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¿Por qué será que los ricos quieren todo regalado?

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La reforma tributaria propuesta por el gobierno Petro es tan moderada que tuvo el visto bueno de organizaciones internacionales tan problemáticas como el FMI (Fondo Monetario Internacional) y la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), mientras la ANDI (La Asociación Nacional de Industriales) sigue estando en contra, pese a que, por ejemplo, el impuesto que se le iba a cobrar a un sector económico como el de las bebidas azucaradas (las gaseosas), viene disminuyendo cada vez más y más.

La progresividad es «la capacidad de un tributo para lograr como fruto de su aplicación una redistribución del ingreso que promueva la equidad», según una definición de la DIAN.

Recordemos que el principio de esta reforma, a diferencia de las anteriores promovidas por sectores de derecha y extrema derecha —y que tenían el visto bueno de la ANDI—, es la progresividad, que consiste en «la capacidad de un tributo para lograr como fruto de su aplicación una redistribución del ingreso que promueva la equidad», según una definición de la DIAN. Esto en la práctica se traduce en que quienes tienen más riqueza paguen más, y quienes tienen menos, paguen menos al Estado. Así, el impulso de la economía viene dado por la ampliación de la capacidad de consumo de la ciudadanía de a pie, junto a medidas que vienen a respaldar a la micro, pequeña y mediana empresa, y no por el apoyo estatal a la gran empresa, como era ya tradición en Colombia, por cuanto ésta no estaba incrementando los puestos de trabajo, como supuestamente sucedería.

«se trata de una propuesta a la manera del progresismo actual; una propuesta que respeta los marcos institucionales del capitalismo periférico y que al mismo tiempo intenta reformas parciales para responder a la presión social. Abre pequeñas fisuras en el andamiaje sistémico y debates públicos importantes en la actual coyuntura, pero se queda a mitad de camino porque no puede romper con los ‘acuerdos por arriba’ que le garantizan gobernabilidad»: Daniel Libreros.

De igual modo el alcance de la propuesta de reforma es parcial, como lo puso de manifiesto el profesor Daniel Libreros en un artículo reciente, ya que «En el caso de las personas naturales, el impuesto al patrimonio queda establecido en un porcentaje del 0.5 % a partir de los 3.000 millones y del 1 % a partir de los 5.000 millones. Debe decirse que, si bien es positivo recuperar este impuesto con carácter permanente, la cifra presentada es igualmente corta ante los altos niveles de concentración de la riqueza que existen en el país. En el caso de las personas jurídicas no se incluyó el impuesto al patrimonio lo que desdibuja una tributación que apunte a cuestionar la concentración del ingreso», excluyendo así, por ejemplo, a los bancos, uno de los sectores beneficiados por la pandemia.

En suma, cabe citar la conclusión del mismo autor sobre lo que supone esta reforma: «se trata de una propuesta a la manera del progresismo actual; una propuesta que respeta los marcos institucionales del capitalismo periférico y que al mismo tiempo intenta reformas parciales para responder a la presión social. Abre pequeñas fisuras en el andamiaje sistémico y debates públicos importantes en la actual coyuntura, pero se queda a mitad de camino porque no puede romper con los ‘acuerdos por arriba’ que le garantizan gobernabilidad».

Dicho eso, teniendo en cuenta la posición de la ANDI, queda abierta la pregunta hecha por Edson Velandia y Adriana Lizcano ¿Qué será que los ricos quieren todo regalao?

Revista Hekatombe, oveja negra de la prensa nacional.

(Re) habitando la lleca: mujeres y disidencias sexuales en el espacio público

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El puente de la calle 26 con carrera 30 en Bogotá es tristemente conocido por la alta frecuencia de violencia por razones de género contra las mujeres y disidencias sexo-genéricas.[1] La Colectiva de Mujeres Muralistas, desde el 2019, decidió intervenir este puente y transformarlo en la Galería Feminista Siempre Vivas, un territorio “de encuentro y organización de chicas y chiques alrededor de las artes populares: música, muralismo, danza, círculos de palabra y cuerpo, videojuego, cine, podcast y muchas otras formas” (Colectiva de Mujeres Muralistas).[2]

Para sorpresa de todes, el espacio volvió a ser escenario de violencia, esta vez contra todas las mujeres del grupo de muralistas. Su trabajo fue borrado en su totalidad en el transcurso de la noche.

El fin de semana del 1 y 2 de octubre este año, las mujeres de la colectiva terminaron la intervención reparando, además, algunas imágenes que habían sido saboteadas desde el año pasado. Para sorpresa de todes, el espacio volvió a ser escenario de violencia, esta vez contra todas las mujeres del grupo de muralistas. Su trabajo fue borrado en su totalidad en el transcurso de la noche. Los mensajes e imágenes que expresaban la lucha frente a los derechos de mujeres y de disidencias de habitar espacios seguros y de vivir una cultura libre de violencias quedó gris.

¿A quién le molestan tanto unos murales? ¿Qué les incomoda en un espacio de tránsito? ¿Por qué prefieren paredes grises? ¿Por qué escribir frases antifeministas en las paredes borradas y en las redes sociales? ¿Por qué se lanzaron amenazas de viva voz contra las muralistas que fueron de día a ver lo que pasaba? ¿Alguien se puede sentir cómodo haciendo estas cosas? ¿Qué les molesta de un espacio público feminizado?

El absurdo de esta situación nos convoca para, de nuevo, contrarrestar la violencia con música, trabajo plástico, y la palabra.

Veámonos la segunda semana de noviembre en la Galería Feminista Siempre Vivas (puente calle 26 con carrera 30).

Allí estaremos: transmitiendo videos y echando rulo sobre las apuestas feministas en la academia y en la calle, articulando desde los diferentes territorios del sur global y creando vínculos entre las diferentes disciplinas, narrando nuestros sentipensares y creando resistencias.

Berta Rosal

Si se quieren sumar contáctenos:

filosofasalacallle@gmail.com


[1] Ver en: https://omeg.sdmujer.gov.co/dataindicadores/index.html

[2] @colectivamujeresmuralistas

Derribando el poder colonial

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El 16 de septiembre de 2020, indígenas Piurek derriban la estatua de Sebastián de Belalcázar ubicada en el morro de Tulcán, en Popayán, luego de un juicio popular en el que se le acusa al conquistador por:

“Genocidio, despojo y acaparamiento de tierras, desaparición física y cultural de los pueblos que hacían parte de la Confederación Pubenence, tortura por medio de técnicas de empalamiento y ataque con perros asesinos a los fuertes guerreros Misak Pubenences y asesinatos de Taita Payan, Taita Calambas y Taita Yasguen. Hurto del patrimonio cultural y económico de la herencia Pubenence, repartición arbitraria de tierras, esclavitud por medio de la institución de las encomiendas, despojo forzado del NUPIRɵ – gran territorio Pubenence, violación de mujeres, esclavización de la mano de obra indígena para enriquecimiento ilícito. Imposición de costumbres y creencias como el cristianismo, profanación de sitios sagrados y desarmonización espiritual. Todo lo anterior con los siguientes agravantes: las conductas anteriormente descritas fueron realizadas con sevicia y dolo, bajo la voluntad deliberada de cometer un delito a sabiendas de su arbitrariedad”.

El 28 de abril de 2021, el Movimiento de Autoridades Indígenas del Sur Occidente dio inicio al histórico estallido social contra el no futuro tumbando la estatua de Sebastián de Belalcázar en Cali.

El 7 mayo de 2021, el Movimiento de Autoridades Indígenas del Sur Occidente derribó la estatua del conquistador Gonzalo Jiménez de Quesada, ubicada en la Plazoleta del Rosario, en Bogotá. En el comunicado, la organización manifestó: “los pueblos originarios recuperamos uno más de nuestros espacios sagrados, que fueron violados, perpetrados y despojados por los sicarios de la ‘conquista y colonia española’. (…) De él y su familia descienden familias élites de este país que han reproducido los grandes problemas que seguimos padeciendo”.

El 9 de junio de 2021, el Movimiento de Autoridades Indígenas del Sur Occidente se concentró en la Carrera 100 con Calle 26, en Bogotá, para intentar tumbar las estatuas de Cristóbal Colón y la reina Isabel La Católica. Luego de resistir los ataques de la policía y de grupos “hispanistas” de extrema derecha, mantuvieron una concentración hasta horas de la noche del mismo día. Como efecto de esta acción, el Ministerio de Cultura tuvo que retirar las estatuas algunos días después.

