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No nos matemos: esa es la reconciliación

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no significa que nos tengamos que volcar a las calles a abrazar policías, subir esas selfies a las redes sociales, ni mucho menos que debamos establecer relaciones sexo-afectivas con uribistas. 

He leído algunos comentarios que dicen que Gustavo Petro se está regalando al uribismo por sus mensajes de diálogo, así que esta reflexión tiene dos propósitos, el primero es dar un parte de tranquilidad y el segundo es profundizar en esto de la reconciliación.

Pueden respirar con tranquilidad, que en el país se empiece a hablar de reconciliación, de dialogar con rivales y de un acuerdo sobre lo fundamental, no significa que nos tengamos que volcar a las calles a abrazar policías, subir esas selfies a las redes sociales, ni mucho menos que debamos establecer relaciones sexo-afectivas con uribistas. 

Dicho esto y ya con calma, les propongo esta revisión rápida, grosera y pandita de algunos elementos para entender muy por encima este tema. Como siempre, insisto que este no es un artículo académico, sino que es una reflexión, un artículo de opinión. 

También decía que a los enemigos del tipo pirata se les debe acabar, mientras que a los partisanos se les debe escuchar y reconocer como oponentes válidos.

Para arrancar, vale la pena retomar al teórico del nazismo, al jurista Carl Schmitt. Él decía que hay dos tipos de enemigos, los primeros son los piratas, personas o agrupaciones de personas que buscan la simple y llana destrucción. El otro tipo es el de los partisanos que son personas que se oponen al orden establecido y para ello plantean unas reivindicaciones claras. También decía que a los enemigos del tipo pirata se les debe acabar, mientras que a los partisanos se les debe escuchar y reconocer como oponentes válidos.

Muchos años después, el filósofo Giorgio Agamben recuperó una categoría usada por los romanos, se trata del Homo Sacer. El homo sacer representa un enemigo para la comunidad, no es hombre, pero tampoco es completamente una bestia, es un hombre lobo. Como no es un hombre y representa una amenaza, es válido acabarlo.

en Colombia llegó primero el anticomunismo antes que el mismo comunismo, siendo la iglesia, las élites y la fuerza pública las llamadas a exterminarlo.

Dice el historiador inglés Malcolm Deas que en Colombia llegó primero el anticomunismo antes que el mismo comunismo, siendo la iglesia, las élites y la fuerza pública las llamadas a exterminarlo. Así se configuró un enemigo común en cualquiera que criticara el orden establecido, sin que necesariamente fuera comunista. Esta lógica marcó todo el siglo xx.

Durante la hegemonía uribista el enemigo común no solo fue la insurgencia, también los  liderazgos sociales, las comunidades empobrecidas, el estudiantado, etc. Se podría decir que este enemigo común se entendía, siguiendo las categorías de Schmitt y Agamben, como piratas y homo sacer. No era necesaria una interlocución con ellos y era válido su exterminio, basta ver, por ejemplo, la mano de Iván Ríos, quien fuera integrante de las Farc, o los 6.402 jóvenes presentados como falsos positivos, en ambos casos, más allá de las diferencias, sus cuerpos fueron despojados de humanidad y se presentaron como trofeos.

Se podría decir que este enemigo común se entendía, siguiendo las categorías de Schmitt y Agamben, como piratas y homo sacer. No era necesaria una interlocución con ellos y era válido su exterminio

La invitación de Gustavo Petro es a entender al enemigo como partisano, e incluso va un poquito más allá, porque no busca la eliminación espontánea del conflicto y una especie de consenso universal, sino que entiende a sus opositores como interlocutores válidos, a quienes es necesario escuchar, eso representa un cambio enorme con la forma en la que las élites lo han hecho a lo largo de la vida republicana.

eso representa un cambio enorme con la forma en la que las élites lo han hecho a lo largo de la vida republicana.

La filósofa y politóloga belga, Chantal Mouffe señala que la teoría política liberal asume que la finalización del conflicto se logra con la construcción de un consenso universal, eso de entrada suena muy bien, pero resulta que el consenso es la negación del conflicto a lo maldita sea, como si bastase con la invocación del fin de la polarización o con cerrar los ojos para que se pudiera acabar. Porque la política no es solo una práctica racional e individualista, llevada a cabo por seres más parecidos a robots que a la humanidad, como a veces creen los liberales, la política también son pasiones y colectividades, es el conflicto por la realización de proyectos de sociedad diferentes.

El conflicto en una sociedad democrática no debe ser eliminado, todo lo contrario, debe ser reconocido y legitimado, la cuestión es que en Colombia lo hemos reducido a la violencia armada.

El conflicto en una sociedad democrática no debe ser eliminado, todo lo contrario, debe ser reconocido y legitimado, la cuestión es que en Colombia lo hemos reducido a la violencia armada. ¿Qué implica reconocer el conflicto? Simple: entender como interlocutor válido al adversario quien se tiende a ver como un enemigo al que hay que suprimir del mapa. Dice Chantal Mouffe:

”lo importante es que el conflicto no adopte la forma de un “antagonismo” (una lucha entre enemigos) sino la forma de un “agonismo” (una lucha entre adversarios)”.

La invitación del presidente Gustavo Petro es acabar con esa lógica de exterminio del otro; reconocer la pluralidad y diversidad del país; llegar a acuerdos básicos para garantizar vida y dignidad, lo que es muy diferente a consensos vacíos, traiciones y cosas de esas en las que tanto insisten opinadoras y opinadores de los medios corporativos de comunicación.

No siendo más, estemos en la juega para no copear de visajes y analizar realidades.

*No me corrijan la palabra “copear”, al hacerlo están copeando de visajes.

¿Veeduría ciudadana o exigir que Roma se construya en un día?

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Es decir, un gran número de ciudadanos hicieron público su compromiso con tener los ojos encima del gobierno entrante, analizarlo con mirada crítica y exigir el cumplimiento de las propuestas.

Después de que se conocieran los resultados de las elecciones presidenciales en Colombia, en las redes sociales no sólo hubo publicaciones a favor o en contra de los resultados, sino que también resaltaron un tipo especial de publicaciones novedosas: aquellas que insisten en que después de la victoria del Pacto Histórico lo que queda es un gran compromiso con la veeduría. Es decir, un gran número de ciudadanos hicieron público su compromiso con tener los ojos encima del gobierno entrante, analizarlo con mirada crítica y exigir el cumplimiento de las propuestas.

es la actitud que todos los ciudadanos deberíamos tener en sociedades democráticas, pues hacer un seguimiento estricto y juicioso de nuestros representantes es lo que hace de la ciudadanía un ejercicio activo y no pasivo.

Afirmo que estas publicaciones son novedosas porque después de la victoria de los anteriores gobiernos no se presentó tanta insistencia por parte de los ciudadanos afines en la necesidad de una veeduría crítica. Esto es característico de Latinoamérica: cuando un gobierno llamado de izquierda o progresista asciende al poder, la ciudadanía exige con ahínco el cumplimiento de las propuestas. Esta no es una actitud negativa. Al contrario, es la actitud que todos los ciudadanos deberíamos tener en sociedades democráticas, pues hacer un seguimiento estricto y juicioso de nuestros representantes es lo que hace de la ciudadanía un ejercicio activo y no pasivo. Sin embargo, llama la atención que esta actitud sólo resalte con esplendor cuando el gobierno elegido es de tendencia progresista y no neoliberal o de derecha. ¿Cuál es la razón de esta diferencia?

llama la atención que esta actitud sólo resalte con esplendor cuando el gobierno elegido es de tendencia progresista y no neoliberal o de derecha.

La primera razón que puede explicar esta tendencia es que con los gobiernos progresistas lo que triunfan son las propuestas de transformación, en un continente en el cual la alternancia del poder no ha sido posible, porque los líderes de izquierda que ascienden al poder son una extraña excepción si se visualizan desde la historia de cada país. Es decir, lo común al analizar las propuestas políticas de los dirigentes en Latinoamérica es que en su grandísima mayoría son compatibles con posiciones de derecha y sus propuestas económicas tienden hacia el neoliberalismo (al menos ha sido así desde finales del siglo pasado). En Colombia, por ejemplo, Gustavo Petro se ha convertido en el primer presidente de la historia del país cuyas posturas políticas tiendan más hacia la izquierda. En este sentido, él al igual que los demás gobiernos progresistas en Latinoamérica representan una ruptura con el estado actual de las cosas.

Gustavo Petro se ha convertido en el primer presidente de la historia del país cuyas posturas políticas tiendan más hacia la izquierda. En este sentido, él al igual que los demás gobiernos progresistas en Latinoamérica representan una ruptura con el estado actual de las cosas.

¿Qué implicaciones tiene esta ruptura? En primer lugar, que las expectativas sean demasiado altas, pues por primera vez los que no han sido escuchados sienten que alguien los representa. En segundo lugar, que los defensores del status quo aúnen esfuerzos para recuperar el poder y así imposibilitar los cambios con los cuales no concuerdan. En tercer lugar, que los medios de comunicación afines con el status quo (esto es característico de los medios masivos de comunicación) exageren y enfaticen en los errores del gobierno, mientras invisibilizan o tratan como nimiedades los logros alcanzados en materia social y económica. Estas han sido las tendencias en los países en los cuales han llegado al poder gobiernos alternativos. Teun Van Dijk, uno de los lingüistas más importantes en la contemporaneidad, insiste en la relevancia del análisis de los discursos desde una perspectiva del poder, justamente porque los medios usan el lenguaje para construir percepciones. Lo que se dice y lo que no se dice responde a intereses de clase, pues los medios masivos son propiedad de las clases más favorecidas quienes suelen ser defensoras del status quo.

Teun Van Dijk, uno de los lingüistas más importantes en la contemporaneidad, insiste en la relevancia del análisis de los discursos desde una perspectiva del poder, justamente porque los medios usan el lenguaje para construir percepciones. Lo que se dice y lo que no se dice responde a intereses de clase, pues los medios masivos son propiedad de las clases más favorecidas quienes suelen ser defensoras del status quo.

Teniendo en cuenta lo anterior, este escrito pretende ser una invitación para que los ciudadanos, sin renunciar a nuestro papel activo como veedores y sin dejar de exigir al gobierno entrante que cumpla con lo prometido, tengamos cuidado, pues podemos caer en el juego de poder que ha llevado a que el progresismo en otros países sea una realidad de un gobierno y luego los cambios prometidos se estanquen, ya que el siguiente gobierno vuelve a ser de derecha.

