavos de dólar por cada caja de banano exportada (véase investigación realizada por Verdad Abierta y Nsa). El flujo de dinero permitió la consolidación y expansión de las actividades criminales de los paramilitares en la zona.

 Entonces, ahora que se ha encontrado que, en efecto, la multinacional hacía esta financiación y no desconocían el accionar ilegal de las autodefensas en Colombia, se deberían también reabrir investigaciones a quienes fueron parte de las diferentes instituciones gubernamentales del país.

  •  César Gaviria (1990-1994) expresidente, creó las CONVIVIR.
  • Ernesto Samper (1994-1998), expresidente, las CONVIVIR fueron consolidadas bajo su  mandato.
  • Gilberto Echeverri Mejía, exministro de defensa de Samper y exgobernador de Antioquia (1990-1992) secuestrado y asesinado por la guerrilla, el Ghando Colombiano le llamaban, mientras compraba miles de armas a Israel y Estados Unidos.
  • Juan Gómez Martínez (1992-1994) ex alcalde de Medellín (1988,1998) con varios cargos públicos durante los gobiernos de Belisario Betancourt,Ernesto Samper y Álvaro Uribe Vélez.
  • Álvaro Uribe Vélez (1995-1998) Ex gobernador de Antioquia y expresidente, investigado por el caso de las masacres del Aro y el asesinato del líder Jesús María Valle, durante su gobernación en Antioquia fueron reconocidas y compuestas varias CONVIVIR compuestas por 6.248 integrantes. La Convivir Papagayo, una de las más conocidas de esta estructura, coordinaba las 12 que se gestaron en Urabá.

El cristianismo radical de extrema derecha se tomó el Concejo de Bogotá y controla a Galán

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El viernes 7 de julio de 2024, durante la discusión de la comisión de gobierno del Concejo de Bogotá, la concejal del Partido Liberal y pastora cristiana Clara Lucía Sandoval lideró el saboteo que impidió la aprobación en primer debate de un acuerdo de ciudad, que buscaba fortalecer los manuales de convivencia de los colegios de la ciudad, con acciones afirmativas dirigidas a la población LGBTI de estas instituciones.

En el Concejo, los debates de proyectos de acuerdo tienen una primera discusión en una de sus tres comisiones permanentes, cada una compuesta por 15 concejales. Si se aprueban con mayoría simple, pasan a una segunda y definitiva discusión en la plenaria, con los 45 concejales.

Clara, quien también fue una de las ponentes del plan de desarrollo de Carlos Fernando Galán junto a Daniel Briceño del Centro Democrático y Julián Espinosa de la Alianza Verde, manifestó desde el primer momento, con mentiras y tergiversaciones, que estaba en contra de la aprobación de este proyecto de acuerdo.

No es sorpresa entendiendo cómo se desarrolló en las últimas semanas la discusión del plan de desarrollo del gobierno distrital. Aunque el alcalde se proyecte en los medios de comunicación corporativos, que lo miman todo el tiempo, como un personaje «técnico» y «basado en la evidencia», lo cierto es que su hoja de ruta durante su gobierno, aprobada en el Concejo, expresa un sesgo discriminatorio, securitario y antiambientalista, muy propio de la bancada mayoritaria en el Concejo de Bogotá, que atraviesa a varios partidos tradicionales pero que tiene en el cristianismo radical de extrema derecha su horizonte.

Cuando esta bancada vio en la comisión de gobierno que perderían por un voto su rechazo al proyecto, decidieron, en contra del reglamento del Concejo, romper el quórum para obligar el archivo del proyecto. Con estas maniobras, demostraron que solo les sirven los procedimientos democráticos cuando se trata de reafirmar sus doctrinas excluyentes y discriminatorias, muy amigas de los negocios del gran capital y muy perseguidoras de la economía popular de la ciudad.

 Mientras se daba esa discusión en el recinto de la corporación, afuera de la misma se adelantaba una protesta de vendedores informales que reclaman un articulo del plan de desarrollo que esta bancada impulsó, que habilitaría a Transmilenio a perseguirlos en el sistema evitando que puedan conseguir lo que se guerrean todos los dias para sobrevivir con su labor.

Durante la discusión del plan de desarrollo, intentaron, por ejemplo, privilegiar la contratación de veteranos de la fuerza pública como gestores de convivencia, yendo en contravía de la prioridad que ha tenido la contratación de juventudes populares en este cuerpo de gestión social de las manifestaciones de la ciudad.