Mientras la ciudadanía se movilizaba en esos días bajo el grito de ¡A parar para avanzar! El pueblo Misak instaló la consigna de: ¡A tumbar para avanzar, viva el paro nacional! De esta forma, rompieron el cristal de museo en el que estaba custodiada la historia nacional, para sacarla y desafiar así el poder colonial que aún la atraviesa.

Mechoso: anarquismo y poder popular

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Con sorpresa nos enteramos que falleció Juan Carlos Mechoso, un hereje del anarquismo conocido, entre otras cosas, por haber apoyado la revolución cubana cuando recién se gestaba.

Fue uno de los fundadores de la Federación Anarquista Uruguaya (FAU), organización que no dudó en establecer alianzas con el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, y otras organizaciones no anarquistas en el ámbito sindical y político, en tiempos de represión y dictadura.

Fue un defensor a ultranza de la formación política en cualquier circunstancia, a nivel individual y colectivo, de allí que organizara cursos de lectura y estudio en la cárcel cuando fue preso político de la dictadura

Como militante de la FAU, fue promotor de otra idea hereje para los sectores más puristas del anarquismo, opositores «del poder» en todas sus expresiones: la de construir poder popular como acción para impulsar la formación de un pueblo fuerte y autónomo, organizado desde la libertad, el antiautoritarismo, la autogestión y la solidaridad.

Fue un defensor a ultranza de la formación política en cualquier circunstancia, a nivel individual y colectivo, de allí que organizara cursos de lectura y estudio en la cárcel cuando fue preso político de la dictadura. En lo teórico, teniendo como rasero las ideas libertarias, pero sin caer en el sectarismo, echó mano de autores que iban desde el marxismo, pasaban por el estructuralismo y posestructuralismo francés, y llegaban hasta los postulados anticoloniales latinoamericanos, con el fin de entender mejor el mundo concreto en el que le tocó vivir, y así transformarlo.

Lo recordamos con esto que le dijo al investigador Felipe Corrêa, en una entrevista dada en 2009:

«Por aquí (en Urguay) hay un viejo dicho: el anarquismo es una forma de vivir. Lo decían los viejos compañeros de principios del 1900, los que militaban desde 1905, 1910, 1920 y así. (…) Querían decir que hay algo por lo que vale la pena jugarse la vida. Y ese algo es la búsqueda de una sociedad justa, libre y solidaria. Que no se podía ver tanta infamia, tantas cosas atroces y permanecer indiferente o fundamentalmente preocupados por sus cosas personales y ver el resto como cuestiones secundarias».

La idea de poder popular en la concepción de Juan Carlos Mechoso y la FAU

Una concepción y una práctica de poder popular tiene su producción específica, tiene su propio discurso. Tiene su propia producción. Para que juegue como fuerza transformadora, condicionante de coyunturas, produciendo avances desestructurantes hay una condición necesaria: debe mantener en todo momento su independencia. Independencia de clase se decía en otros momentos del desarrollo histórico, hoy diríamos con ajuste al nuevo contexto: independencia de las clases oprimidas, vale decir de todos los movimientos sociales. 

Pero deseamos remarcar que al señalar esta categoría, tenemos especialmente en cuenta las características particulares de cada formación social, su historia, sus transformaciones, sin descuidar lo que tiene de común con otros países, más que nada con los del área y obviamente las condicionantes que las estructuras de poder mundial establecen. 

Ya es bien sabido que las mallas del poder dominante trituran, manipulan, moldean. Insertan en su seno, partidos, ideologías, movimientos, historias, los amasan y después los devuelven como buenos seguidores de lo viejo y reproductores de lo actual. El mecanismo se repite una y otra vez. Y se reiteran un montón inconmensurables de fuerzas girando en esa rueda loca. A estos dispositivos es a los que hay que dispararle con propuestas y acción de un contenido diferente. Con una coherencia que permita pisar firme. Pues demás está remarcar que la circulación al infinito de las mismas dinámicas y lógicas no puedan crear algo nuevo, sólo recrear lo existente, con mayor o menor fantasía. 

(…) Hemos definido el poder —desde abajo— como la capacidad de realizar no como represión. En este caso concreto, para graficarlo, la capacidad de un pueblo para realizar sus diversos intereses y darse una forma de organización que se asiente sobre otras bases, sobre otros valores a los existentes. Que aseguren ellos, solidaridad, libertad y justicia en términos de autenticidad. 

El poder así definido, por más que lo concebimos funcionando en sociedades complejas y de niveles tecnológicos nada simples, no lo igualamos en ningún instante al concepto, gobierno. Haremos algunos ejemplos a los efectos de que la idea quede más clara. El poder reside en el control sobre los medios de producción de bienes (fábricas, campos, minas, etc.), en los medios masivos de comunicación (diarios, radios, canales de televisión, informática en general), en los servicios (transporte, energía, obras sanitarias, comunicaciones, etc.), en los mecanismos concentrados de decisión (investigaciones, labor científica), y en los resortes correspondientes al nivel político, en los instrumentos “jurídicos” que se establezcan colectivamente, en las estructuras ideológicas, en los planes de estudio, en las distintas manifestaciones culturales. 

Este control es del colectivo-pueblo a través de los órganos e instituciones que durante el proceso y en el instante de asumir poder se hayan desarrollado. De cómo se haya articulado ese arriba y ese abajo del que nos habla Bakunin y que está exento de autoritarismo y jerarquía. 

Seguramente que no es el fin de la historia y menos que cese la lucha ideológica y quizás alguna más. Allí habrá muchos fantasmas del pasado, un poder capilar, diseminado a través de toda la sociedad, que puede tener la capacidad de reproducir valores e instituciones del sistema. Además estarán amartillados todos los circuitos afectados en esa primera etapa de cambio profundo. La naturaleza compleja de poder obliga a adoptar lineamientos estratégicos igualmente complejos. Frente a una estrategia de poder establecido destinada a perpetuarlo, hay que oponer una estrategia de las clases oprimidas destinada a construir un poder popular que asegure un mejor y justo funcionamiento de la sociedad toda. La concreción de poder popular requiere la preparación de las organizaciones de las clases oprimidas destinadas a asumirlo y la consubstanciación de estas organizaciones con el rol que les corresponde desempeñar, pues edificar el poder popular no significa que los elementos constitutivos del poder sean conquistados por la fuerza social-política de los oprimidos y que inmediatamente a la labor de ruptura no funciones el conjunto de las necesidades sociales. Por ende, no se trata simplemente de arrebatar a las clases dominantes el actual poder global centralizado sino de difundirlo, descentralizarlo en los organismos populares, de transformarlo en otra cosa. De transformarlo en una nueva estructura político-social. 

El poder popular ejercido por los trabajadores y el pueblo con organismos por ellos controlados, ampliamente democráticos y participativos, serán los que asumen tal control, apropiándose de las funciones tutelares ejercidas desde la esfera estatal. Por eso es que una estrategia de poder popular debe tener como premisa esencial la construcción de esos organismos y ésta es una tarea política clave que desde ya debiera estar jugando un rol de primera línea en la determinación de si el futuro revolucionario será socialista y libertario o no. Por eso que la derrota del orden capitalista y autoritario, de un auténtico poder popular, se está jugando todos los días, en relación a como se orienta y concreta el trabajo político y social permanentemente. 

Así las cosas, crear o recrear, fortalecer y consolidar las organizaciones obrero-populares, del conjunto de los oprimidos y defender su protagonismo es ir fecundando, paso a paso, el único socialismo posible. Un socialismo en libertad, donde todos los adelantos técnicos-científicos que hoy conocemos sean puestos al servicio de un mejor funcionamiento social que beneficie al ser humano, al pueblo todo.

Tomado de: LA ESTRATEGIA DEL ESPECIFISMO Juan Carlos Mechoso (Federación Anarquista Uruguaya) en entrevista a Felipe Corrêa 

Depresión y estrés en el Capitalismo

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Fragmentos de «Realismo Capitalista ¿No hay alternativa?» del profesor Mark Fisher

Una diferencia entre la tristeza y la depresión es que, mientras la tristeza se autorreconoce como un estado de cosas temporario y contingente, la depresión se presenta como necesaria e interminable: las superficies glaciales del mundo de un depresivo se extienden a todos los horizontes imaginables. En la profundidad de la enfermedad, el depresivo no reconoce su melancolía como anormal o patológica: la seguridad de que toda acción es inútil y de que detrás de la apariencia de la virtud solo hay venalidad golpea a quienes sufren de depresión como una verdad que ellos han descubierto, pero que los otros están demasiado engañados como para reconocer. Existe una clara relación entre el «realismo» aparente del depresivo, con sus expectativas tremendamente bajas, y el realismo capitalista.