¿En qué consiste este juego? En primer lugar, consiste en no tener la capacidad de diferenciar entre los distintos poderes y, por lo tanto, exigir al presidente que haga lo que no puede hacer. El presidente pertenece a la rama ejecutiva, mas no a la legislativa. Por lo tanto, el presidente puede formular proyectos de ley, pero no está en sus manos la aprobación de dichos proyectos. Por ese motivo, durante la campaña del Pacto Histórico fue muy importante la insistencia en que las elecciones para Senado y Cámara eran tan relevantes como las presidenciales, ya que sin una mayoría afín los proyectos de ley se iban a quedar en eso: en proyectos o propuestas.

los cambios de un país, especialmente cuando son cambios estructurales, no pueden ocurrir de la noche a la mañana sin que esto produzca crisis económicas. Las transformaciones estructurales requieren una implementación paulatina.

En segundo lugar, este juego también consiste en exigir que los cambios prometidos se vean ya, en el corto plazo. La realidad es que Roma no se construyó en un día. Así mismo, los cambios de un país, especialmente cuando son cambios estructurales (la política ambiental, el funcionamiento del sistema tributario, las prioridades de los Estados, la política social, entre otros), no pueden ocurrir de la noche a la mañana sin que esto produzca crisis económicas. Las transformaciones estructurales requieren una implementación paulatina. Por lo cual, esperar que un gobierno en 4 años cambie la forma como el país ha funcionado en toda su historia no es solo utópico e ingenuo, sino injusto, puesto que exige más de lo que es posible. Para que estas transformaciones sean posibles se necesita iniciar el proceso de cambio y sostenerlo en el tiempo, lo cual sólo es posible si después de Petro sigue un gobierno afín con sus posturas políticas.

exigir en las justas proporciones y con la sensatez comandando nuestras críticas. Hay que reconocer las limitaciones y posibilidades con las que cuenta el gobierno de Gustavo Petro para cumplir con lo prometido.

Por las razones anteriormente expuestas, se concluye que el camino que debemos transitar no consiste en sobreexigir al gobierno entrante, sino exigir en las justas proporciones y con la sensatez comandando nuestras críticas. Hay que reconocer las limitaciones y posibilidades con las que cuenta el gobierno de Gustavo Petro para cumplir con lo prometido. En este sentido, hay que tener la capacidad crítica para centrarse en lo que no se puede hacer porque él no quiere cumplir y lo que no se puede hacer porque el legislativo se lo impide. La sobreexigencia, es decir, una exigencia irracional y que no tiene en consideración el funcionamiento del poder, puede llevar a que en cuatro años -en gran medida por la manipulación mediática- las personas concluyan que el gobierno no hizo nada, así como llegaron a esa conclusión culminada la alcaldía de Gustavo Petro en Bogotá y así como han llegado a esa conclusión en otros países latinoamericanos. Esta sobreexigencia que no se lleva a cabo en los gobiernos tradicionales y sí en los alternativos ha sido la causa del estancamiento de un proceso de transformación, que no sólo necesitamos sino que ahora, con los resultados electorales, sabemos que queremos.  

ABC para entender qué pasa en Ecuador: movilizaciones 2022

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A continuación, les compartimos algunos elementos generales que nos permiten entender qué está pasando en Ecuador. 

A. Los antecedentes

Para entender el estallido social en Ecuador es importante tener en cuenta dos cosas: la primera es que entre 1996 y 2005 fueron depuestos tres presidentes por medio de movilizaciones sociales. El gobierno de Rafael Correa fue el más estable con una duración de 10 años, en el que también se presentaron grandes movilizaciones contra su modelo desarrollista.

La segunda es: en 2019 el gobierno de Lenin Moreno implementó un conjunto de medidas neoliberales conocidas como “el paquetazo económico”, que era exigido por el Fondo Monetario Internacional para la realización de un préstamo al Estado ecuatoriano. La respuesta a estas medidas fue una serie de movilizaciones convocadas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador —CONAIE— y de las centrales sindicales.

Por su parte, Moreno decretó estado de excepción, estado de sitio y toque de queda, para atacar el ejercicio de la protesta dejando como saldo miles de personas detenidas y manifestantes asesinados por la policía.

Las consignas entonces eran: “Ni Correa, ni Moreno; ni Nebot ni Lasso; el pueblo está contra el paquetazo”.

Aquí les dejamos el artículo ¿Qué está pasando en Ecuador? sobre las protestas de 2019.

En el gobierno de Lasso la canasta familiar cuesta cerca de $730 dólares, mientras el salario mínimo está en $425 dólares. Para enfrentar la pandemia Lasso prometió un aumento de $100 dólares a los salarios, pero no dijo que serían diferidos en cuatro años.

El presidente avanzó en la precarización laboral con un régimen de común acuerdo, para que las partes modifiquen las condiciones laborales, como si empleadores y empleados estuvieran en igualdad de condiciones.

B. La Convocatoria

El 11 de junio de 2021, el 5 de agosto de 2021, el 4 de octubre de 2021 y el 10 de noviembre de 2021 fueron presentadas por la Conaie —Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador— al gobierno ecuatoriano las que son hoy las demandas de la movilización, pero ante la negativa de Lasso para encontrar soluciones conjuntas, se adelantó la convocatoria de movilización.

Para el 13 de junio fue convocada una gran movilización por parte de la Conaie para exigir soluciones a los siguientes puntos:

  1. Reducción y no más subida del precio de los combustibles
  2. Moratoria de 1 año en el sistema financiero para que las familias paguen sus deudas
  3. Precios justos en los productos del campo
  4. Empleo y derechos laborales
  5. No minería en territorios indígenas ni fuentes de agua
  6. Respeto a los 21 derechos colectivos
  7. No privatización de sectores estratégicos
  8. Políticas de control y especulación de precios
  9. Presupuesto urgente para salud y educación
  10. Generación de políticas públicas de seguridad y protección

A esta convocatoria se fueron sumando más sectores, como los colectivos antiextractivos de todo el país, para rechazar la entrega de 2.278.817 hectáreas de Ecuador a compañías mineras sin consultar a las comunidades afectadas.

El presidente Guillermo Lasso adelantó una serie de acciones para deslegitimar la jornada de protesta. En un video publicado el 12 de junio, habló de lo dura que fue la pandemia para el país y lo difícil que era superar esa crisis:

“no podemos permitir que grupos políticos que buscan desestabilizar y pescar a río revuelto, paralicen nuevamente al país. Parar es lo peor que podemos hacer cuando estamos empezando a reactivarnos, a trabajar para salir de la crisis. Todos nos hacemos daño con una protesta violenta (...)”.

El 13 de junio a las 3:37 en la vía Cuenca-Loja, en las poblaciones que conforman la Unión de Comunidades del Azuay —Ucia— en el cantón de Nabón, se presentaron los primeros bloqueos, inaugurando así un nuevo estallido social.

C. El Estallido Social

Lo que empezó como una convocatoria de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, se convirtió en una jornada ampliada de protesta, en la que participaron movimientos estudiantiles y feministas. A los 10 puntos centrales de convocatoria se sumó la liberación de las mujeres detenidas en las movilizaciones del 8M.

https://www.instagram.com/p/CeyaDvvL22V/?utm_source=ig_web_copy_link

En la madrugada del 14 de junio fue detenido de manera ilegal el líder de la Conaie Leonidas Iza , en el sector de Lasso en la provincia de Cotopaxi. Fue liberado después de 24 horas y presión social.

Todos los días han estado marcados por la violencia policial y la satanización del ejercicio de la protesta. El 17 de junio el presidente Guillermo Lasso expidió el Decreto 455 de 2022, que declaraba el estado de excepción por 30 días y toque de queda en Quito entre las 9 pm y las 5 am. El 20 de junio lo derogó y entró en vigencia el Decreto 459 que amplía la medida a más provincias e incluye el estado de emergencia.

Hasta la fecha se reportan 74 personas heridas, 79 detenciones y por lo menos 2 personas fallecidas. Entre las víctimas se encuentran personas adultas mayores y niñes.

Pese a que las movilizaciones han sido pacíficas, la fuerza pública las ha atacado indiscriminadamente, las denuncias las han hecho con los HT #QuitoBajoAtaque, #ParoNacionalEc2022, #ParenLaMasacre.

Noticia en desarrollo.

La noche de la victoria y el nacimiento de una nueva patria

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La noche del 19 de junio fue de fiesta popular. De Nariño a Bogotá, de la costa atlántica a la costa pacífica, habitantes de barrios y veredas salieron de sus casas para encontrarse con un sentimiento nunca antes vivido en Colombia desde la orilla del cambio: el sentimiento de la victoria.

La misma fiesta popular que se vivió en las jornadas de protesta del estallido social contra el no futuro, se sintió en un día en el que el futuro parecía abrirse.

La misma fiesta popular que se vivió en las jornadas de protesta del estallido social contra el no futuro, se sintió en un día en el que el futuro parecía abrirse. Literalmente se trató del baile de los que sobran: de las juventudes precarizadas y desempleadas, de las generaciones que llevan años luchando y vivieron el peso de la desaparición, la tortura o el asesinato; de madres cabeza de familia, vendedores informales, meseras, cocineras; de millones de personas para las que la política no era más que un mecanismo de despojo de recursos y derechos, y no una expresión de cambio y apertura democrática.

Se agitaron las banderas de Colombia al igual que en el paro nacional, y también banderas de los pueblos indígenas, e incluso la bandera del M-19. Las personas se tomaron cuadras, vías principales y plazas para gritar al unísono “¡Sí se pudo!”.

El 19 de junio del 2022 la bandera estuvo asociada no solo a la resistencia, sino a la victoria de un nuevo gobierno que vino con la fuerza de las protestas pasadas.

Había un orgullo de patria y de cambio. La idea de patria que por años pareció reducida al eslogan del gobierno —derechista y elitista— de turno, o a la pasión futbolera, cuando la selección Colombia jugaba, se ha venido politizando con la movilización social. Se vio ya a la bandera de Colombia ondeando en las protestas del 2019, y luego en las del 2021. El 19 de junio del 2022 la bandera estuvo asociada no solo a la resistencia, sino a la victoria de un nuevo gobierno que vino con la fuerza de las protestas pasadas.