Con marrullas similares a las que usaron para impedir el proyecto de acuerdo en la comisión de gobierno, lograron revivir la avenida Longitudinal de Occidente, cuando ya en una discusión previa de otro artículo se había priorizado la construcción de la ciudadela del cuidado sobre los terrenos de la misma en la localidad de Suba. Paralelo a esto también impulsaron la consolidación del vaciamiento de la institucionalidad publica educativa en Bogotá para privilegiar el subsidio a privados a través de, por ejemplo, los mecanismos de pagos por resultado, y el impulso a lo que ahora llaman jóvenes a la E y que Claudia López llamaba jóvenes a la U.

De la misma manera, esta bancada de extrema derecha impulsó la construcción de un Transmilenio en la carrera Séptima, a pesar de todas las manifestaciones que la propia comunidad de esta arteria histórica de la ciudad ha hecho en los últimos años, en contra de la pauperización de sus barrios, tal como pasa hoy con la Caracas, y del hecho cierto de que colapsará todo el borde oriental de Bogotá si se sigue avanzando en la construcción del metro elevado en paralelo con esto.

Es esta bancada la que aprobó, por ejemplo, el privilegio para los cristianos de parquear sobre la vía sin ninguna consecuencia mientras estén en culto, bajo la excusa de que es para cualquier creencia. Pero, y si sobre la calle 80 con NQS se forma un trancón de musulmanes que estén orando en la mezquita de la zona, ¿qué dirían?

Todas esas iniciativas que aprobaron en el plan de desarrollo de Galán, se convertirán en nuevas conversaciones difíciles sobre derechos humanos, democracia, paz y resiliencia a la crisis climática durante lo que queda del periodo en el Concejo de Bogotá. Porque está claro que la retórica «cool» tan propia del autodenominado centro que hoy gobierna en la capital de Colombia, es solo un engaña bobos. Esos bobos no entienden que la lucha de clases que ellos libran la van ganando hoy quienes gobiernan y son mayoría en el concejo, en contra de los pobres y lo diverso de la ciudad, y a costa de los límites ecológicos de la misma para enriquecer a los de siempre.

Posdata: En la comisión de gobierno la bancada cristiana de extrema derecha esta conformada por Clara Lucia Sandoval pastora cristiana del Partido Liberal; Diana Diago del Centro Democratico; Darío Cepeda del Partido Liberal; Huberto Amin del Centro Democratico; Emel Rojas del partido Nueva Fuerza Democrática.

Los concejales Rolando Gonzales de Cambio Radical, Ricardo Correa del Nuevo Liberalismo y Edward Arias de la Alianza Verde muy convenientemente cuando les llamaron a votar porque estaban en la virtualidad por supuesta calamidad domestica, no aparecieron. Ya veremos si hacen parte de esta bancada o no, pero según las votaciones de Rolando en el Plan, él sí es uno confirmado.

Esta noche llueven bombas

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En Colombia 16 bandas le hicieron un tributo increíble a The Clash, una de las mejores bandas de todos los tiempos. Cada una se encargó de buscar una canción, versionarla,  y adaptarla, como nos contó hace unos meses Fabián Espinel, el productor del compilado “no había límites creativos ni musicales; lo importante era tener como referente la canción original. El mensaje del proyecto estaba implícito en la esencia de la banda, un grito colectivo necesario”. 

Por supuesto que Jacob DMC participó de este trabajo con Apocalypse Now, un cover que hizo The Clash de Armagideon Time (1979), que, además, es un cover de Willie Williams. Tuvimos la oportunidad de hablar con él sobre el homenaje y su proyecto musical. 

Antes de entrar al rap, Jacob DMC fue un punkero con todas las de la ley. Por allá en los 90s tuvo su primera banda, De Inteligentes A Repulsivas Ratas en Acción, mejor conocida como D.I.A.R.R.E.A., ya después lo veríamos lanzando las líricas en el Sistema Sonoro Skartel, reconocido por himnos como Redskin Reggae Dub, Plan Colombia, o el cover de Kortatu Golpe a Golpe, a propósito de eso, el año pasado tuvimos el gustazo de poguearlo, mientras lo cantaban con el mismísimo Fermín Muguruza.