Una diferencia entre la tristeza y la depresión es que, mientras la tristeza se autorreconoce como un estado de cosas temporario y contingente, la depresión se presenta como necesaria e interminable: las superficies glaciales del mundo de un depresivo se extienden a todos los horizontes imaginables.

(…) El monitoreo inagotable y la precariedad, en verdad, van de la mano. Como afirma Tobias van Veen, el trabajo precario ejerce una presión «irónica y a la vez devastadora» sobre el trabajador. Por un lado, el trabajo nunca termina: el trabajador debe estar siempre disponible, sin derecho a ninguna vida privada ajena al tiempo de trabajo. Por otro lado, el precario es por definición descartable, incluso si se muestra capaz de sacrificar todas y cada una de sus esferas de autonomía en aras del trabajo.

La tendencia actual es que prácticamente todas las formas de empleo se vuelvan precarias. En palabras de Franco Berardi, «el Capital ya no recluta a las personas, sino que compra paquetes de tiempo separados de sus portadores, ocasionales e intercambiables».

Una de las consecuencias de las modernas tecnologías de la comunicación es que no cuentan con un espacio externo en el que uno pueda descansar de ellas y recuperarse.

(…) Una de las consecuencias de las modernas tecnologías de la comunicación es que no cuentan con un espacio externo en el que uno pueda descansar de ellas y recuperarse. El ciberespacio vuelve obsoleto el concepto clásico del «espacio de trabajo». En un mundo en el que se espera de nosotros que podamos responder a un e-mail de trabajo casi a cualquier hora del día, el trabajo no se limita ya a un lugar o un horario. No hay escape, y no solo porque el trabajo se expande sin límites.

la depresión deja en las sombras algunas de las raíces sociales de la infelicidad, tales como el individualismo competitivo y la desigualdad en la redistribución del ingreso.

(…) La privatización del estrés es un sistema de captura perfecto, elegante en la brutalidad de su eficiencia. El capital enferma al trabajador, y luego las compañías farmacéuticas internacionales le venden drogas para que se sienta mejor. Las causas sociales y políticas del estrés quedan de lado mientras que, inversamente, el descontento se individualiza e interioriza. Dan Hind afirmó que el foco en las deficiencias de serotonina como la supuesta «causa» de la depresión deja en las sombras algunas de las raíces sociales de la infelicidad, tales como el individualismo competitivo y la desigualdad en la redistribución del ingreso. Y si bien existe un enorme corpus de trabajos que muestran los vínculos de la felicidad individual con la participación política y el fortalecimiento de los lazos sociales, tanto como con la justicia en la redistribución del ingreso, una respuesta pública al estrés privado raramente se considera una primera opción de abordaje. Claro que es más fácil prescribirle una droga a un paciente que efectuar un cambio rotundo en la organización social. Y al mismo tiempo, existe «una multitud de emprendedores que ofrecen la felicidad ya mismo, en pocos pasos». Gente que «se siente cómoda operando con la definición de la felicidad y la autorrealización al interior de la cultura» y que puede vender esta felicidad sin sentir culpas, corroborar y corroborarse en «la ingenuidad enorme de la persuasión comercial»».

Nota Revista Hekatombe:

Mark Fisher (1968-2017) es uno de nuestros autores favoritos. Él escribía, daba clases y conferencias y, además, fundó dos editoriales: Zero Books y Repeater Books.. 

Conocido como K-Punk, analizaba la cultura del capitalismo contemporáneo o “realismo capitalista”*, desde el hip hop o el rock y sus subgéneros; el cómic, las series, shows o las películas comerciales, y conectaba la ideología que se reproducía en estos ámbitos con las dinámicas del trabajo en el neoliberalismo, en vínculo con la formación y generalización de ciertas enfermedades y padecimientos mentales y emocionales como el estrés, la depresión o la bipolaridad. 

Fisher sufría de depresión, y esta enfermedad, tan propia al realismo capitalista, como él mismo lo identificó, se lo llevó un 13 de enero de 2017.  

Sobre el “realismo capitalista”, es pertinente citar otro fragmento del escrito para entender, en algún grado, el alcance de esa noción:

“A mi entender, el realismo capitalista no puede limitarse al arte o al modo casi propagandístico en el que funciona la publicidad. Es algo más parecido a una atmósfera general que condiciona no solo la producción de cultura, sino también la regulación del trabajo y la educación, y que actúa como una barrera invisible que impide el pensamiento y la acción genuinos.

Si el realismo capitalista es así de consistente y si las formas actuales de resistencia se muestran tan impotentes y desesperanzadas, ¿de dónde puede venir un cuestionamiento serio? Una crítica moral del capitalismo que ponga el énfasis en el sufrimiento que acarrea únicamente reforzaría el dominio del realismo capitalista. Con facilidad, pueden presentarse la pobreza, el hambre y la guerra como algo inevitable de la realidad, y la esperanza de que se acaben estas formas de sufrimiento, como un modo de utopismo ingenuo. Solo puede intentarse un ataque serio al realismo capitalista si se lo exhibe como incoherente o indefendible; en otras palabras, si el ostensible «realismo» del capitalismo muestra ser todo lo contrario de lo que dice. 

No hace falta decir que lo que se considera «realista» en una cierta coyuntura en el campo social es solo lo que se define a través de una serie de determinaciones políticas. Ninguna posición ideológica puede ser realmente exitosa si no se la naturaliza, y no puede naturalizársela si se la considera un valor más que un hecho. (…) la política emancipatoria nos pide que destruyamos la apariencia de todo «orden natural», que revelemos que lo que se presenta como necesario e inevitable no es más que mera contingencia y, al mismo tiempo, que lo que se presenta como imposible se revele accesible”.

La Coordinadora de Educación Popular llama a la reflexión frente a los comunicados en respaldo al profesor Renán Vega

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Luego de la difusión de una panfleto anónimo denominado “Pedagogía del Terror” en el que se cuestionan diversas prácticas y discursos ortodoxos del profesor e historiador Renán Vega con respecto a la agenda y las teorías de género y diversidad, y poco cuidadosos frente a las realidades de algunas de sus estudiantes; y de la posterior emisión y difusión de múltiples comunicados escritos por sectores de la academia crítica y del activismo de izquierdas en respaldo al académico colombiano, La Coordinadora de Procesos de Educación Popular en Lucha (CPEP) —organización que articula distintas experiencias de Bogotá y la sabana, inspiradas en la propuesta pedagógica del educador brasilero Paulo Freire— publicó el siguiente posicionamiento.

desde una perspectiva sensata y centrada en el contexto, se reflexiona sobre los efectos adversos que puede suponer el hecho de no analizar de forma concienzuda la denuncia inicial que desató la polémica, y de no revisar, desde el pensamiento crítico que se invoca en comunicados de respaldo al profesor

Se trata de un escrito colectivo en el que, desde una perspectiva sensata y centrada en el contexto, se reflexiona sobre los efectos adversos que puede suponer el hecho de no analizar de forma concienzuda la denuncia inicial que desató la polémica, y de no revisar, desde el pensamiento crítico que se invoca en comunicados de respaldo al profesor, los discursos y prácticas de quienes integran el campo de izquierdas y alternativo en la academia institucionalizada y no institucionalizada, ya que pueden reproducir, a la larga, un discurso antifeminista, conservador y poco riguroso.