La foto de Gustavo Petro y Francia Márquez, teniendo como telón de fondo las imágenes de la fiesta popular con banderas de Colombia, lleva a pensar en esa patria que se disputa y se construye. Gustavo Petro viene a representar la tradición de una fuerza política, el M-19, que reivindicó una propuesta de izquierda nacionalista y popular en los años 70’s, 80’s y 90’s del siglo XX. Una generación de personas que va de los 50 a los 70 años de edad, y a la que se suman también personas de otras organizaciones de la izquierda histórica y del liberalismo.

En estas dos tradiciones de la historia por el cambio, confluye el torrente de luchas indígenas, afro, estudiantiles, y de los últimos paros ciudadanos que sacudieron al país.

Por su parte, con Francia Márquez llega a la política electoral y al gobierno, la experiencia del movimiento social que se fortaleció en los años 90’s y los 2000. El movimiento social territorializado, que incluyó a la lucha por la tierra la lucha por el ambiente. Y con Francia también llegan las luchas antipatriarcales y LGBTQ+, y de los sectores intelectuales que desde la academia defienden posturas críticas, y se han visto conmovidos por lo que la actual vicepresidenta representa.

En estas dos tradiciones de la historia por el cambio, confluye el torrente de luchas indígenas, afro, estudiantiles, y de los últimos paros ciudadanos que sacudieron al país. Hay una síntesis de una nueva construcción de patria que llega al gobierno. Una patria que toma distancia del militarismo y el conservadurismo. Una patria viva, abierta y en movimiento, anclada en las culturas del país antes que en consignas vacías o símbolos de museo. Una patria vinculada a la democracia real y a la alegría popular, antes que a las elites blanqueadas que se la apropiaron desde el inicio de la república. Un espíritu nacional como el que expresaba, de forma premonitoria, Jaime Bateman y el M-19 hace más de 40 años, cuando hablaban de la importancia de nacionalizar la idea de revolución. 

Una patria que toma distancia del militarismo y el conservadurismo. Una patria viva, abierta y en movimiento, anclada en las culturas del país antes que en consignas vacías o símbolos de museo.

En el Chile de Salvador Allende, y en las izquierdas de ese tiempo, la patria tuvo un fuerte vínculo con el cambio social. Hoy esa relación  se activa en el país, ya no desde un pequeño sector social sino desde millones de personas.

En 1976, la agrupación chilena Quilapayún le puso música al poema “Mi patria” del escritor y profesor Fernando Alegría. En ese momento la canción sonó para ambientar la derrota del proyecto del Nuevo Chile, liderado por la Unidad Popular. La canción daba cuenta, precisamente, de esa conexión entre Patria y cambio social. Hoy en Colombia, pese a ser otra historia y geografía, esa letra parece cobrar sentido en una perspectiva de mayorías:

Patria, luz y bandera
de los puños alzados,
volverás a florecer,
volverás a renacer.

Pensar en los que ya no están, votar por quienes quedan

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En una entrevista que le hicieron a Gustavo Petro le preguntaron que, de ganar la presidencia el 19 de junio, qué haría esa tarde del domingo o el lunes siguiente. Entre otras cosas, dijo que buscaría un momento para estar solo y poder pensar en lo que significa la victoria; en la planeación técnica y política para dirigir al país hacia los objetivos de paz y justicia, y una cosa que destaco es que dijo que pensaría “en las generaciones que se fueron”.

Los periodistas le preguntaron por nombres, por personas concretas que ya no están, pero que recordaría en ese momento de soledad y reflexión sobre la victoria electoral de un candidato que no hace parte de las familias y castas tradicionales que han gobernado y, al contrario, sí hace parte del variopinto y heterogéneo mundo de las izquierdas políticas colombianas.

un candidato que no hace parte de las familias y castas tradicionales que han gobernado y, al contrario, sí hace parte del variopinto y heterogéneo mundo de las izquierdas políticas colombianas.

Mientras esperaba la respuesta, pensé que podría decir que pensaría en los 6.402 dos jóvenes que fueron víctimas de ejecuciones extrajudiciales, pensé en Teófilo Acuña, líder campesino digno y valiente que fue asesinado el 22 de febrero de este año por ejercer ese liderazgo, por defender los playones y las ciénegas del Sur de Bolívar de la apropiación ilegal a manos de grandes terratenientes.

Creo que, como yo, muchas de quienes escuchamos esa entrevista, nos conmovimos con la pregunta y le dimos una respuesta, nuestra propia respuesta.

Creo que, como yo, muchas de quienes escuchamos esa entrevista, nos conmovimos con la pregunta y le dimos una respuesta, nuestra propia respuesta. Porque pensar en los que ya no están, para quienes conocen y, sobre todo, para aquellas y aquellos que han vivido la escabrosa historia de exterminio y violencia que han sufrido las izquierdas en el país, tiene como respuesta miles de nombres, miles de mujeres y hombres, jóvenes y viejos que han muerto por la persecución sistemática del Estado y sus mecanismos de represión, llámese grupos paramilitares o fuerza pública; mujeres y hombre que ya no están por culpa de una guerra que han azuzado desde las ciudades sin consideración  a que quienes se disparan en el campo, en las montañas y las selvas, en su mayoría hacen parte de un mismo sector social marginado y oprimido. Hijos de familias campesinas reclutados por grupos armados llamados ilegales, o reclutados también por la fuerza pública sin tener otras oportunidades para salir de la guerra estando en cualquier bando.

Tratar de acercarse siquiera a un estimado de quienes ya no están, quienes hoy no están, es una tarea titánica. Si hablamos de candidatos presidenciales, es escandaloso en verdad recordar que en este país han matado a los candidatos liberales y de izquierdas que han tenido una posibilidad real de llegar a ese cargo de poder desde hace algo menos de un siglo, desde Gaitán hasta Pizarro y Galán; y eso ha sido luego de procesos de paz en los que la institucionalidad se ha comprometido con promover una apertura democrática.

En esa guerra que ha vivido Colombia, pensar en quienes ya no están, incluso si no les conocimos, nos hace pensar también en votar por una fórmula presidencial que intente superar no solamente esa guerra, sino en conjurar las razones de la violencia para que esta no persista y no siga cobrando más víctimas.

Si hablamos del conflicto armado, éste ha derivado en millones de muertes y millones de víctimas de violencias distintas al homicidio (más de nueve millones de víctimas hay en el registro que lleva la Unidad de Víctimas). De estos podemos nombrar sectores como el sindicalismo, el periodismo, partidos y movimientos políticos como A Luchar y la Unión Patriótica, que suman más de cinco mil militantes que fueron perseguidas y exterminadas en las dos últimas décadas del siglo pasado; también organizaciones defensoras de Derechos Humanos, liderazgos sociales, campesinos, comuneras y comuneros indígenas, reclamantes de tierras y ambientalistas asesinados que se cuentan por cientos, así como firmantes del Acuerdo de Paz más recientemente.

En esa guerra que ha vivido Colombia, pensar en quienes ya no están, incluso si no les conocimos, nos hace pensar también en votar por una fórmula presidencial que intente superar no solamente esa guerra, sino en conjurar las razones de la violencia para que esta no persista y no siga cobrando más víctimas. Y no, no estoy estratificando dolores, porque también podemos pensar en los cientos de integrantes de la fuerza pública, militares y policías que han sido víctimas mortales en los años más oscuros de una guerra degenerada. También podemos pensar en los nombres de muchas y muchas personas que murieron por causas distintas, pero en todo caso esperando un cambio en el país, probablemente un cambio por el que lucharon en sus vidas.

Pensar en quienes ya no están por las razones que sea, pensar que no están porque la violencia de Estado les silenció la vida, también nos debería llevar a pensar en quienes siguen vivas y firmes en este camino de la transformación

Petro finalmente respondió la pregunta con tres nombres de amigos de juventud, dos que murieron de vejez y enfermedad, y uno que lo acompañó en el M–19, luego lo acompañó en su vida política en el Congreso, pero posteriormente fue torturado y asesinado. Y esa parte de la entrevista se cierra con la voz del candidato entrecortada. 

Pensar en quienes ya no están por las razones que sea, pensar que no están porque la violencia de Estado les silenció la vida, también nos debería llevar a pensar en quienes siguen vivas y firmes en este camino de la transformación; muchas vidas valiosas que merecen un cambio. Las y los sobrevivientes de la persecución política y que hoy siguen en la vida pública merecen más de este país, una recompensa, porque no solamente casi nunca han ganado nada, sino que, además, han perdido mucho: familiares, amigas y amigos, amores, proyectos de vida…

Y también podemos votar para que en unos años la nostalgia de quienes no están, sea también la alegría del cambio para quienes siguen.

Apéndice. Pensar en quienes ya no están también tiene que ver con qué significaría para la historia republicana del país que llegara a la presidencia por primera vez una tendencia política proveniente de la izquierda, porque nos han obligado a pensar que ser de izquierdas es algo vergonzante, casi como si fuera malo moralmente pensarse y definirse una misma como persona de izquierdas. Este momento del país no se agota en las elecciones presidenciales. Por mucho, este es apenas un camino para el cambio, pero sin duda, este momento de la historia política que vivimos nos permite pensar también en que la izquierda colombiana se puede recomponer como una fuerza política y social deliberante y amplia, porque si bien muchas y muchos ya no están, hay otras tantas que quedan.

¡Quemar la casa! El apoyo de la élite a Rodolfo Hernández

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Un sector de las élites que ha dominado históricamente a Colombia prefiere quemar la casa antes que aceptar compartirla o permitir que alguien más viva con dignidad en ella.

Un sector de las élites que ha dominado históricamente a Colombia prefiere quemar la casa antes que aceptar compartirla o permitir que alguien más viva con dignidad en ella. Romperlo todo y conducir millones de vidas al abismo y la sin salida ha resultado siempre preferible para los dueños del poder antes que consentir la posibilidad del cambio democrático. Esta actitud destructiva, y hasta un punto auto destructiva, que se activa cuando está bajo amenaza su hegemonía es un rasgo profundamente incrustado en el alma de las clases dominantes del país, al punto que es una de las características que mejor las definen.  