Sobre la elección de la canción, Jacob DMC nos contó: “esta canción la había escuchado antes pero quien me la mostró fue mi compa. Cuando volví a escucharla sentí el feeling, después vi la letra y de una hicimos click. De pronto llegó a mi el recuerdo de Joe Strummer con un cassette de Andres Landeros, su historia con el Rey de la Cumbia y su admiración, así que pensé que a esta versión tocaba meterle cumbia. La contrastamos, junto a Bitghost, con un género electrónico que se llama Footwork. Después al analizar la letra a fondo vi que todo el contexto aplicaba al genocidio del Estado sionista de Israel a Palestina; a los diferentes conflictos que se viven en el mundo, en nuestro país; y a las diferentes luchas que llevan los pueblos originarios por conservar la memoria y su territorio, por eso también la voz del Sub Comandante Marcos aparace también en esta canción”.

La canción ya está en todas las plataformas y fue producida por Bitghost Music en Cuatro Puntos Colombia. El videoclip fue producido por  Melaganodeojo y se encuentra en YouTube. Así que muy recomendado el tributo a The Clash y este temazo que nos comparte Jacob DMC.             

En la juega con apoyar a l_s artistas que no copian de visajes, que no son indiferentes con lo que pasa en el mundo y nos recuerdan que en Palestina o en el Cauca “esta noche mucha gente no logrará escapar, y esta misma noche la justicia no llegará”.

De Petro y los medios

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He identificado una tendencia bien curiosa cada vez que el Presidente toma la decisión de dar declaraciones a medios corporativos, la expongo a continuación:

Gustavo Petro le da una entrevista a un medio corporativo

El medio corporativo tergiversa la entrevista de Gustavo Petro

Gustavo Petro sale a aclarar lo que dijo el medio corporativo

Salen los petrobelievers a rechazar la tergiversación de la entrevista en el medio corporativo

Luego,

Gustavo Petro le da una entrevista a un medio corporativo 

El medio corporativo tergiversa la entrevista de Gustavo Petro y se repite el ciclo por los siglos de los siglos, amén.

A raíz de esta tendencia que, creo, no ha sido identificada por el presidente, ni por su equipo, me surgen algunas preguntas:

¿Será que el equipo de prensa del presidente cree que algún día un medio corporativo va a presentar la información de manera honesta?, ¿cuál será la estrategia comunicativa detrás de dar entrevistas para luego decir que la información fue manipulada?, ¿por qué habrán tomado la decisión de dar solamente entrevistas a cierto tipo de medios?

Si el gobierno del cambio tiene la tendencia a comunicar como lo han hecho las administraciones anteriores, y buscando los mismos resultados, no sorprende que una y otra vez el presidente caiga en ese círculo vicioso. Valdría la pena que hicieran un mapeo básico, ni siquiera una caracterización detallada, sobre el ecosistema de medios en el país y abrieran los canales informativos más allá de Néstor, Vicky, Daniel, Jimena, Caracol y RCN. Y con esto no me refiero a un grupo de WhatsApp al que llegan noticias de medios corporativos, trinos del administrador del grupo y los comunicados publicados en presidencia.

Tal vez, si desde presidencia se entendiera el potencial de los medios alternativos en la construcción de una opinión pública informada y en la disputa de sentido común, el resultado sería diferente.

En varios espacios, se ha hablado de la importancia de los medios alternativos de comunicación, pero esta importancia no se ve reflejada a la hora de abrir escenarios de interlocución reales, en el fortalecimiento más allá de algunos proyectos, o en unos encuentros esporádicos que son útiles para llenar listas, tomar fotos y aumentar indicadores. Tal vez, si desde presidencia se entendiera el potencial de los medios alternativos en la construcción de una opinión pública informada y en la disputa de sentido común, el resultado sería diferente. Y ojo, que los medios alternativos no son sinónimo de influencers, de personas que funcionan en la lógica del “yo como producto”, como al parecer piensan algunos en el gobierno. 

No soy tan ilusa como Jean Carlo Centeno, no pido que escuchen mi mensaje, ni que hagan mi sueño realidad. Esta reflexión será ignorada como lo han sido los medios alternativos en el gobierno del cambio. Por ahora seguiré leyendo las entrevistas de ministr_s y director_s del gobierno nacional en medios corporativos, y los desesperados trinos del presidente aclarando que sus palabras fueron editadas y descontextualizadas, mientras les genera tráfico y los fortalece.

Posdata: no me arrepiento de haber votado por Gustavo Francisco, volvería a votar por él, defiendo el gobierno y por eso critico lo que toca criticar.