Desde Revista Hekatombe compartimos el texto completo e invitamos a su lectura, por cuanto analiza, sin sobredimensionar hechos y acciones, los argumentos y los lugares de enunciación de las partes implicadas:

POSICIONAMIENTO DE LA COORDINADORA DE PROCESOS DE EDUCACIÓN POPULAR EN LUCHA FRENTE A LAS RESPUESTAS EN DEFENSA DEL PROFESOR RENÁN VEGA CANTOR 

En las últimas semanas, se ha difundido una serie de comunicados y cartas en respuesta a un texto que, a finales de agosto, circuló en formato físico por las instalaciones de la Universidad Pedagógica Nacional. El texto es una denuncia escrita por estudiantes de la licenciatura en Ciencias Sociales contra el profesor Renán Vega Cantor. Lo que parecía ser un asunto interno de la licenciatura, se amplifica y se vuelve un tema de interés de los distintos estamentos de la universidad y de diversos sectores de la izquierda; situación que puede explicarse, en gran medida, por la figura de Vega, quien es un reconocido historiador e investigador.

La denuncia y las respuestas a ella, se enmarcan en un contexto de tensiones, abordajes poco cuidadosos e ineficacia institucional para tramitar casos de violencia y prácticas machistas que han sido visibilizados por el estamento estudiantil. Esta situación ha generado, entre otras cosas, una estigmatización del movimiento feminista y sus herramientas de lucha contra las violencias machistas y la impunidad, lo que, claramente, genera que la universidad no sea un espacio seguro para quienes deciden denunciar cualquier situación que tenga que ver con la violencia patriarcal y la discriminación. 

La reacción abiertamente antifeminista de colectivos, individualidades y medios alternativos de comunicación que se enuncian desde las pedagogías alternativas e incluso desde la educación popular, nos obliga a pronunciarnos. Pareciera una obviedad aclararlo, pero las feministas, muchas de ellas también educadoras populares (1) , no somos, como se ha escrito en varios comunicados, una moda intelectual, una nueva forma de inquisición ni mucho menos promovemos el capital. Desde nuestras heridas en común y con nuestras estudiantes, hemos construido alternativas para pensarnos la vida digna al margen de las lógicas del capital; hemos cuestionado, una y otra vez, las relaciones de poder y el punitivismo dentro y fuera del aula y nos hemos apropiado de herramientas como el escrache para denunciar lo que la justicia patriarcal históricamente nos ha negado.

Como una nueva generación de educadoras populares nos es extraño e incluso doloroso, el respaldo que 85 profesoras y militantes de diversos sectores de la izquierda (entre ellas, educadoras populares con las que nos encontramos y a quienes consideramos referentes teóricos) le han dado al profesor Vega y la poca atención sobre lo denunciado por las estudiantes. De ahí que, nos parece clave compartir algunas reflexiones que surgen de las discusiones que como organización hemos dado frente a este asunto a partir de los pronunciamientos que han circulado por redes sociales. La postura que hoy defendemos se enmarca en el análisis que hicimos de dichos pronunciamientos.

A propósito de la denuncia hecha por las estudiantes

Reconocemos que la intención comunicativa de la denuncia es rechazar algunos comentarios que el profesor Vega ha hecho en relación con las disidencias sexogénericas y las mujeres, así como actitudes que desconocen «(…) realidades históricas, identidades raciales y condiciones de salud» (2) de sus estudiantes. 

En ese sentido e independientemente de si se está calumniando o no a Vega, la denuncia no es una amenaza contra la vida e integridad del profesor. Hacemos énfasis en esta cuestión porque, como veremos más adelante, la respuesta de Vega y las cartas en su apoyo van a construir su defensa a partir de asegurar que en la denuncia se amenaza y pone en riesgo su vida e integridad. Si nos remitimos a la denuncia de las estudiantes, en los primeros párrafos se presenta, sin mayor detalle, las situaciones y comentarios que se quieren denunciar y solo se dirigen directamente a Vega en el párrafo final para decirle que acepte los cambios de paradigma, asuma la crítica y no interprete la denuncia como un ataque. Entonces, ¿por qué se afirma que el texto es una amenaza clara y contundente?, básicamente, por el uso de la imagen de una vaca que está marcada con una cruz. Como se ha mencionado en varios comunicados, la imagen de la vaca puede tener diferentes interpretaciones pero, para nosotras, si se entiende como parte de un todo, es decir, del texto de denuncia (donde está el texto escrito y la imagen), la interpretación más acorde es que es una representación de la vaca sagrada, forma en la que se define al profesor Vega. 

Ahora bien, si le diéramos el beneficio de la duda a la idea de que la cruz es símbolo de muerte y no de lo sagrado, la interpretación que podría surgir es, entonces, la de la muerte de la vaca sagrada, lo cual no implica, necesariamente, la muerte de Vega como sujeto particular, es decir, la vaca marcada podría significar la muerte de lo que representan las vacas sagradas: personas intocables e incuestionables. Algo parecido sucede con la consigna feminista muerte al macho, con ella no se está amenazando de muerte a todos los hombres machistas, es figurativo no literal, así como cuando, desde la teoría marxista, se dice que hay que acabar con la burguesía como clase, esto no quiere decir que se quiera eliminar a las personas que hacen parte de la clase burguesa.

Ahora bien, con el ánimo de seguir profundizando en las lecturas críticas de lo expuesto en la denuncia, nos parece que hay algunas afirmaciones que no se sustentan como lo de la pedagogía del terror o la situación donde se menciona lo de los comentarios racistas. Por lo dicho en el documento, no podríamos afirmar que hay una práctica sistemática de infundir terror en las estudiantes que cursan asignaturas con Vega y tampoco que la afirmación sobre el departamento del Valle sea un comentario que desconoce sus realidades, más aún cuando reconocemos que el profesor hace poco publicó un libro sobre las luchas que los corteros de caña de azúcar han desarrollado en este territorio. 

Finalmente, queremos enfatizar en un dato no menor, en la denuncia las estudiantes mencionan que les produce miedo confrontar a alguien que tiene mucho respaldo y la carta con 85 firmas de profesoras y personas de renombre académico, junto con la difusión de la respuesta de Vega por parte de diversos medios alternativos de comunicación son un claro ejemplo de que las estudiantes no estaban exagerando. El profesor goza de un capital social y simbólico que lo ubican en un lugar de privilegio y de poder que las estudiantes, evidentemente, no tienen.

A propósito de las respuestas a la denuncia

Como lo hemos mencionado, la denuncia de las estudiantes ha generado múltiples reacciones que se concretan en comunicados, cartas públicas y discusiones por redes sociales. A continuación, presentamos algunas consideraciones respecto a la carta suscrita por profesoras y demás personas reconocidas en el campo académico, así como a la respuesta del profesor Vega.

– La supuesta amenaza a la vida e integridad del profesor, sustentada en el uso de la imagen de una vaca marcada con una cruz. La discusión pública ha centrado su atención en la interpretación que se le da a la imagen de la vaca y no aborda el tema central de la denuncia: los comentarios y actitudes del profesor Vega. En ese sentido, podríamos decir que la imagen de la vaca se usa como un sofisma de distracción ya que, como lo mencionamos anteriormente, esta imagen puede tener diferentes interpretaciones y si la relacionamos con lo expuesto en la denuncia no hay una relación clara con la idea de que la vaca marcada es una amenaza de muerte para Vega. Este punto es central porque, por ejemplo, las firmantes de la carta en apoyo al profesor argumentan que no van a aceptar críticas que vengan acompañadas de amenazas, es decir, invalidan y no tienen en cuenta lo que se denuncia a partir de afirmar, categóricamente, que el texto es una amenaza clara y frontal contra el investigador.

Por tanto, hay un desconocimiento de la denuncia hecha por las estudiantes, así, en la carta de las profesoras se menciona que la denuncia está hecha a partir de frases fuera de contexto. Es la única referencia a este asunto. Es interesante que no se niega que Vega haya pronunciado dichas frases, por el contrario, se afirma que fueron sacadas de contexto. Y aquí nos preguntamos, por ejemplo, ¿cómo se puede sacar de contexto la frase sexista sobre el cuerpo de las estudiantes?, ¿bajo qué contexto podría siquiera justificarse el comentario? Reconocemos que al no considerar lo denunciado, se niega la posibilidad de hacer una reflexión crítica y autocrítica sobre las prácticas, discursos y comentarios machistas, sexistas, racistas, etc., que se reproducen en diversos campos, incluyendo, el educativo.

Por su parte, el profesor Vega afirma que la denuncia está hecha de mentiras, calumnias y tergiversaciones, y que no hay una sola prueba en su contra. Al respecto, creemos que el profesor debió pronunciarse frente a las 3 situaciones que aparecen en la denuncia y señalar en cuál de ellas se le está calumniando y por qué y en cuál se está tergiversando sus posturas, es decir, interpretando erróneamente lo que ha dicho en sus clases. Así tendríamos más elementos para el debate y para construir nuestras posiciones sobre este caso.