Las muchas formas de excepcionalidad y estados de sitio que tanto han lastimado la legitimidad del Estado y sus instituciones, el intento de gobierno militar a mediados de la década del 50 que se les salió de control y la violencia política permanente contra los disidentes, son sólo algunas de las estrategias que pueden verificarse en el pasado nacional del último siglo y que siempre han actuado como tapones de contención frente a los impulsos colectivos que en diferentes momentos han buscado democratizar la sociedad.

con el Centro Democrático a la cabeza, se han ido encuadrando de manera supuestamente desinteresada con el proyecto improvisado, delirante, peligroso y demagógico de Rodolfo Hernández, a quien antes se le criticaba desde esas orillas pero ahora se le aplaude con benevolencia  y se exculpa por todas sus declaraciones  y actuaciones autoritarias.

Tras la derrota en primera vuelta del segundo candidato uribista (recordemos que el primero había sido, el prematuramente quemado, Oscar Iván Zuluaga) hemos visto cómo los sectores tradicionales de la política colombiana, con el Centro Democrático a la cabeza, se han ido encuadrando de manera supuestamente desinteresada con el proyecto improvisado, delirante, peligroso y demagógico de Rodolfo Hernández, a quien antes se le criticaba desde esas orillas pero ahora se le aplaude con benevolencia  y se exculpa por todas sus declaraciones  y actuaciones autoritarias. Si en primera vuelta el voto por esa candidatura pudo expresar descontento y voluntad de cambio, después del 29 de mayo su cualidad predominante es otra, la de servir de refugio a la derecha más conservadora y recalcitrante que hábilmente ha logrado vampirizar la emoción renovadora y de protesta de la mayoría de las y los ciudadanos que han creído en esa apuesta como una alternativa a las fuerzas del continuismo, al tiempo que agita los viejos miedos a las ideas alternativas y transformadoras para contenerlas y derrotarlas.

Lamento decepcionarles, pero no es magia, simplemente para quienes han mandado no importan los estragos presentes y futuros que puedan generar la decisión irresponsable de elegir a RH como presidente de Colombia, porque para ellos -como decía Goethe- esos estragos son placeres.

En el escenario de segunda vuelta -y como por arte de magia- la democracia más antigua de América Latina no está amenazada si se plantea gobernar bajo el amparo del estado de excepción y por decreto, no hay preocupaciones de Luis Carlos Vélez, D´arcy Quinn o cualquier otro periodista aliado del régimen porque un candidato dice que se limpia el culo con la ley, los opinadores y think-thanks de la derecha no se inquietan por las condenas de antes y los llamados a juicio por corrupción de ahora que ponen en entredicho la honorabilidad e idoneidad de quien aspira a manejar los destinos del país, y frente a la incertidumbre y el enigma de un programa de gobierno generalista y ambiguo no hay rumores de abandono masivo del país por parte del gran empresariado. Lamento decepcionarles, pero no es magia, simplemente para quienes han mandado no importan los estragos presentes y futuros que puedan generar la decisión irresponsable de elegir a RH como presidente de Colombia, porque para ellos -como decía Goethe- esos estragos son placeres.

La maltrecha e imperfecta democracia colombiana existe gracias a las luchas de su gente y, muy a pesar de sus élites

La maltrecha e imperfecta democracia colombiana existe gracias a las luchas de su gente y, muy a pesar de sus élites, estamos viviendo el que podría ser uno de los últimos coletazos del pacto de exclusión política de quienes mandan, fundado en la premisa de “gobernamos nosotros o la catástrofe”. En el horizonte avanza una opción política que pone en el centro la esperanza, que quiere una casa en la que quepamos todos en nuestra diversidad, este proyecto colectivo que se representa en la candidatura de Francia y Petro invita a cuidar y amar la casa común, en lugar de quemarla.

Sí, Gustavo Petro fue del M-19 ¿Y qué con eso?

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 El EME buscaba democracia real, porque estaba convencido que en un país tan jodido, oligárquico, corrupto y desigual como Colombia, eso ya era algo revolucionario

Gustavo Petro fue un guerrillero. Sí. Es algo que no se puede negar. Fue un guerrillero del M-19. El EME fue una organización insurgente fundamentalmente urbana. Muchas de las personas que integraron ese movimiento fueron habitantes comunes y corrientes de los barrios de algunas de las principales ciudades del país. También trabajadores del Estado, periodistas, campesinos, o, como en el caso de Petro, líderes comunales con algún cargo menor de elección popular.

En el M-19 había personas que comulgaban con la ANAPO, la organización del general Rojas Pinilla; también liberales de la línea gaitanista; socialistas cansados de las organizaciones de izquierda radical del momento, y gente que, más allá de las etiquetas políticas, creía que la democracia colombiana era de mentiras.

El M-19, o Movimiento 19 de Abril, proponía algo simple: democracia, pero democracia real, con participación de verdad de la población, y con garantías para que la ciudadanía viviera bien, con dignidad.

Era entonces un movimiento popular, con algunos militantes en armas, en donde participaban, incluso, familias enteras que simpatizaban con acciones tan simples como el reparto de leche y comida en barrios empobrecidos poblados de empleadas del servicio, obreros, vigilantes, sastres, carpinteros, y estudiantes.

El M-19, o Movimiento 19 de Abril, proponía algo simple: democracia, pero democracia real, con participación de verdad de la población, y con garantías para que la ciudadanía viviera bien, con dignidad. Por eso el mensaje caló tanto en los barrios populares y de clase media de Bogotá o Cali, o en municipios como Zipaquirá, del que Petro fue concejal en su juventud.

El M-19 nació como una expresión de protesta, luego de que en 1970 el conservador Misael Pastrana le robara las elecciones al general Rojas Pinilla. Rojas no fue precisamente de izquierda, más bien era un tipo conservador que durante la década de los 60s profundizó su discurso nacionalista, crítico de la oligarquía, y con una agenda social orientada a las clases medias y populares.

No era una organización que buscara hacer de Colombia una Cuba, China, Unión Soviética, Albania, o Yugoslavia.

El que el M-19 naciera por ese motivo ya daba cuenta de su carácter. No era una organización que buscara hacer de Colombia una Cuba, China, Unión Soviética, Albania, o Yugoslavia. Tampoco buscaba que fuera como un país empobrecido de África o Latinoamérica. Esta insurgencia tenía otra cosa en mente, algo parecido a los modelos socialdemócratas de los países europeos, pero «a la colombiana», al ritmo de cumbias, vallenatos y bambucos, como solía decir su comandante Jaime Bateman.

Petro fue militante del M-19, es cierto, de una organización hereje para la izquierda del momento, que quería parecerse más a su gente y a su nación que a cualquier modelo extranjero.  El EME buscaba democracia real, porque estaba convencido que en un país tan jodido, oligárquico, corrupto y desigual como Colombia, eso ya era algo revolucionario.

al día de hoy, sigue siendo recordado con cariño por millones de personas que vieron en su bandera pintada de azul, blanco y rojo, un futuro viable, amplio, diverso y realmente democrático, con justicia social.

Petro integró una organización que se la jugó toda por lograr que la constitución de 1991 fuera la carta de derechos que conocemos hoy, más allá de los goles que le metieron los sectores tradicionales y el uribismo. Fue de un movimiento que, al día de hoy, sigue siendo recordado con cariño por millones de personas que vieron en su bandera pintada de azul, blanco y rojo, un futuro viable, amplio, diverso y realmente democrático, con justicia social.

 Por eso en 1990, tras la dejación de armas del EME, muchas personas apoyaron como candidato presidencial a Carlos Pizarro, pero el establecimiento temeroso lo asesinó antes de que llegaran las elecciones; y por eso hoy, 30 años después, muchas de esas mismas personas, y otras que apenas nacían en ese entonces, depositan su esperanza en Gustavo Petro, otro viejo militante del M-19 que creyó y sigue creyendo en una Colombia democrática y con justicia social. 

Colombia: el fascismo y el miedo a la democracia

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Siento que en el colegio no me contaron bien la historia. Me dijeron que el Frente Nacional fue un pacto entre el Partido Conservador y el Liberal para acabar con la violencia bipartidista que había ensangrentado al país y poner un término a la dictadura de Rojas.

Siento que en el colegio no me contaron bien la historia. Me dijeron que el Frente Nacional fue un pacto entre el Partido Conservador y el Liberal para acabar con la violencia bipartidista que había ensangrentado al país y poner un término a la dictadura de Rojas. Dicho así se da a entender que el pacto fue entre dos partidos, enmarcados en la democracia, precisamente para restaurarla. La “Violencia” habría sido el resultado del enfrentamiento entre facciones extremistas o radicalizadas asociadas a los dos partidos, pero estos habrían sabido domarlas, desradicalizarlas y lo opuesto de la democracia, la dictadura, habría sido conjurado gracias al pacto.

En cuanto al origen de la “Violencia”, sus causas, los culpables, todo ello queda confinado en una especie de lugar mítico, inalcanzable, inescrutable. El horror habría venido de ambos lados y sería inútil, y hasta peligroso, señalar a alguno de ellos.

Sin embargo, el pacto no fue simplemente entre el Partido conservador y el Liberal pues aunque el fascismo (principalmente bajo el modelo del falangismo español que llevó a la dictadura de Franco) se hubiese instalado al interior del primero (con figuras como Laureano Gómez, Gilberto Alzate Avendaño o Los Leopardos) no se lo puede concebir como una expresión política de un partido inscrito en la democracia; al contrario, el fascismo busca destruirla. Y aunque los políticos liberales que firmaron el pacto hubiesen acusado a L. Gómez de ser el gran culpable de haber hecho “invivible la república” (las que fueran sus propias palabras), no hubo condena alguna ni de él ni de sus ideas fascistas ni de las de ningún otro (de hecho el pacto fue firmado inicialmente por liberales y el ala laureanista del partido conservador).

En cuanto al origen de la “Violencia”, sus causas, los culpables, todo ello queda confinado en una especie de lugar mítico

La dictadura de Rojas, en cambio, había declarado ilegal al comunismo y el Frente Nacional no cambió de opinión. Fue lo contrario de lo que ocurrió en Europa occidental, después de la segunda guerra mundial, donde se condenó al fascismo y partidos socialistas y comunistas democráticos pudieron colaborar con otras fuerzas, también democráticas, en la reconstrucción de las sociedades europeas luego del desastre causado, precisamente, por el fascismo. 