– La crítica a las denuncias anónimas y el elogio a la figura de Vega como un rebelde que siempre ha puesto su cara para defender el pensamiento crítico. En los textos de respuesta se presentan estas dos ideas, por un lado, se enfatiza en el anonimato y nunca se refieren a las personas que escribieron la denuncia como estudiantes e incluso el profesor Vega pone en duda que lo sean. Por otro lado, la carta de las profesoras se explaya en definir a Vega como un rebelde y controversial profesor que de forma pública, explícita y directa ha dado complejos debates sobre diversos temas. 

Esta apuesta argumental tiene como finalidad comparar el actuar de las estudiantes y su decisión de no “dar la cara” con la trayectoria pública, académica y militante de Vega. En ese sentido, la comparación nos resulta injusta porque no tiene en cuenta los lugares de enunciación de las partes involucradas y que están condicionados, entre muchas cosas, por relaciones de poder en las que estudiantes, mujeres, disidentes y personas racializadas están en una posición de subordinación. También, nos parece pertinente mencionar que el anonimato ha sido la opción que algunas víctimas y sobrevivientes de violencia patriarcal y de discriminación han asumido como una forma de resguardarse, no exponerse y no cargar con el estigma de las violencias sufridas. En este caso, la decisión de no firmar con nombre propio y enunciarse como estudiantes se explica, como lo mencionan las autoras de la denuncia, por el miedo de confrontar al profesor Vega y experimentar algún tipo de represalia. 

– «Formas de silenciamiento y prácticas sociales de eliminación» 3 : el debate sobre el escrache y las denuncias públicas. En la carta de las profes así como en la respuesta de Vega se compara la denuncia de las estudiantes con el actuar del paramilitarismo, el terrorismo de Estado, la inquisición y la eugenesia social franquista, además, se hace uso de consignas de organizaciones de víctimas y de Derchos Humanos como el Nunca Más. La forma como se justifica esta comparación es a partir de afirmar que la intención de la denuncia es silenciar y eliminar a quien piensa diferente, sin embargo, es difícil sostener que las estudiantes que redactaron la denuncia tienen el poder para censurar y acallar al profesor y a sus colegas. La carta de las profesoras y la difusión que ha tenido la respuesta de Vega es evidencia de quiénes tienen los medios para amplificar su voz y ser escuchadas.

Este punto nos recuerda los debates que se han generado respecto al escrache y a la denuncia pública; herramientas que no solo ha usado el movimiento feminista, de hecho, su origen esta relacionado con las acciones de denuncia que desarrollaban las víctimas de la última dictadura militar en Argentina. Para no extendernos, creemos que es importante señalar que el movimiento feminista ha puesto sobre la mesa la discusión sobre los medios que están a nuestro alcance para exigir verdad, justicia y no repetición de violencias machistas y de discriminación. El escrache, con sus limitaciones, es uno de esos medios y como sociedad tenemos la responsabilidad de leer críticamente lo que se denuncia y discutir, analizar, ponderar, matizar y sopesar cada caso, solo así tendremos conversaciones que superen el amarillismo, el moralismo, la estigmatización y la repetición acrítica. También, es clave mencionar que las personas denunciadas tienen la posibilidad de defenderse y que incluso la Corte Constitucional colombiana se ha manifestado al respecto para afirmar que las denuncias públicas no vulneran, de por sí, el derecho a la intimidad, el buen nombre y la honra. 

Finalmente, reconocemos que los señalamientos que se han hecho respecto a la denuncia de las estudiantes no solo cierran cualquier posibilidad de diálogo sino que, además, son una respuesta desproporcionada, ligera, peligrosa y violenta. La denuncia y el cuestionamiento a comentarios y actitudes discriminatorias de quienes ejercen la docencia no es una afrenta contra la libertad de cátedra y, mucho menos, contra el pensamiento crítico. 

– Los comentarios y actitudes de carácter sexista, machista y estigmatizadores no son pensamiento crítico. En los textos de respuesta a la denuncia se define a sus autoras como inquisidoras que persiguen a quienes piensan críticamente, a la par que se afirma que el profesor Vega nunca ha posado de ser políticamente correcto, de ahí, su carácter rebelde, crítico y controversial. Si nos remitimos a lo que se denuncia, es claro que en los comentarios que se le atribuyen al profesor no hay una crítica puntual a las teorías feministas y queer. En ese sentido, es, por lo menos, arrogante igualar el ejercicio crítico que muchas académicas del movimiento social, feministas o no, hacen al debatir máximas de los estudios de género que parecen intocables, con un comentario suelto y desatinado que se burla de los cuerpos ajenos. Asimismo, es clave problematizar que querer marcar distancia de lo “políticamente correcto” no significa, en ningún sentido, que se tiene vía libre para ejercer algún tipo de violencia contra grupos subalternizados.

– La movilización de las profes y su respuesta celera y en bloque. Las profes justifican su respuesta a la denuncia a partir de afirmar que como docentes no pueden quedarse calladas ante la injusticia y que, en ese sentido, ponen su palabra y se movilizan ante este caso. Esta justificación nos inquieta porque ante el acoso, el abuso y otras violencias machistas que han sido visibilizadas por el movimiento feminista (tanto en la Universidad Pedagógica como en otros espacios) no hay una respuesta si quiera parecida en cuanto a la celeridad y apoyo, por el contrario, en los casos recientes de acoso sexual y violación algunas profesoras que suscriben la carta han optado por el silencio y por la quietud.

– El saludo a la bandera de llamar a abrir múltiples mingas por la palabra para sentipensar y recuperar la confianza. En uno de los últimos párrafos de la carta de las profesoras se menciona que es importante generar espacios de diálogo entre la comunidad educativa, sin embargo, es difícil creer que existe una voluntad real de dialogar cuando se tilda a las interlocutoras de inquisidoras y se compara su accionar con el de las fuerzas paraestatales y con el terrorismo de Estado. Es difícil creer en su voluntad de diálogo cuando ni siquiera se tiene en cuenta y se pasa por alto lo que las estudiantes están denunciando. 

Y en este punto nos surgen otras preguntas: ¿no es acaso la apuesta de la educación popular, de las pedagogías críticas y alternativas el sentirnos dialogantes, interpeladas y receptivas ante las educandas?, ¿no es con estas tradiciones educativas que aprendimos a enseñar con las condiciones materiales y emocionales presentes?, ¿no son las educaciones alternativas el espacio idóneo para pensar que las relaciones de poder son dinámicas? y, en ese sentido, ¿qué tanto poder tiene una estudiante para callar a un profesor como Vega y a 85 más?

Para finalizar, nos parece importante mencionar que nuestra organización hará parte de la dinamización de la mesa sobre feminismos y disidencias en el V Encuentro de Educaciones Populares. En este encuentro confluyen educadoras de diversas generaciones y con distintas posiciones frente a este caso (algunas de ellas las han presentado públicamente), en ese sentido, en la Coordinadora evaluamos nuestra participación, así como la pertinencia y coherencia de la mesa; tras nuestras discusiones, reconocimos que es clave debatir sobre las dificultades que implican los procesos de despatriarcalización y el porqué es fundamental criticar y enfrentar las posiciones antifeministas, discriminatorias y antidialógicas que subsisten en nuestras colectividades, juntanzas, espacios formativos y quehacer pedagógico, solo así podremos avanzar en la prefiguración de las transformaciones radicales para que la vida digna y un mundo libre de opresiones sean lo inédito viable.

La educación popular será feminista o no será.

¡Por espacios educativos seguros y libres de violencia y discriminación! 

Coordinadora de Procesos de Educación Popular En Lucha 

4 de octubre del 2022

  1.  El uso del femenino es intencional y obedece al concepto no sexista de persona que nos permite nombrar las distintas formas de identificación y experimentación de los géneros y los sexos.
  2. Anónimo. (2022). Pedagogía del Terror y Renán Vega. [Denuncia Pública]. 

Colombia Compra Ineficiente

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Aunque no me gusta ir de compras soy una compradora informada. Nunca he podido con el acoso de los vendedores y menos con el asedio de los vigilantes, por eso me paseo a mis anchas por los sitios de internet. Sé, por ejemplo, donde se compra el mejor café al mejor precio, o dónde comprar productos orgánicos sin “llegar a pagar la gana” como decía mi mamá. Hablo con propiedad de zapatos, ropa, copas menstruales, mejores vinos, vajillas, ropa interior, telas, muebles y cualquier cosa que se les ocurra.