En síntesis, en Colombia el fascismo se lavó las manos, co-gobernó como firmante del Frente Nacional y fue normalizado como si se tratase de una posición democrática cualquiera.

Mientras las juventudes europeas aprendían en sus clases de historia a distinguir el fascismo de la democracia y a condenar al primero, aquí se nos hizo creer que se trataba de una posición válida dentro del espectro de la segunda.

Mientras las juventudes europeas aprendían en sus clases de historia a distinguir el fascismo de la democracia y a condenar al primero, aquí se nos hizo creer que se trataba de una posición válida dentro del espectro de la segunda. Y es que al parecer el mismo establecimiento se contaminó en modo transversal con ideas fascistas. Se piense, por citar un caso, en el Estatuto de Seguridad[1] dictado por un presidente teóricamente liberal (Turbay) después de que el Frente Nacional hubiese concluido. O en el hecho de que las convivir hubiesen sido creadas en el gobierno de Gaviria y reglamentadas en el gobierno de Samper (otros presidentes liberales).

Pero quizás lo más grave es que el Frente Nacional, con su política de “borrón y cuenta nueva” en la que todos fueron culpables —luego nadie lo fue— permitió que se afirmara una subjetividad propicia para el fascismo en la población Colombiana

Pero quizás lo más grave es que el Frente Nacional, con su política de “borrón y cuenta nueva” en la que todos fueron culpables —luego nadie lo fue— permitió que se afirmara una subjetividad propicia para el fascismo en la población Colombiana;[2] así, a una parte de dicha población le puede parecer perfectamente normal, por ejemplo, que una persona que se “porta mal” (lo que puede ir de ser un vago borrachín, como dijeron ante el homicidio de Javier Ordoñez, hasta ser una persona transgénero) pueda ser asesinada sin más o que una que critica al gobierno o al statu quo sea calificada de subversiva.

Una buena parte de la población colombiana ha tenido gran dificultad para entender que la democracia no es lo que le venga en gana a una mayoría, sino que está ligada a un conjunto de derechos que son válidos para todas las personas, que las autoridades están obligadas a respetar sin excepciones y que incluyen derechos como la libertad de expresión y por lo tanto la posibilidad de disentir y manifestarlo sin temer por la propia vida. Es decir que la democracia está ligada a lo que llamamos Estado de derecho. La democracia que conocemos tiene dos pilares: Estado de derecho y voluntad popular y el uno no va sin la otra.

Proponer que la opinión pública (identificada indebidamente con la voluntad popular) está por encima del otro pilar (el Estado de derecho) implica obviamente un resquebrajamiento de la democracia pues la opinión decidiría de las leyes

Y aunque ya no nos encontramos en las épocas en que la popularidad de Álvaro Uribe (quien proponía el Estado de opinión como forma superior del Estado de derecho) superaba el 80%, no es claro que dicha subjetividad propicia para el fascismo no siga en pie. ¿Por qué relaciono las dos cuestiones (subjetividad proto-fascista y popularidad de un expresidente)? Porque el Estado de opinión, como lo propone Uribe, compagina bien con dicha subjetividad. Proponer que la opinión pública (identificada indebidamente con la voluntad popular) está por encima del otro pilar (el Estado de derecho) implica obviamente un resquebrajamiento de la democracia pues la opinión decidiría de las leyes (se piense por ejemplo en esos casos aberrantes en los que se convoca a un referéndum para consultar a las mayorías sobre derechos de las minorías como el matrimonio igualitario, en tales casos las minorías simplemente pueden quedar desprotegidas y ser vulneradas por un capricho mayoritario. Es claro que en estos casos no está hablando la “voluntad popular” sino que lo que hay es un despotismo de una parte del llamado “pueblo” sobre otra).

Se recordará cómo César ignoró prácticamente al senado romano basando su gobierno en la aprobación popular directa. Y ese fue el fin de la república y no dio pie a ninguna democracia mejor de la que Roma antigua tuviese.

El modo en que uno de los más importantes ideólogos del uribismo, José Obdulio Gaviria, presentaba dicho Estado de opinión es preocupante pues resultaría, según él, de la “relación directa del gobernante con el ciudadano, que permite resolver los problemas de las comunidades”. Esto, si me hubieran contado bien las cosas en el colegio, debería haberme hecho pensar en el cesarismo inmediatamente. Se recordará cómo César ignoró prácticamente al senado romano basando su gobierno en la aprobación popular directa. Y ese fue el fin de la república y no dio pie a ninguna democracia mejor de la que Roma antigua tuviese. Otro ejemplo de cesarismo fue Mussolini (alrededor de quien se desarrolló el fascismo italiano que fuera el modelo del falangismo español y del nazismo). El dictador italiano incluso llevó la aprobación popular al extremo de generar una especie de fusión entre líder y masa pasando por encima de cualquier cuerpo intermedio (parlamento, sindicatos, consejos municipales, etc). Dicho de otro modo, esta “relación directa del gobernante con el ciudadano” no trasciende el Estado de derecho hacia algo más democrático, al contrario. Precisamente, el fascismo, como surgió en la primera parte del siglo XX en Italia, consistió en recuperar del imperio romano el cesarismo, ciertos valores guerreristas (que se articulaban alrededor de lo que en Roma se llamaba la virtus), unirlos al paramilitarismo y al nacionalismo y aplicar este popurrí[3] a una sociedad que ya había construido un moderno Estado de derecho, apoyándose en formas innovadoras a nivel estético y comunicativo. 

Precisamente, el fascismo, como surgió en la primera parte del siglo XX en Italia, consistió en recuperar del imperio romano el cesarismo, ciertos valores guerreristas (que se articulaban alrededor de lo que en Roma se llamaba la virtus)

En el 2018, la Sala Penal del Tribunal Superior de Medellín concluía que la gobernación de Antioquia patrocinó a las Convivir, que fungieron de plataforma para las autodefensas, y que había “suficientes elementos de juicio” para comprometer la responsabilidad penal del gobernador de la época, es decir Alvaro Uribe Vélez, en las masacres del Aro y la Granja. En otras palabras, el uribismo parecería mezclar elementos que lo asemejan al fascismo italiano como el cesarismo, el paramilitarismo y el guerrerismo. Su innovación radicaría en pensar el cesarismo en términos de “opinión” situándose en la esfera de la comunicación contemporánea y de lo que lo que el filósofo francés Gilles Deleuze llamó sociedad de control (pero ahondar en esto sería tema de otro artículo).

Se trataría entonces de un neo-fascismo que se proyecta a partir de la informatización de la comunicación que viven nuestras sociedades contemporáneas al punto de que como dijo el mismo José Obdulio Gaviria el Estado de opinión requirió de la masificación del uso de celulares en Colombia (precisamente para favorecer esa “relación directa del gobernante con el ciudadano, que permite resolver los problemas de las comunidades”).

no es claro que la subjetividad propicia al fascismo, sobre la que construyó su popularidad, haya dejado de ser vigente.

Sin embargo, a pesar del declive del uribismo, que probablemente está relacionado con diversos factores como los escándalos que rodean al expresidente (vínculos con el paramilitarismo, ejecuciones extrajudiciales, falsos testigos…) y a la mala gestión del gobierno actual, no es claro que la subjetividad propicia al fascismo, sobre la que construyó su popularidad, haya dejado de ser vigente.

La crítica al uribismo suele concentrarse más sobre sus aspectos que podríamos llamar criminales que sobre sus aspectos más ideológicos, y esto hace que el fascismo siga disimulándose en medio de la democracia. La condena que el Frente Nacional no se atrevió a llevar a cabo (y que quizás nos hubiese ahorrado el horror que vivimos en las últimas décadas) sigue en veremos.

Es el síntoma de que nuestra democracia representativa ha fallado y no ha sido capaz de incluir a buena parte de la población

Sé que para quienes no se divirtieron estudiando filosofía política, como quien escribe, (o teoría política en general) la idea de una relación directa entre el gobernante y el ciudadano no suena mal. De hecho suena a que por fin vamos a ser tomad_s en cuenta, escuchad_s. Esto no puede ser simplemente desentendido desde una arrogancia académica. Es el síntoma de que nuestra democracia representativa ha fallado y no ha sido capaz de incluir a buena parte de la población, a la que sería por lo tanto ingenuo acusar de no saber distinguir entre fascismo y democracia. El uribismo se aprovechó de este abandono.

En términos estrictos la democracia colombiana no se reduce a la democracia representativa pues nuestra constitución contempla varios mecanismos participativos como el plebiscito, el referendo, la consulta popular, el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria del mandato.

¿Pero cómo resolverlo si la cercanía gobernante-ciudadano no es la respuesta? Esta “cercanía” en realidad no hace sino despojar al ciudadano de su capacidad de tomar las cosas en sus manos, de encargarse de su mundo. Mi propuesta sería que hay que hacer lo contrario: si el Estado de opinión aprovecha de dicha cercanía para saltarse los cuerpos intermedios (destruyendo la democracia) lo que habría que hacer es multiplicar los cuerpos intermedios: multiplicar los consejos ciudadanos, las asambleas populares, los cabildos.

En términos estrictos la democracia colombiana no se reduce a la democracia representativa pues nuestra constitución contempla varios mecanismos participativos como el plebiscito, el referendo, la consulta popular, el cabildo abierto, la iniciativa legislativa y la revocatoria del mandato. Se trata sin embargo de dispositivos difíciles de activar, que requieren umbrales electorales muy grandes o que no acaban teniendo un impacto real. Es como si nuestra demo-cracia desconfiara de lo que teóricamente la soporta y es el sustrato que la funda: el “demos” (que se suele traducir con “pueblo”).

Un Estado de derecho construido desde abajo. Algo que podríamos llamar una democracia popular radical.

Esto explica porqué en el estallido social que vivimos el año pasado se vieron tantas asambleas populares que además de atreverse a pensar reformas en áreas como la salud, la educación, la cultura, etc. intentaban dar respuesta a las necesidades básicas de una población que se vio abandona a su suerte por sus representantes en medio de una pandemia. Al parecer, la gente quería construir una democracia popular que sí confiara en ella. No un Estado de opinión donde el gobernante se coloca como el único sol alrededor del cual deben gravitar los ciudadanos para resolver sus problemas. Un Estado de derecho construido desde abajo. Algo que podríamos llamar una democracia popular radical.


[1] El Estatuto de Seguridad fue un régimen penal de excepción decretado por Julio César Turbay y que se prolongó durante los 4 años de su gobierno. Por definición, un estado de excepción implica la suspensión del Estado de derecho. Como lo recuerda la comisión de la verdad: “La promulgación del Estatuto de Seguridad (…) desencadenó un repertorio de actuaciones alarmantes de las fuerzas militares y de policía: allanamientos de domicilio sin orden judicial, detenciones arbitrarias, torturas, desaparición forzada, consejos verbales de guerra para juzgar a civiles, hechos que constituyeron una falta de garantías y libertades constitucionales flagrantes y de ausencia de seguridad para quienes las reclamaban”. https://comisiondelaverdad.co/actualidad/noticias/comision-busca-verdad-estatuto-seguridad-gobierno-julio-cesar-turbay

[2] Con esto no quiero decir que esta subjetividad propensa al fascismo provenga enteramente del Frente Nacional. Probablemente nuestra herencia colonial también es importante.

[3] Pot pourri significa en francés literalmente olla podrida.  

La insoportable levedad del inexistente centro, amigues

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El autodenominado centro ha sido el más enfático en definirse a sí mismo en oposición a los “extremos”

Desde hace varios años en el panorama político de Colombia se ha configurado una triada de posiciones políticas, en gran parte definida relacionalmente como lo que no es un grupo o sector. El autodenominado centro ha sido el más enfático en definirse a sí mismo en oposición a los “extremos” y ha nominado como derecha y “extrema izquierda” a quienes elles creen que representan esas líneas políticas alejadas de la institucionalidad y “un riesgo para la democracia” (suena el himno de fondo).

No es accidental que a la derecha la nombren a secas, mientras a la izquierda sí le pongan el mote de “extrema”, esto pasa porque en ese espectro ideológico del llamado centro, como es una mezcolanza de gente que no se quiere untar de la “chuzma petrista”

¡Ojo! No es accidental que a la derecha la nombren a secas, mientras a la izquierda sí le pongan el mote de “extrema”, esto pasa porque en ese espectro ideológico del llamado centro, como es una mezcolanza de gente que no se quiere untar de la “chuzma petrista” y “esa gente de izquierda que gas”, peeero dependiendo de la comodidad en la que se paren se llaman a sí mismas de “centro izquierda”, tienen que purificar su “izquierda” del coco petrista –no más recordemos a Goebertus, a Angélica Lozano y Claudia López con su piruetas para describirse a ellas mismas como de centro izquierda ¿Izquierda sí, pero no así, amigas?

También pasa porque el centro está plagado de gente que en verdad es de derechas

También pasa porque el centro está plagado de gente que en verdad es de derechas –y al parecer la derecha no les parece tan extrema, pero como en Colombia eso se asocia al uribismo, se quieren desembarazar convenientemente de ese apelativo ahora que el sub júdice por el que esa tendencia política toma su ismo, como escribieron por ahí: “Todo lo que toca, lo enteca”.

Entonces el autodenominado centro, que tanto hizo por posicionar, elles sí, la narrativa de la “polarización”, y presos de su propia vanidad se pusieron a sí mismos como la opción serena y tranquila, ahora en su más mínima expresión se intentaron amangualar con un señor cuyas características personales más notorias son la irascibilidad y el matoneo gritón

Ahora, con la carrera presidencial en su última etapa, la depuración de esa parte derecha, bien derecha, del llamado centro político nos muestra que sus mayores exponentes, como Fajardo, sin ruborizarse intenta ir de la mano con una derecha criolla como la de Hernández, demagógica y peligrosa para esa democracia liberal que tanto defienden (acá ya no suena el himno nacional, sino una guabina con los madrazos del candidato de fondo).

Entonces el autodenominado centro, que tanto hizo por posicionar, elles sí, la narrativa de la “polarización”, y presos de su propia vanidad se pusieron a sí mismos como la opción serena y tranquila, ahora en su más mínima expresión se intentaron amangualar con un señor cuyas características personales más notorias son la irascibilidad y el matoneo gritón, vendiendo humo con el cuento de “vamos a mirar los programas y ajustar cosas muy importantes”.

Hablemos entonces de lo que tanto han atacado en el autodenominado centro político: porque sereno, sereno, ese señor no es. Técnico, basado en la evidencia, como que tampoco; no sabe de las instituciones, no sabe cómo funciona el Congreso, cree que todo lo que presente se lo aprueban en tres días, cuando una ley se demora, por poquito, seis meses en aprobarse, y eso si va con mensaje de urgencia y las maquinarias del Congreso están bien aceitadas, claro. Además, el adalid vociferante de la lucha anticorrupción ha sido sujeto de procesos disciplinarios por participación en política y otras actuaciones contra la administración pública; y está a la espera de juicio en un proceso penal por celebración indebida de contratos… Kof kof, ¿Cuántos votos fue que dio la consulta anticorrupción al llamado centro en 2018?

El centro, ese sector magnánimo y sin tachas éticas –supuestamente– quiere estar en las huestes de un señor que, se nota, hará lo que se le dé la gana para echar a andar quién sabe qué barbaridades en este país

El centro, ese sector magnánimo y sin tachas éticas –supuestamente– quiere estar en las huestes de un señor que, se nota, hará lo que se le dé la gana para echar a andar quién sabe qué barbaridades en este país con el cuento, cuentazo, de “mirar los valores unitarios”. Amigues del llamado centro, que tan bien saben que la administración del Estado –de todo Estado– se mueve bajo criterios y principios del derecho público y no del derecho privado, ¿Cómo van a atajar a ese señor cuando comience a negociar con los derechos para que la platica pública se use en cosas rentables y genere ganancias?

Por ejemplo, de lo más básico que aprendí en la universidad cuando nos opusimos a la reforma a la Ley 30 que regula la Educación Superior, es que los gastos y la inversión para la garantía de derechos y servicios como la educación son marginalmente crecientes, lo que quiere decir que

 “una unidad de conocimiento y de educación de calidad es más costosa que la unidad exactamente anterior, configurándose así una situación en la que, paralelamente al desarrollo progresivo de la Institución, deben irse aportando cada vez más recursos” (Exposición de motivos Nueva Ley de Educación Superior de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil – MANE Colombia).

En otras palabras, eso quiere decir que la educación de calidad, la cobertura, la universalidad valen bastante, y esa platica debe proveerla el Estado no en una lógica de ganancia económica, sino de progreso social.

inversión social es igual a progreso social, no a rentas y reembolsos de capital.

Así, en la garantía de derechos sociales en las que el Estado invierte hoy, los recursos no son reembolsables como ganancias ni mañana, ni al año ni a los dos años, sino que, para seguir con el ejemplo de la educación, fortalecen la formación de calidad de profesionales que con oportunidades de empleo pueden generar riqueza para toda la sociedad, para el Estado mismo, pero eso solamente se logra en un mediano y largo plazo. O sea, inversión social es igual a progreso social, no a rentas y reembolsos de capital.

Pongo este ejemplo porque, aunque así lo han visto muchos gobernantes, el Estado no es un negocio en el que se invierte buscando generar ganancias, para ese fin está el mercado. El Estado lo que debe hacer es regular el mercado siempre buscando mitigar al mínimo que genere efectos nocivos o negativos para la sociedad (esto en el mundo ideal de los que creen en el Estado de Bienestar, que no voy a discutir acá).

en la rapiña del capitalismo, encontramos posturas como las de ese señor cuyos negocios inmobiliarios clavan a la gente pobre con intereses por años y años “un hombrecito pagándome intereses por quince años, eso es delicioso”.

En cambio, en la rapiña del capitalismo, encontramos posturas como las de ese señor cuyos negocios inmobiliarios clavan a la gente pobre con intereses por años y años “un hombrecito pagándome intereses por quince años, eso es delicioso”. De seguro así pensará que puede hacer con todo, como fusionar ministerios, ¿Será que fusiona el Ministerio de Educación y el de Vivienda para poner a producir los predios de la UIS porque “es más rentable” como dijo él mismo?… Suena irracional y descolocada la posibilidad de que eso pase, pero en un país que puede decidir poner a ese señor como presidente, las buenas formas académicas y la rigurosidad en los argumentos y ejemplos parece en sí misma poco útil –en todo caso, el ejemplo no es más que una reducción al absurdo, como el absurdo en el que vivimos. 

Y bueno, lo cierto es que ahí se ubicó político/espacialmente el autodenominado centro político. ¿Nos sorprende? No sé, Ernesto, no lo sé.

Y eso es lo que me hace pensar en su insoportable levedad, en su insoportable intrascendencia: haber posicionado el discurso de la polarización y quedarse por fuera de la contienda electoral para querer adherir a uno de los personajes más nefastos que ha producido nuestro ecosistema político, a eso se ha reducido el llamado centro. Su insignificancia y de la falta de conexión con clases populares que son tanto conservadoras como progresistas, hoy toma la decisión de buscar juntarse programáticamente a un candidato que representa un riesgo muy muy palpable para el Estado Social de Derecho, para su flamante Estado Liberal.

haber posicionado el discurso de la polarización y quedarse por fuera de la contienda electoral para querer adherir a uno de los personajes más nefastos que ha producido nuestro ecosistema político, a eso se ha reducido el llamado centro.

— Pero María, si es tan leve e intrascendente, ¿Por qué gasta tiempo y dedos en escribir sobre eso?

Porque como diría Claudia López, otra se sus representantes, #LaVidaSigue –en medio del Paro cuando los policías salían a matar peleaos en la calle–, y en ese seguir de la vida es bueno que quede por escrito que la idea de ética incorruptible que ha vendido ese autodenominado centro por años y años se queda en decisiones incoherentes. Vale dejarlo por escrito porque esa gente va a seguir en la política y, bueno, la política en tanto acción pública es objeto permanente de examen. Y porque ajá.