Como buena fanática del Conde Contar, lo primero que se me ocurrió pensar fue en cuántos juegos de sábanas de algodón egipcio de 400 hilos podría comprar con esa plata

Por eso, cuando ví que hablaban de sábanas y duvets no pude seguir de largo y recordé que hace unos dias habia visto en la página web de Distrihogar, sábanas y duvets de 400 hilos en algodón egipcio, tamaño king para más señas, por más o menos $489.900; y también me vino a la mente que en Falabella tenían un costo similar. 

Quedé pasmada cuando me encontré con que en Colombia Compra Eficiente se había pagado por unas sábanas de pinches 300 hilos, $1.315.500 la unidad. Como buena fanática del Conde Contar, lo primero que se me ocurrió pensar fue en cuántos juegos de sábanas de algodón egipcio de 400 hilos podría comprar con esa plata, y resulta que me alcanzaría para comprar dos juegos de sábanas en Distrihogar, dejando un saldo a mi favor de $335.700, como para otro gustillo.

No creo que el presidente y la primera dama tengan que arroparse con una cobija cuatro tigres en las frías noches bogotanas, tampoco espero que eso mismo hagan los invitados a la Casa de Nariño

No creo que el presidente y la primera dama tengan que arroparse con una cobija cuatro tigres en las frías noches bogotanas, tampoco espero que eso mismo hagan los invitados a la Casa de Nariño, ni más faltaba, pero tampoco quiero creer que Gustavo Petro tiene el corazón tan frío como para que deba arroparse con un plumón hecho con plumas de ganso. Creo que un animalista bien podría darse una pasada por Almacenes Brissa y comprarse un plumón King de 300 hilos por $459.900, en vez de apoyar indirectamente el maltrato animal, y de paso ahorrarse, y ahorrarnos, $3.500.000 por cada plumón.

Así como recuerdo los precios, recuerdo los procesos y no puedo olvidar que Mauricio Lizcano, director del DAPRE estuvo investigado por corrupción, por el Cartel de la Toga y por ser un comprador de “buena voluntad” de tierras pertenecientes a víctimas de despojo y desaparición forzada en 1996.

Pensando en los electores y en las difíciles condiciones en las que muchos salieron a votar, no es justo y no es correcto, que el gobierno del cambio apruebe la adquisición de estos productos tan costosos. No se trata de desconfiar de cada cosa que hacen los aliados del presidente que provienen de la clase política tradicional, pero eso no significa que debamos perder de vista de dónde vienen y las mañas que traen. Así como recuerdo los precios, recuerdo los procesos y no puedo olvidar que Mauricio Lizcano, director del DAPRE —entidad encargada de hacer las compras en cuestión— estuvo investigado por corrupción, por el Cartel de la Toga y por ser un comprador de “buena voluntad” de tierras pertenecientes a víctimas de despojo y desaparición forzada en 1996.

No me gustó que “Tutina” de Santos, cuando su esposo gobernó, se hubiera gastado lo que se gastó en las cortinas, seguramente en Lafayette le habrían hecho unas muy buenas y, de paso, estaría apoyando a la industria nacional. Tampoco me doy contentillos con lo de “mejor que se gasten la plata así y no que se roben 70.000 millones”, o lo que dice Angela María Robledo:

Estas son falsas discusiones, la discusión real consiste en que como ciudadanía asumamos que estamos en una república, no en una monarquía, y que, por ende, quienes nos gobiernan deben entender que no son de la nobleza con derecho divino para despilfarrar los recursos del Estado. Mis afectos están precisamente con este gobierno porque, en teoría, está compuesto por personas que defienden los valores republicanos irrespetados por la élite que generalmente gobierna. Por eso quedé pasmada cuando vi lo que vi. 

El ejercicio que hice con las sábanas y los plumones bien podría hacerse con cada producto adquirido por el Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, a través de Colombia Compra Eficiente, que entre otras cosas, no me parece nada eficiente. Siendo honesta, yo sí que sería mucho más eficiente haciendo shopping para el presidente.

Resucitar la ideología, darle conciencia al zombi paramilitar

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En el marco de la Doctrina de Seguridad Nacional nació el Decreto 3398 de 1965 y posteriormente la Ley 48 de 1968, donde se establecieron nuevas formas de organización no institucional, basadas en el derecho a la legitima defensa. Estas medidas se fueron modificando y sentaron el marco legal para el posterior combate contra la guerrilla, en el contexto de la guerra fría en Latinoamérica y Colombia.

Así, desde fines de la década de los 60s, con el paso de los 70s y la llegada de los 80s, empezaron a sonar, por todo el territorio nacional, conceptos como “enemigo interno”, “amigo-enemigo”, “insurgencia”, y “contrainsurgencia”. También ingresaron al ámbito político sectores armados, nuevos partidos políticos y movimientos sociales, como la Unión Patriótica, o el movimiento A Luchar. 

Según el mito, estos segmentos sociales que consiguieron una movilidad social ascendente, vieron amenazado su proyecto de vida construido siempre del lado de la ley y el Estado, y tuvieron que defenderse, por lo que la institucionalidad decidió darle soluciones/vías de acción a estas “víctimas”

En paralelo, se configuraron estructuras parainstitucionales y paramilitares, que se expandieron a lo largo del país, bajo las consignas del anticomunismo y la contrainsurgencia, cuyo origen se justificó bajo una imagen caracterizada por diversos adjetivos: supuestamente, eran personas con personalidad humilde, trabajadora y honesta, antes que grandes y poderosos terratenientes, que como fruto del esfuerzo lograron “llegar” a la clase alta. 

Según el mito, estos segmentos sociales que consiguieron una movilidad social ascendente, vieron amenazado su proyecto de vida construido siempre del lado de la ley y el Estado, y tuvieron que defenderse, por lo que la institucionalidad decidió darle soluciones/vías de acción a estas “víctimas”, desatendiendo así la mira en las causales estructurales del conflicto social y armado, como la tenencia desigual de la tierra y las formas de apropiación de ésta por parte de grandes propietarios.

Esta ideología justificatoria es explícita en todas las declaraciones de los ex jefes de las AUC como hilos conductores y como la excusa para cometer masacres, y, en general, violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario. Son las mismas líneas que hoy se escuchan sin ningún cambio, reproducidas sin temor o pudor alguno luego de lo vivido bajo el régimen paramilitar de los últimos años, que escaló, a través de la vía armada y política, a las instituciones gubernamentales, tanto de carácter civil como policial y militar, según múltiples investigaciones y el informe mismo de la Comisión de la Verdad.

porque las armas que les dio el Estado los convirtió en juez y verdugo, para manchar así sus manos por el bien de la población civil, que, aparentemente, solo está conformada por ganaderos, políticos, terratenientes, empresarios, narcotraficantes y personas influyentes en las regiones ¡Pero qué generosos!

Hoy el Uribismo y la extrema derecha alzan esas banderas de la defensa de la propiedad privada por medio de la justicia privada, nuevamente desde un autoreconocimiento de “víctima” para justificar la defensa por mano propia. Un renacer de la ideología paramilitar (que en realidad no desapareció por completo desde la desmovilización) como un recurso «necesario» e «inevitable» para defender a esos señores honorables, a esa gente de bien, que necesita una especie de vengador-héroe de los suyos porque defenderse justificó comprar en precios risibles o apropiarse de hectáreas de tierra pertenecientes a comunidades desplazadas, violar a miles de mujeres, quemar pueblos o asesinar campesinos, estudiantes y líderes sociales; porque las armas que les dio el Estado los convirtió en juez y verdugo, para manchar así sus manos por el bien de la población civil, que, aparentemente, solo está conformada por ganaderos, políticos, terratenientes, empresarios, narcotraficantes y personas influyentes en las regiones ¡Pero qué generosos!

o el financiamiento de estas estructuras por parte de grandes empresas para perpetrar el asesinato de líderes sociales, ambientales y políticos, como lo señaló Mancuso en sus declaraciones ante Justicia y Paz.

No sería algo nuevo para la extrema derecha reaccionaria el hecho de entrenar a las estructuras paramilitares en una de sus propiedades, como lo haría Santiago Uribe, hermano del ex presidente Uribe, con la estructura paramilitar de los “Doce Apóstoles” en la finca “La Carolina”, o el financiamiento de estas estructuras por parte de grandes empresas para perpetrar el asesinato de líderes sociales, ambientales y políticos, como lo señaló Mancuso en sus declaraciones ante Justicia y Paz. Que bloques del ejército patrullen y hagan operaciones conjuntas con los paramilitares, como sucedió con la Operación Orión, donde más de 3000 hombres encapuchados entraron casa por casa en la Comuna 13 de Medellín, para capturar, asesinar y posteriormente desaparecer a jóvenes señalados de pertenecer a las milicias urbanas de la guerrilla, solo dos meses antes de posesionado Álvaro Uribe Vélez como presidente.   

Así que volver a escuchar y leer lo que dice el Uribismo, el presidente de FEDEGAN y los poderosos de las regiones, es escuchar de nuevo a Carlos Castaño, Jorge 40 o Salvatore Mancuso en los años noventa, legitimando su accionar a partir de la «defensa de la democracia», al verse obligados a tomar las armas y asumir la responsabilidad colectiva de autodefenderse como «población civil» de aquellos grupos que atacaban sus propiedades y sus valores conservadores, excluyendo, por su puesto, de su relato y reclamo vociferante las razones económicas, políticas y culturales, que fueron y son elementos estructurales para el nacimiento, expansión y posible rearmamento del paramilitarismo en Colombia.

La supremacía del docente cuidador frente al docente intelectual: una crítica a la prueba escrita aplicada en el concurso docente

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de qué manera el Estado está prescribiendo la función docente, definiendo la labor docente y, en consecuencia, evaluando las habilidades esperadas.

Después de haber presentado la prueba escrita aplicada en el marco del Concurso Docente 2022, me queda un sinsabor con respecto a lo que el Estado evaluó y, por lo tanto, lo que el Estado espera de los profesores que obtendrán una vacante para educar a los niños que accedan a la educación pública en primaria, secundaria y bachillerato. Frente a la prueba, algunos colegas afirman que notaron un mejoramiento en comparación con los exámenes aplicados en concursos anteriores. La razón es que, según ellos, esta vez la prueba sí estaba dirigida hacia los profesores y no hacia los profesionales no licenciados, quienes pueden demostrar una formación disciplinar fuerte, pero no una formación contextualizada en los colegios públicos. Sin embargo, la fuente de mi preocupación radica justamente en la poca importancia dada a la formación disciplinar, pues me obliga a preguntarme cómo el Estado está entendido las obligaciones y los deberes de los docentes. Es decir, de qué manera el Estado está prescribiendo la función docente, definiendo la labor docente y, en consecuencia, evaluando las habilidades esperadas.

Cualquier profesor que haya presentado la prueba podría concordar conmigo en que la mayoría de las preguntas estaban dirigidas hacia resolver casos. Estos casos remitían especialmente a conflictos relacionales: estudiantes problemáticos, padres problemáticos, colegas problemáticos, tareas institucionales y relación entre el docente y las directivas. Incluso algunas de las problemáticas académicas y no comportamentales que podían presentar los estudiantes tenían una resolución que exigía conocer el sistema educativo colombiano, la terminología propia de las instituciones educativas públicas (como qué es el PEI, qué son los programas de educación transversal, qué es el Manual de Convivencia, entre otros), las funciones de cada uno de los miembros de la comunidad escolar, los mecanismos de participación de cada miembro y el debido conducto regular ante situaciones problemáticas de distinta índole.

sabemos que la realidad de los colegios públicos exige del docente una gran habilidad para leer el contexto, responder a sus necesidades y atender problemáticas como el embarazo en adolescentes, la violencia intrafamiliar, el bullying, entre otros. En consecuencia, no considero que la inclusión de este tipo de preguntas no tenga ninguna relación con el ejercicio docente.

Estos conocimientos, que son familiares para los docentes con experiencia en la enseñanza en colegios, son por supuesto necesarios en el ejercicio de la labor docente. Es un hecho que el docente, más allá de sus obligaciones disciplinares, también tiene deberes con los miembros de la comunidad y en el ejercicio de su quehacer se verá enfrentado a dar respuesta a situaciones de ese tipo. No es irreal que un profesor encargado de formular un proyecto para disminuir la violencia entre estudiantes se vea enfrentado a responder ante una contingencia que incluye heridos por arma blanca sin que su propuesta haya sido aceptada aún por las directivas. Por el contrario, sabemos que la realidad de los colegios públicos exige del docente una gran habilidad para leer el contexto, responder a sus necesidades y atender problemáticas como el embarazo en adolescentes, la violencia intrafamiliar, el bullying, entre otros. En consecuencia, no considero que la inclusión de este tipo de preguntas no tenga ninguna relación con el ejercicio docente.

Mi área son las ciencias sociales y, para mi sorpresa, no requerí de ningún conocimiento especializado en mi área para responder la prueba de ciencias sociales.

Mi crítica se dirige hacia la casi nula interpelación por la formación disciplinar. Mi área son las ciencias sociales y, para mi sorpresa, no requerí de ningún conocimiento especializado en mi área para responder la prueba de ciencias sociales. Los conceptos involucrados eran básicos: saber qué es cultura y qué no, qué es economía y qué no lo es, qué es política y de qué no se ocupa. Algunos colegas del área de inglés afirmaron que las preguntas relacionadas con su área eran propias de un nivel A1, es decir que muy seguramente yo podría haber dado respuesta a la prueba de inglés, pues mi nivel supera el básico. Igualmente, la evaluación de las habilidades matemáticas y de lectura crítica fue marginal, aunque en el ejercicio de la docencia estos conocimientos sean básicos y necesarios para resolver problemas a los cuales uno también se enfrenta en el ejercicio docente, puesto que es necesario que sepamos cómo calcular las calificaciones, cómo organizar los grupos en caso de que existan requerimientos como un mínimo de profesores para determinada cantidad de estudiantes o que tengamos una mínima noción de cómo leer resultados arrojados por distintas formas de evaluación para tomar decisiones formativas que mejoren el aprendizaje. De igual manera, tenemos que seleccionar lecturas, analizarlas y trabajarlas con los estudiantes o hacer uso de ellas para la preparación de los contenidos, lo cual exige que podamos interpretar, analizar y asumir una posición crítica frente a los textos.

el docente es ante todo un intelectual, sobre quien recae la responsabilidad principal de formar académicamente a los estudiantes. Mi función como profesora tiene como base la enseñanza y el aprendizaje, no el cuidado de mis estudiantes, pues los colegios no son guarderías, sino centros de conocimiento.

Por lo anterior, mi crítica no se dirige hacia la fuerza dada a las situaciones a las que se puede enfrentar un docente porque las relaciones entre los miembros de la institución sean problemáticas. Mi postura frente a la prueba se dirige hacia la poca importancia dada a la formación disciplinar de los profesores. Esta situación es grave para mí, puesto que entiendo el quehacer docente como una labor fundamentalmente académica y no de cuidado. Es decir, el docente es ante todo un intelectual, sobre quien recae la responsabilidad principal de formar académicamente a los estudiantes. Mi función como profesora tiene como base la enseñanza y el aprendizaje, no el cuidado de mis estudiantes, pues los colegios no son guarderías, sino centros de conocimiento. Y aunque es cierto que el cuidado de mis estudiantes y procurar relaciones sanas es un deber que tenemos los docentes, no es el deber más importante, puesto que no nos formamos para ser cuidadores, sino para enseñar.

En definitiva, esperaba que en la prueba fuera evidente que más que una cuidadora, yo soy una profesional cuya formación intelectual debe ser especial, puesto que me dedico a la construcción y comunicación del conocimiento.

En consecuencia, esperaba que hubiera una interpelación igual de importante hacia mis habilidades para reconocer las necesidades de la comunidad y, con base en ello, seleccionar las didácticas más adecuadas para enseñar los contenidos que sí o sí debo dar a conocer a mis estudiantes porque están regulados por el sistema educativo colombiano. Esperaba también que yo fuera evaluada no sólo en mis habilidades interpersonales, sino también en los conocimientos disciplinares y competencias adquiridas en mis estudios de pregrado y posgrado frente a mi área de conocimiento. En definitiva, esperaba que en la prueba fuera evidente que más que una cuidadora, yo soy una profesional cuya formación intelectual debe ser especial, puesto que me dedico a la construcción y comunicación del conocimiento.