La revisión programática que hizo el centro “con toda rigurosidad” (sarcasmo, sarcasmo) incorporó propuestas sobre género –¿Hablamos de instrumentalización de la agenda feminista? –, educación, economía y ambiente, entre otros, en el programa de nuestro Berlusconi. Esto pasa porque a ese sujeto le vale poco ceder en las letras cuando el poder de ejecutar, si llega a ser presidente, lo va a tener él. Entonces, el centro se queda aparentemente en las formas, pero en verdad la derecha se va a la acción. Una acción que será regresiva en derechos sociales, sobre todo de las clases más vulnerables, porque como lo dijo ese señor “El mejor negocio del mundo es tener gente pobre con capacidad de consumo”. Si va a gobernar como negociante, pobres de Colombia uníos para darle ganancias (sarcasmo, pero con profunda tristeza).

Posdata: todavía confío en que no lleguemos a ese despropósito. El 19 de junio a las 16:30 lo sabremos. Por ahora hay dos semanas para invitar a vivir sabroso y eso es invitar votar por el Pacto Histórico.

Ecología política del ingeniero: fiebre de tierra urbanizable y el mito del outsider de la política

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Rodolfo Hernández se ha inventado una narrativa mítica y heroica sobre su vida. Un hombre de una familia de clase media, dedicado siempre a trabajar en el sector privado y solo relacionado con la política para denunciar a los politiqueros y a la corrupción. Como todo mito, éste debe ser desmontado.

no se ha hecho a puro pulso, sino utilizando el Estado en sus escalas municipal, departamental y nacional, para modificar los planes de ordenamiento territorial a favor de sus negocios

Las historias sobre el ingeniero informan que, en 1972, con sus amigos de Piedecuesta, Guillermo Gómez Serrano y Abelardo Serrano Otero, fundaron la constructora Hernández, Gómez y Serrano. Serrano se retiró y la empresa pasó a ser Hernández Gómez (HG). Luego a Gómez Serrano le dio cáncer en la laringe, se retiró y Rodolfo se quedó solo con el negocio, HG Constructora. El multimillonario ha hecho su fortuna, de más 400 mil millones de pesos, en el sector inmobiliario, pero no se ha hecho a puro pulso, sino utilizando el Estado en sus escalas municipal, departamental y nacional, para modificar los planes de ordenamiento territorial a favor de sus negocios, con la “delicia de tener miles de hombrecitos pagándole intereses”, como repite en entrevistas dadas a los medios.

Su fortuna familiar se ha hecho impulsando un modelo de urbanismo rapaz que expone a las comunidades de los municipios de la Meseta de Bucaramanga, y de otras partes del país, a un alto deterioro socio-ambiental, riesgos de desastre, así como la generación de las insalubres “islas de calor” urbanas (1). Hoy Bucaramanga solo tiene 2,51 metros cuadrados de espacio público verde por habitante (m2/hab). Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), el mínimo aceptable es de 9 o 10 m2/hab y lo recomendable, 15 metros. La reducción de zonas verdes trae contaminación del aire y enfermedades asociadas. Las islas de calor de la voracidad urbanística están exponiendo a la ciudadanía a duros impactos socioambientales y de salud sobre los que la ciudadanía debería estar informada y el Estado debería actuar.

Las islas de calor de la voracidad urbanística están exponiendo a la ciudadanía a duros impactos socioambientales y de salud sobre los que la ciudadanía debería estar informada y el Estado debería actuar.

Entonces, la supuesta antipolítica y la denuncia contra la corrupción quedan en cuestión al pasar revista a cuatro casos en los que las movidas empresariales de Hernández están salpicadas de injerencia indebida, corrupción y daño ambiental. Me refiero a 1. La ciudadela Real de Minas en Bucaramanga. 2. El Parque La Arboleda, en Girón. 3. El sector Castilla Real, también en Girón. 4. Altos de Kennedy, Bucaramanga.

Caso 1. Ciudadela Real de Minas – Bucaramanga

Ciudadela Real de Minas, uno de los sectores con mayor contaminación en el aire (Foto: Archivo/VANGUARDIA LIBERAL) https://www.vanguardia.com/area-metropolitana/bucaramanga/ciudadela-real-de-minas-uno-de-los-sectores-con-mayor-contaminacion-en-el-aire-dyvl204214

En el año 2000 varios ciudadanos agrupados en CORDEMINAS, representantes de las juntas administradoras de los conjuntos residenciales Metropolis II, Metropolis III, Rincón de los Caballeros y Plaza Mayor, en la Ciudadela Real de Minas, presentaron ante el Tribunal Administrativo de Boyacá una acción popular en contra de la alcaldía de Bucaramanga y HG Constructora, propiedad de Rodolfo Hernández y otros socios, para la protección de sus derechos colectivos, los cuales consideran amenazados con el proyecto de construcción.

la protección de sus derechos colectivos, los cuales consideran amenazados con el proyecto de construcción.

Los querellantes alegaban que la constructora de Hernández, con la complicidad de la alcaldía de Bucaramanga había cambiado el concepto urbanístico que dio origen a la ciudadela como un proyecto habitacional modelo en Colombia y premiado internacionalmente como centro educativo, cultural y ecológico del área metropolitana, con construcciones ordenadas, no mayores de cinco pisos, con 9 parques ecológicos y deportivos en terrenos del Estado. Por el contrario, la constructora generó un desarrollo urbanístico caótico, de alta densidad poblacional, sin suficientes espacios verdes, con ruptura del equilibrio ecológico lo que generó un efecto invernadero más alto, debido a la anulación de las corrientes de aire porque las torres de apartamentos excedieron la altura permitida de 5 pisos en la ciudad (2). Una medida, para nada arbitraria debido a que la meseta de Bucaramanga es un terreno inestable geológicamente y con permanente sismicidad que puede traer consecuencias nefastas. Medida que las constructoras y las autoridades se saltaron para favorecer la voracidad urbanística.

los derechos colectivos al disfrute de los planes iniciales y la calidad de vida en la Ciudadela fueron arrollados por la locomotora de la construcción que acaparó la mayoría de espacios para levantar conjuntos residenciales

Sin embargo, el Tribunal conceptúo que ni la alcaldía ni la firma del ingeniero habían vulnerado los derechos colectivos y el proyecto urbanístico cumplía con todas las normas. Esta decisión fue ratificada por el Consejo de Estado.

20 años después varios estudios confirman que las preocupaciones de CORDEMINAS eran ciertas. La situación hoy es altamente preocupante. El estudio de Amaya, Hernández, Tavera y Bohorquez (2020) (3) establece las siguientes problemáticas:

  1. Pérdida de vegetación: entre 2000 y 2015 las 20 hectáreas de cobertura natural y espacios verdes se redujeron a 3 debido a la presión urbanizadora.
  2. Entre 2012 y 2018 la propiedad horizontal se incrementó en 36%, alterando el flujo de vientos que estanca el microclima.
  3. Incremento de generación de residuos sólidos en el sector.
  4. Contaminación del aire, debido al alto tráfico vehicular.

En síntesis, como lo sostiene un trabajo de grado de Historia de la UIS (2019), los derechos colectivos al disfrute de los planes iniciales y la calidad de vida en la Ciudadela fueron arrollados por la locomotora de la construcción que acaparó la mayoría de espacios para levantar conjuntos residenciales (4).

Caso 2. El Parque La Arboleda en Girón

El Tribunal Administrativo de Santander ordena suspensión de las obras en el Parque la Arboleda de Girón (Foto: Suministrada /VANGUARDIA LIBERAL) https://www.vanguardia.com/area-metropolitana/bucaramanga/el-tribunal-ordena-suspension-de-obras-en-parque-la-arboleda-gfvl158970

En agosto de 1998 varios ciudadanos de Girón presentaron, ante el Tribunal Administrativo de Santander, una demanda contra el Municipio y la Corporación Autónoma Regional para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, CDMB, autoridades a quienes consideran responsables de la vulneración de los derechos colectivos a la moralidad administrativa, a la existencia del equilibrio ecológico y el manejo y aprovechamiento racional de los recursos naturales para garantizar su desarrollo sostenible, su conservación, restauración o sustitución (5).

Los agraviados denunciaban que las autoridades de Girón habían modificado el Plan de Ordenamiento Territorial, permitiendo que una zona protegida de reserva natural, el parque La Arboleda, fuera convertida en suelo urbanizable para conceder licencia ambiental a Building SAS y HG Constructora

Los agraviados denunciaban que las autoridades de Girón habían modificado el Plan de Ordenamiento Territorial, permitiendo que una zona protegida de reserva natural, el parque La Arboleda, fuera convertida en suelo urbanizable para conceder licencia ambiental a Building SAS y HG Constructora, para edificar conjuntos habitacionales en el municipio. Argumentaban que el Parque “La Arboleda”, era un regulador del equilibrio ambiental del casco urbano de Girón. En consecuencia, exigían que fuera revocado el POT y se garantizara el área verde.

El Tribunal ordenó suspender las obras de construcción y se dio paso a un largo pleito jurídico. No obstante, en 2010 Building SAS, compró por 1.300 millones de pesos un predio en el Parque La Arboleda y posteriormente lo negoció con la constructora de Rodolfo Hernández para continuar la expansión urbanística (6). Ante esto, varios ciudadanos de Girón interpusieron medidas cautelares para proteger el Parque La Arboleda. Furioso, el ingeniero interpuso en 2011 ante el Consejo de Estado una acción de Tutela contra el Tribunal Administrativo de Santander argumentando que “no se constató si los accionantes tenían la razón, haciendo juicios ligeros basados en hechos mentirosos”. Y que tenía la autorización de la oficina de Planeación Municipal, esgrimiendo, adicionalmente, el argumento preferido por los consorcios ávidos de tierra urbana:

“no existe ninguna prueba de que se vaya a intervenir el parque La Arboleda, porque ese parque no existe en realidad, esto es, jurídicamente un sitio de esparcimiento o amueblamiento urbano, y si existe, no se ubica en el terreno que habrá de intervenir la constructora” (7).

Estos fenómenos resultantes de las islas de calor urbanas tenderán a crecer a ciudades sometidas a proyectos urbanísticos como los impulsados por el ingeniero.

Después de varios años el Consejo de Estado negó la acción de tutela. No obstante, ya se habían adelantado construcciones y reducción de la zona natural del Parque La Arboleda, ante lo cual el Consejo de Estado se limitó a solicitar a la firma de Hernández contribuir con un estudio sobre el impacto ambiental de sus obras, frenar los nuevos proyectos y solicitar al municipio de Girón la participación de la comunidad en Cabildo Abierto para informarse y participar sobre ajustes a un nuevo POT (8).

Este abril de 2022, durante el viacrucis de Semana Santa en Girón muchas personas fueron afectadas por un “golpe de calor”, altas temperaturas, deshidratación y desmayos, los adultos mayores fueron los más afectados. Estos fenómenos resultantes de las islas de calor urbanas tenderán a crecer a ciudades sometidas a proyectos urbanísticos como los impulsados por el ingeniero.

Caso 3. Castilla Real en Girón, Santander

Foto: Rafael Centeno. Desde el Puente Colgante Barayá, en la zona de la antigua Batea. https://rafaelcenteno.jimdofree.com/opini%C3%B3n/la-tragedia-de-gir%C3%B3n-2005/

En febrero de 2005, durante la temporada de lluvias, según informe del periódico El Tiempo(9), una avalancha del Río de Oro en el municipio de Girón, dejó un saldo de 4.991 casas destruidas, 32 muertos y 12 desaparecidos. Pero todas las investigaciones apuntan a que la tragedia se debió a los hechos dolosos que involucran a la alcaldía de Girón, la Corporación para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga, CDMB y la firma de Rodolfo Hernández. Miremos los hechos.

Lo irregular fue que las autoridades permitieron que la Constructora HG comprara terrenos sobrepasando la cota de inundación de los ríos Oro y Frío y construyera sobre tierras aluviales de fácil arrastre.

Acorde a un informe de 2011 de la Contraloría Delegada para el Medio Ambiente(10), entre los años 1994 y 1995, la alcaldía de Girón y la CDMB dieron autorizaciones urbanísticas, de construcción y ambientales, respectivamente, para iniciar los barrios Castilla Real I (304 viviendas de interés social) y Castilla Real II (90 viviendas). Lo irregular fue que las autoridades permitieron que la Constructora HG comprara terrenos sobrepasando la cota de inundación de los ríos Oro y Frío y construyera sobre tierras aluviales de fácil arrastre. La omisión se hizo con pleno conocimiento de las implicaciones de este tipo de decisiones y violando normas como el Código de Recursos Naturales. En 2002, saltándose nuevamente la norma, las entidades mencionadas autorizaron la construcción de la Urbanización Portal de Castilla (235 viviendas) en plena zona de inundación de la quebrada Las Papas.

Estos fueron los barrios más afectados por el desbordamiento de los cuerpos de agua en 2005, ante lo cual la comunidad instauró una Acción popular contra el municipio, la CDMB y la empresa de Rodolfo Hernández, por vulnerar los derechos colectivos y permitir la construcción de casas en la zona de inundación de los ríos, razón por la cual, las tres instancias demandadas debían demoler las viviendas afectadas y pagar a valor comercial las casas y sus mejoras a los damnificados, entre ellos familias de militares en retiro que habían sido los principales compradores de vivienda de interés social.

Como ha sido costumbre, el entonces alcalde se enfureció y culpó a los politiqueros de lo ocurrido a Girón, además alegando, que él y su empresa siempre han cumplido las normas y que son los politiqueros, los corruptos que le hacen daño a él y a la gente.

No obstante, las tres instancias demandas interpusieron recursos para prorrogar y evadir su responsabilidad ante este crimen socio-ambiental, realizaron obras de mitigación, posponiendo la indemnización a las víctimas. El tiempo ha seguido pasando y las soluciones e indemnizaciones siguen sin llegar. En 2017 un fallo del Tribunal Administrativo de Santander estableció que HG Constructora, del por entonces alcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, debía reubicar 66 casas del sector Castilla Real, aceptando un reclamo comunitario de pobladores que siguen buscando restitución de sus derechos, ya que adicionalmente, cada temporada invernal genera inundaciones. Como ha sido costumbre, el entonces alcalde se enfureció y culpó a los politiqueros de lo ocurrido a Girón, además alegando, que él y su empresa siempre han cumplido las normas y que son los politiqueros, los corruptos que le hacen daño a él y a la gente.

Caso 4. Altos de Kennedy en Bucaramanga

Foto: https://www.vanguardia.com/area-metropolitana/bucaramanga/el-kennedy-el-corazon-del-norte-de-bucaramanga-BBvl448845

En el norte de Bucaramanga, a comienzos de la década de 1990, se ofrecieron 102 viviendas de interés social. 10 años después los habitantes presentaron una acción popular contra las firmas Ingeniería y Construcciones Ltda., HG Constructora, el municipio de Bucaramanga, Colmena, Davivienda, la Corporación de Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB) y el Acueducto de Bucaramanga por violación de sus derechos colectivos. Denunciaban el mal estado de las viviendas, la constructora no puso una red de filtros para manejar las aguas subterráneas ni construyó muros de contención en concreto sólido que sostuvieran las terrazas en las que están levantadas las viviendas(11).

Denunciaban el mal estado de las viviendas, la constructora no puso una red de filtros para manejar las aguas subterráneas ni construyó muros de contención en concreto sólido que sostuvieran las terrazas en las que están levantadas las viviendas

En 2004 el Tribunal Administrativo de Santander falló a favor de la comunidad y responsabilizó a Ingeniería y Construcciones y al Municipio de Bucaramanga como responsables de los daños denunciados. Además de la realización de estudios técnicos, se debía indemnizar a la comunidad con 15 salarios mínimos legales mensuales vigentes. No obstante, no se atribuyeron responsabilidades a HG Constructora, el Acueducto, Colmena, Davivienda ni a la CDMB.

La fórmula con que Rodolfo evadió responsabilidades es ya conocida. Él y otros socios crearon la empresa Ingeniería y Constructores para la construcción del plan de vivienda, pero en 2002 cuando los habitantes estaban demandándola, la liquidaron, así se libró nuevamente de responder ante las autoridades y las comunidades.

¿Y si fuera presidente?

Rodolfo Hernández encarna un modelo económico rapaz que acapara suelo urbano mediante artimañas legales, que atenta contra los derechos ambientales y contra los bienes ecológicos.

Los cuatro casos presentados, quizá los más conocidos, están situados en la Meseta de Bucaramanga, aunque sus negocios inmobiliarios son hoy nacionales. El anti político ingeniero ha sabido utilizar la política no solamente para su enriquecimiento personal, sino para sacarle el cuerpo a las demandas realizadas por miles de afectados. No se trata de un caso excepcional, Rodolfo Hernández encarna un modelo económico rapaz que acapara suelo urbano mediante artimañas legales, que atenta contra los derechos ambientales y contra los bienes ecológicos. Políticamente, su figura de viejito regañón y grosero, simpático y folclórico, señala el talante autoritario de sus ideales de administración del Estado, cizaña, cortinas de humo, engaños, impunidad, evasión de responsabilidad, enriquecimiento vampirezco a costa del sufrimiento ajeno.

Notas

  1. Las islas de calor o islas térmicas se refieren al patrón térmico que se encuentra en sitios altamente urbanizados en el centro o en la periferia de las ciudades. Son generadas por la pérdida de cobertura vegetal la cual es substituida por superficies impermeables como las carreteras de asfalto, edificios de concreto, ladrillo y otros materiales de construcción, dando como resultado el cambio en el balance hídrico y radiativo superficial, generando, por lo tanto, aumentos en la temperatura de las áreas urbanizadas. La identificación de estas islas térmicas permite desarrollar medidas de adaptación en sitios puntuales de la ciudad. Ver: Islas de calor, impactos y respuestas: El caso del cantón de Curridabat, 2019. https://ghhin.org/wp-content/uploads/Islas-de-Calor_Curridabat.pdf
  2. Providencia del Consejo de Estado, Sección Tercera, expediente AP110 de 2000, en https://jurinfo.jep.gov.co/normograma/compilacion/docs/EX_AP141.htm
  3. Amaya, C., Hernández, C., Tabera, N. y Bohorquez, N. (2020). “Adaptación y mitigación al cambio climático. Estudio de caso: Ciudadela Real de Minas, Bucaramanga, Colombia. Revista Iberoamericana Ambiente & Sustentabilidad. Vol. 3 No. 2, julio-diciembre. https://doi.org/10.46380/rias.v3i2.82
  4. Peña V.M. (2019) Los Juegos nacionales de 1996: Cambios en la Política Pública e Infraestructura Deportiva Urbana en el área metropolitana de Bucaramanga y el Municipio de Barrancabermeja (1992-1996). UIS. http://tangara.uis.edu.co/biblioweb/tesis/2019/175012.pdf
  5. Consejo de Estado (2019) ACCIÓN POPULAR / SENTENCIA DE LA ACCIÓN POPULAR EN SEGUNDA INSTANCIA / REVOCATORIA DE SENTENCIA ABSOLUTORIA / VULNERACIÓN DEL DERECHO A LA REALIZACIÓN DE LAS CONSTRUCCIONES, EDIFICACIONES Y DESARROLLOS URBANOS RESPETANDO LAS DISPOSICIONES JURÍDICAS. https://www.anla.gov.co/eureka/Images/pdf/sentencias/5-08-2021_Sentencia_68001233100020120010402.pdf
  6. “Plata fácil” (2013) Vanguardia, 11 de agosto. https://www.vanguardia.com/opinion/columnistas/manolo-azuero/plata-facil-GBVL220125
  7. Sigue polémica por construcción urbanística en ‘La Arboleda’ (2013). GirónCity.com. http://gironcity.com.co/polemica-por-construccion-en-la-arboleda
  8. Consejo de Estado (2019)
  9. “Fallas humanas detrás de la tragedia del Río de Oro” (2005). El Tiempo, 17 de julio, https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1958150
  10. Contraloría Delegada de Medio Ambiente, CGR (2011). Control posterior excepcional Municipio de San Juan de Girón. https://www.contraloria.gov.co/documents/20125/313934/C.E.GIRON17082011.pdf
  11. “Detector: Constructora de Rodolfo sí fue hallada responsable de daños en viviendas” (2022). La Silla Vacía. https://www.lasillavacia.com/la-silla-vacia/detector-de-mentiras/detector:-constructora-de-rodolfo-s%C3%AD-fue-hallada-responsable-de-da%C3%B1os-en-viviendas