Es una labor también nuestra, como docentes, reafirmar la profesionalización de la docencia restableciendo el papel del docente como la labor de un intelectual.

Mi conclusión frente a lo que el Estado evaluó en la prueba y, por lo tanto, lo que espera de quienes obtengan una vacante es que las expectativas frente a la docencia se concentran en que seamos muy buenos asumiendo responsabilidades y resolviendo conflictos, pero no es igual de importante que seamos aptos para crear conocimiento, saber cómo enseñarlo ni saber qué énfasis disciplinar darles a los conocimientos específicos según los contextos particulares del colegio. En definitiva, nuestra labor intelectual es secundaria frente a nuestra labor de cuidado, por lo cual la formación en teorías del aprendizaje, didácticas y contenidos es irrelevante. Supongo que eso puede ser suplido sacando fotocopias de libros de textos o descargando artículos de Wikipedia. Es una labor también nuestra, como docentes, reafirmar la profesionalización de la docencia restableciendo el papel del docente como la labor de un intelectual.

Decrecimiento para vivir sabroso

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Recuerdo que mientras cursaba mi carrera de economía, en la clase de cierre de semestre de una de las macros, el profesor Juan Neira nos habló del decrecimiento. Lo hizo después de explicar todo el modelo de demanda agregada y resaltar la importancia del crecimiento económico para activar el empleo y reducir la pobreza. Para comprender mejor este modelo se debe tener en cuenta que la economía tiene grosso modo dos preguntas importantes: la primera, cómo se produce y la segunda, cómo se distribuye.

Bajo esta lógica se ha pensado la economía teniendo como base la generación incesante de valor agregado el cual es medido por el índice del Producto Interno Bruto (PIB) y cuyo crecimiento es el que nos ocupa.

En el sistema capitalista, la producción está orientada por la iniciativa de la empresa privada y el sistema de mercado se ha mostrado como el mecanismo más eficiente para abastecer la amplia demanda de mercancías que a diario consumimos de manera casi enfermiza; básicamente, quien tenga dinero en sus manos puede acceder a la compra de cualquier bien o servicio que elija “libremente”. La segunda pregunta, está orientada a la distribución y, por tanto, es una discusión política que nos recuerda los amplios debates entorno al manejo de la política fiscal y tributaria, es decir, la forma de decidir quiénes pagan impuestos y cómo se distribuyen los recursos públicos a partir de la inversión estatal y la política social.

Bajo esta lógica se ha pensado la economía teniendo como base la generación incesante de valor agregado el cual es medido por el índice del Producto Interno Bruto (PIB) y cuyo crecimiento es el que nos ocupa. De hecho, hasta este momento ningún país ha salido de esta lógica; China y Rusia, por ejemplo, mantienen la preocupación por sus altas tasas de crecimiento que garantizan la competencia frente a las otras potencias económicas; es decir, no cuestionan las formas de producción y reproducción del capital, sino las formas de distribución de la riqueza generada.

Aunque en la teoría económica reciente se plantea, por economistas como Jeffrey Sachs, el modelo de desarrollo humano y sostenible, marco teórico de los ODS, éste es apenas un “pañito de agua tibia” frente al riesgo estructural que enfrentamos.   

Esta lógica del crecimiento por el crecimiento que, parafraseando a Edward Abbey, se asemeja a la ideología de la célula cancerígena, ha dejado en la sociedad contemporánea dos problemas graves: el primero obedece al cambio climático irreversible que en tan solo una semana de verano en España dejó la muerte de 510 personas por oleadas de calor y que hoy tiene a 33 millones de personas inundadas en Pakistán,  convirtiéndose, además, en una amenaza inminente a la soberanía alimentaria del mundo. Aunque en la teoría económica reciente se plantea, por economistas como Jeffrey Sachs, el modelo de desarrollo humano y sostenible, marco teórico de los ODS, éste es apenas un “pañito de agua tibia” frente al riesgo estructural que enfrentamos.   

El segundo problema, son las altas tasas de desigualdad económica, fenómeno ampliamente estudiado por Thomas Piketty, y que, según Joseph Stiglitz, durante la recuperación económica de Estados Unidos del 2009 al 2012, el 90% del aumento de la riqueza se quedó en las manos del 1% de la población más rica. Esta situación se profundizó con la pandemia, arrojando las siguientes cifras: “el 10% de la población más rica concentra ya el 52% de las rentas y el 76% de la riqueza del planeta, mientras que el 50% más pobre solo capta el 8% de los ingresos y el 2% del patrimonio.”

en redes circulaba un mensaje del marxista Frederic Jameson que decía “es más fácil imaginar el fin del mundo que imaginar el fin del capitalismo”

Con todo esto, cabe preguntarnos: ¿Qué pasa si se detiene ese flujo de generación de valor? Es decir, ¿Qué pasa si abandonamos la lógica del crecimiento por el crecimiento? Durante la pandemia, la economía tuvo un pequeño freno y en redes circulaba un mensaje del marxista Frederic Jameson que decía “es más fácil imaginar el fin del mundo que imaginar el fin del capitalismo”. Quizá esta es la razón por la cual la frase mencionada ayer por la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, sea tan controversial al punto que al mismo presidente Gustavo Petro tuvo que salir a hablar sobre el Decrecimiento. Incluso, en una entrevista realizada en la mañana del 2 de septiembre, en la W Radio, a una profesora de la Universidad de Los Andes, se evidencia la confusión que acompaña la polémica entre crecer de manera desacelerada, alcanzar un “estado estacionario” y el decrecimiento como paradigma.

Pero ¿Qué es exactamente lo que propone el decrecimiento? Primero hay que decir que es una teoría que se ha desarrollado desde la década de 1.970 y que tiene como al gran expositor a Serge Latouche, quien propone ocho cambios:

“Revaluar los valores en la sociedad, Reconceptualizar conceptos como pobreza y riqueza o escasez y abundancia, Reestructurar el aparato de producción y las relaciones sociales en función del cambio de valores, Redistribuir las riquezas y el acceso al patrimonio natural entre Norte y Sur y dentro de casa sociedad, Relocalizar la producción de bienes esenciales, Reducir producción y consumo para disminuir su impacto en la biosfera, Reutilizar y Reciclar, reduciendo el despilfarro y combatiendo la obsolescencia programada”.

Además de estos postulados, el profesor Carlos Taibo, propone la desjerarquización, la desurbanización, la destecnologización, la despatriarcalización, la descolonización, la descomplejización y la desmercantilización de mentes y sociedades, elementos que claramente no se pueden transformar bajo un decreto presidencial o a través de políticas públicas, por muy estructuradas que parezcan. En este sentido, la propuesta no es meramente económica, la trasciende al buscar cambios estructurales a nivel social y político, cambios en los valores sociales para que podamos reevaluar la forma de interactuar en una sociedad con mercado y no de mercado, lo cual abre campo a nuevas formas de pensar el comercio justo; el consumo responsable; la producción agroecológica; la economía del cuidado; y en general, si se quisiera englobar en una categoría: la economía solidaria, social, y popular.

Que no solo generen los medios de vida suficientes para los habitantes de los territorios más empobrecidos sino las acciones para la necesaria adaptación al cambio climático. Es decir, una verdadera apuesta para vivir sabroso.

Dicho lo anterior, no es extraño que sea la ministra más cercana a nuestra vicepresidenta Francia Márquez quien ponga sobre la mesa esta afortunada discusión. La economía solidaria y las formas de interactuar alrededor de ella vuelven los ojos al desarrollo local desde los saberes ancestrales, desde las cosmogonías ligadas al disfrute del territorio y desde las formas de vida más tranquilas, que desde la recomposición del tejido social fragmentado por el conflicto armado, promuevan redes de comercio justo, consumo responsable y producción agroecológica. Que no solo generen los medios de vida suficientes para los habitantes de los territorios más empobrecidos sino las acciones para la necesaria adaptación al cambio climático. Es decir, una verdadera apuesta para vivir sabroso.

Una vez más, celebro que la ministra ponga sobre la mesa esta discusión que, además, servirá de insumo para la última clase a mis estudiantes de economía de este semestre. Sean bienvenidas siempre todas las discusiones.